FERNANDO GARZON
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FERNANDO GARZON
Su imagen para nada aparenta la de un dirigente temperamental y mediático, sino más tranquilo y pensante, pero con las agallas suficientes para encarar, a poco tiempo de haber asumido la presidencia de Independiente, la lucha contra los violentos del club.
Su perfil autocrítico, renovador y valiente refleja a un hombre que quiere despertar a un gigante dormido, endeudado y muy complicado institucional y deportivamente.
En medio de una jornada agitada, con amenazas de bomba en el colegio del club, Javier Cantero, el titular del rojo no puso reparos para entablar una extensa charla con El Tribuno y marcar su firme posición en esta lucha, en la que, al parecer, está más acompañado de lo que parece.
En su campaña para llegar a la presidencia sostuvo que iba a luchar para erradicar a los violentos del club y la verdad que no mintió...
Es eso estamos, pero le aclaro que para nosotros el tema de la barrabrava no fue lo principal. La urgencia pasaba y pasa por lo económico; recibí una institución en llamas, endeudada en 200 millones de pesos y fue a lo primero que nos abocamos. Con respecto a los barras, ellos quieren plata y esta dirigencia no se la va a dar. Siempre les dije a los socios de Independiente que cuando seamos gobierno se termina el negocio y, mientras yo esté, no le vamos a dar ni un peso a los violentos.
Su apuesta es muy riesgosa...
Asumo los riesgos. Decidí denunciar a la anterior comisión de Julio Comparada para cuidar el patrimonio del club. Creo que los dirigentes tenemos que cuidar un poco la palabra empeñada. En el poco tiempo que estamos hemos transparentado la economía de la institución. Hoy el socio puede saber por ejemplo cuáles son los sueldos de los jugadores. No tenemos nada que esconder. Queremos cambiar la cara del club para que vuelva a ser confiable. Esa es nuestra meta.
El apoyo que recibió fue unánime, sobre todo de Julio Grondona. ¿Se siente más fuerte en esta lucha?
No sé si más fuerte, pero sí estoy convencido en llevar adelante un proceso para terminar con situaciones de ese tipo. Respecto a Grondona puedo decir que lo vi muy firme, levantó la voz y puso mucho énfasis en el respaldo que me dio. Dijo que hay un antes y un después en el tema barrabravas. Me prometió tomar cartas en el asunto y pedir él mismo el derecho de admisión para que los dirigentes de los clubes no tengan problemas. Me dijo, además, que ya estaba grande para seguir aguantando estas cosas y, si se tiene que ir, quiere marcharse terminando con la violencia en las canchas.
¿Los dirigentes de los otros clubes lo apoyan?
Cada club tiene un problemática diferente, una barrabrava distinta, una situación económica distinta, pero todos me han manifestado su solidaridad.
¿En un país donde la Justicia en algunos casos es poco creíble, usted cree que va a poder llegar al fondo en la lucha contra los violentos?
Comprendo el pesimismo que pueda existir al respecto por los antecedentes que hay pero aquí la gente se ha volcado masivamente a favor de esta causa. A los hinchas genuinos que van a la cancha les toca muy de cerca esta situación. No quieren poner más en riesgo sus vidas. Si la gente lo pide y exige los políticos, estos se van a tener que poner a la altura de las circunstancias, sino van a perder votos.
¿Qué es más fuerte, el amor por defender a Independiente o escuchar a su familia que tal vez le pide que no se exponga tanto?
Sin lugar a dudas, lo más importante de mi vida es mi familia, pero soy presidente de Independiente y tengo un rol que cumplir. Defiendo los intereses del club e hice una promesa de campaña y la estoy llevando a cabo, a pesar de los riesgos. Mi consigna para que quede claro es: Independiente no se toca y en esta lucha no se negocia.
¿Fue bravo el momento que le tocó pasar cuando fue amenazado por los barras?
Que entren todos juntos a mi oficina y que cierren la puerta con la traba por dentro fue un momento que uno no está acostumbrado a vivir. Pero hice lo que tenía que hacer, les dije en la cara lo que pensaba de ellos y hubo una discusión fuerte, pero todo fue verbal. Cada uno sabe lo que tiene que hacer de ahora en más, yo por mi parte decidí contratar seguridad personal, pero a pesar de las amenazas estoy tranquilo.
¿En algún momento sintió miedo?
Un poco al principio pero ahora no, quiero ir para adelante. Yo creo que se puede. Acá se destapó la olla y estoy seguro de que esto no va a quedar acá. Siempre dije que los barras no son hinchas del club sino militantes de la política que buscan plata. Y esto no es solo un problema de Cantero sino de más de 50.000 socios que se dieron cuenta que esto tiene que terminar.
¿La amenaza de bomba al colegio del club pasó un límite?
Los que piensan que con estas actitudes nos van a hacer desistir de esta lucha se equivocan. A estos actos demenciales hay que responder con la solidaridad y unión de toda la gente que ama a Independiente.