El exfuncionario Alieto Guadagni, experto en política energética, consideró que para lograr una YPF diferente a la que se privatizó en los 90 “el Gobierno tendrá que optar entre el capitalismo de amigos o el capitalismo competitivo”.
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El exfuncionario Alieto Guadagni, experto en política energética, consideró que para lograr una YPF diferente a la que se privatizó en los 90 “el Gobierno tendrá que optar entre el capitalismo de amigos o el capitalismo competitivo”.
El también exsecretario de Industria y exdirector por el Cono Sur ante el Banco Mundial durante cuatro años, dialogó en exclusiva con El Tribuno sobre la nueva etapa de la empresa petrolera y los desafíos que deberá enfrentar su nuevo gerente.
¿Cómo ve el panorama energético del país a partir de la expropiación de YPF, que ya es ley?
Primero hay que saber qué va a pasar en el futuro. Recuperar el autoabstecimiento va exigir, por varios años invertir el 3 por ciento del producto bruto interno. Esto quiere decir que se deberán destinar 15 mil millones de dólares anuales para exploración, construcción de refinerías, facilidades portuarias para importar gas licuado. Pero además para construir centrales eléctricas y nucleares no podemos seguir quemando el gasoil, el fueloil y el gas y actualmente los estamos importando... Ese es el gran desafío.
Muchos especialistas tienen dudas sobre cómo podrá YPF solventar esos desafíos...
Bueno, estas inversiones pueden tener tres fuentes: una, el Gobierno nacional. Otra, los consumidores, a través de empresas y tarifas. Y por último las inversiones privadas, tanto nacionales como extranjeras.
Hay que ver qué es lo que elige el Gobierno. Si quiere ir por el lado de las inversiones, será una cuestión. Ahora, si no quiere ir por el lado de las inversiones privadas tendrá que, o utilizar recursos del Tesoro, que no le sobran, o trasladar los costos a los consumidores.
¿Cuál sería la diferencia a marcar para que esta YPF no sea igual a aquella deficitaria que obligó a la privatización en los 90?
Es una buena pregunta. Hay que saber que esto exige una gerencia absolutamente profesional y fuera de cualquier tipo de presión política. Lograr una empresa bien administrada, sin sobrecostos, que no esté capturada por los proveedores, por los contratistas etc. es todo un desafío. La Argentina no tiene buena experiencia en eso. Por eso digo que para que esta nueva etapa de la petrolera sea diferente -o mejor-, una de las claves estará en la capacidad que tendrá para desprenderse de toda presión política en su manejo gerencial...
¿Hay capacidad para explotar las diferentes cuencas petroleras existentes y por descubrir?
Bueno, sabemos que en 2005 se creó, por ley, Enarsa, una empresa ciento por ciento del Estado, cuyo único cometido era la exploración en el mar. Pero esta empresa no hizo nada...
¿No hizo nada?
Bueno. Maneja lamparitas y algunos proyectos eólicos, que no hacen al objetivo fundamental. Pero además fue la empresa que fletó el avión con la valija de Antonini Wilson, no se olvide de eso.
¿Cómo se concreta la exploración petrolera en Argentina?
Primero se debe afrontar el llamado riesgo geológico, que se da cuando se explora un área supuestamente con petróleo y no se lo encuentra. Los expertos le van a decir que un buen programa de exploración antes de 3 o 4 años no va rendir frutos.
¿Entonces cómo se encara la explotación petrolera?
Bueno el país ya perdió hace rato el autoabastecimiento y le va a costar recuperarlo. Por eso estamos en lo que yo llamo la “triple tenaza”.
¿Cómo es eso?
Es el tránsito en 20 años de una energía abundante exportada y barata a una etapa de energía cara, importada y escasa.
Pero hasta que YPF comience a dar frutos vamos a seguir importando energía...
No le quepa ninguna duda. Además no se olvide de que YPF es del petróleo la tercera parte de la producción y del gas la cuarta parte. El tema es ver qué hace el resto de las empresas. Me da la impresión de que todavía no hay conciencia clara para arrancar con este proyecto.
¿Cuáles son las cuencas petroleras más importantes para empezar a explotar?
Bueno, yo no soy geólogo. Pero claramente, por lo que dicen los expertos, la provincia de Neuquén y el sur de Mendoza, la denominada cuenca “Vaca muerta”. Trabajar allí exigirá mucha tecnología, muchos equipos, mucho personal capacitado, que no tenemos. Y eso va a llevar tiempo y sobre todo mucho dinero...
En este plano hay una mala noticia y una buena noticia.
Comencemos por la mala.
La mala noticia es que la explotación en “Vaca muerta” va a costar mucho más que el actual precio que se les paga a los productores: menos de 3 dólares. Claramente “Vaca muerta” va a costar mucho más. La buena noticia es que va a costar menos que las actuales importaciones de energía que traemos por barco, que vienen a 17 o 18 dólares.
No se olvide de que Argentina en los últimos 8 años puso en marcha la sustitución de la producción local con importaciones. En la cuenca gasífera que va desde Salta hasta Tierra del Fuego se le pueden pagar hoy 2,80 dólares el millón de BTU. Pero si esa misma empresa está en Bolivia y le vende a la Argentina se le debe abonar 12 dólares. Y si manda en barcos se le deben dar 17 o 18 dólares. Es un esquema realmente muy curioso.
Por una nueva ley de petróleo
Alieto Guadagni hizo valer su experiencia en materia de temas energéticos y opinó que la base de todo el problema que arrastra el país se centra en la implementación de una pésima política energética.
Sobre cuál sería el primer paso para lograr la famosa buena política energética, dijo el especialista: “Primero, conformar una nueva ley de petróleo que establezca los criterios de previsibilidad y estabilidad capaces de convocar inversores privados en un marco de licitaciones competitivas, sin amigos del Gobierno que luego se queden con áreas petroleras que no van a explorar ni explotar sino sencillamente a "revolear' en cualquier especulación financiera. En definitiva, el Gobierno tendrá que optar por el capitalismo de amigos o por el capitalismo competitivo”, resaltó.
Asimismo, agregó: “Yo creo que leyeron mal a Prebisch. El hablaba de sustitución de importaciones, no de sustitución de producción nacional”.
En ese mismo sentido, expresó que es posible una empresa petrolera eficiente. “Hay que hacerlo. Por lo pronto el Gobierno tuvo el acierto de poner al frente de la compañía a un hombre del sector y con conocimiento científico y tecnológico. A Miguel Galuccio no tengo el gusto de conocerlo, pero por su currículum vítae y antecedentes parece ser una persona altamente capacitada. Desde mi punto de vista fue un acierto su designación al frente de la compañía y es más que necesario que un experto la conduzca para no repetir errores del pasado, concluyó Guadagni”, dijo.