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Repsol canceló el suministro de GNL para la Argentina

Viernes, 18 de mayo de 2012 20:16


Tras la sanción de la ley de expropiación del 51% de YPF, la española Repsol comienza a mostrar sus dientes. La petrolera hispánica, en una clara reacción a la decisión argentina, canceló ayer el contrato rubricado con la estatal Enarsa, en el que se comprometía al suministro de gas natural licuado (GNL), a través de buques que abastecen a plantas regasificadoras nacionales.
En efecto, Repsol canceló su contrato de suministro de GNL por barco con Argentina, según un documento al que las agencias noticiosas tuvieron acceso ayer, que obligaría al país a salir con urgencia a comprar cargamentos de GNL más caros para evitar el desabastecimiento. Esta situación ya se venía pronosticando por parte de economistas y técnicos especializados en el tema energético. A raíz de la expropiación y de la mala política petrolera implementada durante años e incluso sostenida por la administración “K”, las reacciones por parte de la empresa española llegarían desde algún sector importante, en este caso, el dedicado al gas natural licuado, fluido que Argentina importa y que desde hace varios años viene siendo el elemento de controversia llegados los meses de invierno y cuando el frío afecta directamente a la población. Lo cierto es que Repsol acusó a la petrolera estatal argentina Enarsa, encargada de las importaciones del combustible, de incumplir con el contrato de suministro de GNL al pedir una renegociación de precios y la modificación del calendario del suministro. Cabe recordar que Enarsa tenía un contrato con Repsol para recibir 10 barcos este año y Argentina depende de las importaciones de GNL para satisfacer entre el 20 y el 30% del consumo doméstico de gas natural.

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Tras la sanción de la ley de expropiación del 51% de YPF, la española Repsol comienza a mostrar sus dientes. La petrolera hispánica, en una clara reacción a la decisión argentina, canceló ayer el contrato rubricado con la estatal Enarsa, en el que se comprometía al suministro de gas natural licuado (GNL), a través de buques que abastecen a plantas regasificadoras nacionales.
En efecto, Repsol canceló su contrato de suministro de GNL por barco con Argentina, según un documento al que las agencias noticiosas tuvieron acceso ayer, que obligaría al país a salir con urgencia a comprar cargamentos de GNL más caros para evitar el desabastecimiento. Esta situación ya se venía pronosticando por parte de economistas y técnicos especializados en el tema energético. A raíz de la expropiación y de la mala política petrolera implementada durante años e incluso sostenida por la administración “K”, las reacciones por parte de la empresa española llegarían desde algún sector importante, en este caso, el dedicado al gas natural licuado, fluido que Argentina importa y que desde hace varios años viene siendo el elemento de controversia llegados los meses de invierno y cuando el frío afecta directamente a la población. Lo cierto es que Repsol acusó a la petrolera estatal argentina Enarsa, encargada de las importaciones del combustible, de incumplir con el contrato de suministro de GNL al pedir una renegociación de precios y la modificación del calendario del suministro. Cabe recordar que Enarsa tenía un contrato con Repsol para recibir 10 barcos este año y Argentina depende de las importaciones de GNL para satisfacer entre el 20 y el 30% del consumo doméstico de gas natural.


Ya fueron reemplazadas
 

El vocero del Ministerio de Planificación Federal, Horacio Mizrahi, afirmó ayer: “Todas las cargas de gas natural licuado (GNL) acordadas con Repsol ya fueron reemplazadas, porque sabíamos que, como siempre, iban a incumplir, de la misma manera que lo hicieron durante los años que controlaron YPF”.
La declaración oficial responde a la decisión de Repsol de cancelar su contrato de suministro de GNL a Argentina, decisión de la petrolera española que se dio a conocer ayer.
El funcionario remarcó: “Si el acuerdo con Repsol podía ser más conveniente, se compensa por todos los perjuicios que nos generaba en otros aspectos, como la declinación de la producción por falta de inversiones, cuya única solución para la empresa española fue vendernos el GNL, fluido que ellos mismos traían desde otros lugares del planeta mientras se llevaban generosos dividendos”.

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