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El niño golpeado en Cachi fue víctima de un juego violento

Miércoles, 23 de mayo de 2012 10:08

“No fue una agresión, fue un juego. Se acusó a mi hijo de ser el culpable, pero no es cierto. En ese momento había otros tres chicos y solo lo señalaron a él”. Así se expresó la madre del niño de catorce años, a quien se lo responsabilizó de la caída de su compañero de escuela de ocho años.

Esta semana su hijo, que cursa séptimo grado en la escuela Victorino de la Plaza de Cachi, estuvo en el centro de un hecho que la Justicia tratará de aclarar. El miércoles pasado, un alumno de segundo grado tuvo que ser trasladado en helicóptero a la capital salteña, tras haber sufrido un fuerte golpe en la cabeza.
Las primeras versiones sostenían que el estudiante de 14 años lo alzó y luego lo soltó. Así, cayó de espalda y su cabeza rebotó en el piso.

Ayer, la mamá del alumno de séptimo grado negó que su hijo sea violento. “Nunca tuvo problemas en la escuela ni recibí ninguna notificación por mala conducta”. Su tía también salió a defenderlo. “Cargaron la culpa sobre mi sobrino, lo tildaron como el niño de la violencia. Está afectado moralmente”.

El niño les contó a sus padres que todo se trató de un accidente. “No estuvo solo él. Había tres chicos más que lo levantaron al otro alumno. Mi hijo lo agarró de la solapa de la campera. Era un juego, no tenían intención de agredirlo. Después lo largan pensando que iba a caer bien, pero perdió el equilibrio y se cayó de espalda. Tampoco fue a una altura de un metro, como de dijo”.

El caso hizo temblar al pueblo de Cachi. Pasaron los días y, sin embargo, en el pueblo el tema salpica en las conversaciones de las esquinas.

“Lo trataron como si fuera un criminal; dicen que alguien vio cómo fue, pero salen todos anónimos. Ahora nadie se anima a dar la cara. Los otros chicos coinciden con lo que me contó mi hijo”, remarcó la mujer.
El alumno volvió a clases el lunes. El otro niño se recupera en el Hospital Materno Infantil y pasó de terapia intensiva a una habitación común. “Rezamos para que se cure. Mientras tanto, nadie aclaró cómo fueron las cosas. Mi sobrino estaba traumado, con miedo. Le decían que la Policía lo andaba buscando”, se lamentó la tía.

Ayer, dos supervisoras visitaron la escuela Victorino de la Plaza, recogieron testimonios y pidieron que se intensifique el cuidado del alumnado. Reconocieron que los niños participan en juegos bruscos y calificaron al hecho como un accidente.

Según las supervisoras Nélida Chilo y Ana Alonso, el incidente ocurrió el miércoles, a las 13.55, antes del ingreso del turno tarde. En ese momento los maestros estaban reunidos, ya que acostumbran a juntarse quince minutos antes de arrancar las clases para planificar las actividades y definir proyectos. Pese a que la campana no había sonado, casi 400 chicos ya estaban en la escuela y una sola celadora quedó a cargo de vigilarlos. La escuela tiene dos patios, uno interno y otro externo, al costado del ala nueva y de una obra. El incidente sucedió entre una cancha precaria y una galería.

“Fue un juego. Por ahí, los chicos forcejean y se tiran. No se puede afirmar con contundencia cómo ocurrió, ningún adulto vio. Hay chicos que dicen una cosa, pero son versiones de niños. Sí había tres o cuatro alumnos en ese instante que dan un relato coincidente: dicen que estaban jugando”, afirmó Chilo. Su colega, Alonso, agregó: “Los chicos no miden las consecuencias de cómo juegan”.

Los docentes de la escuela describieron al niño de 14 años como un colaborador constante de los actos, con buena conducta, aunque con dificultades de aprendizaje. “Hay que estar encima de él, y así cumple”, expresó una docente. Recién ayer llegó a la comisaría de Cachi la denuncia que realizó la mamá del niño lesionado. La mujer había expuesto el caso el lunes en la capital salteña, luego de que su hijo recuperara la conciencia.
 

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“No fue una agresión, fue un juego. Se acusó a mi hijo de ser el culpable, pero no es cierto. En ese momento había otros tres chicos y solo lo señalaron a él”. Así se expresó la madre del niño de catorce años, a quien se lo responsabilizó de la caída de su compañero de escuela de ocho años.

Esta semana su hijo, que cursa séptimo grado en la escuela Victorino de la Plaza de Cachi, estuvo en el centro de un hecho que la Justicia tratará de aclarar. El miércoles pasado, un alumno de segundo grado tuvo que ser trasladado en helicóptero a la capital salteña, tras haber sufrido un fuerte golpe en la cabeza.
Las primeras versiones sostenían que el estudiante de 14 años lo alzó y luego lo soltó. Así, cayó de espalda y su cabeza rebotó en el piso.

Ayer, la mamá del alumno de séptimo grado negó que su hijo sea violento. “Nunca tuvo problemas en la escuela ni recibí ninguna notificación por mala conducta”. Su tía también salió a defenderlo. “Cargaron la culpa sobre mi sobrino, lo tildaron como el niño de la violencia. Está afectado moralmente”.

El niño les contó a sus padres que todo se trató de un accidente. “No estuvo solo él. Había tres chicos más que lo levantaron al otro alumno. Mi hijo lo agarró de la solapa de la campera. Era un juego, no tenían intención de agredirlo. Después lo largan pensando que iba a caer bien, pero perdió el equilibrio y se cayó de espalda. Tampoco fue a una altura de un metro, como de dijo”.

El caso hizo temblar al pueblo de Cachi. Pasaron los días y, sin embargo, en el pueblo el tema salpica en las conversaciones de las esquinas.

“Lo trataron como si fuera un criminal; dicen que alguien vio cómo fue, pero salen todos anónimos. Ahora nadie se anima a dar la cara. Los otros chicos coinciden con lo que me contó mi hijo”, remarcó la mujer.
El alumno volvió a clases el lunes. El otro niño se recupera en el Hospital Materno Infantil y pasó de terapia intensiva a una habitación común. “Rezamos para que se cure. Mientras tanto, nadie aclaró cómo fueron las cosas. Mi sobrino estaba traumado, con miedo. Le decían que la Policía lo andaba buscando”, se lamentó la tía.

Ayer, dos supervisoras visitaron la escuela Victorino de la Plaza, recogieron testimonios y pidieron que se intensifique el cuidado del alumnado. Reconocieron que los niños participan en juegos bruscos y calificaron al hecho como un accidente.

Según las supervisoras Nélida Chilo y Ana Alonso, el incidente ocurrió el miércoles, a las 13.55, antes del ingreso del turno tarde. En ese momento los maestros estaban reunidos, ya que acostumbran a juntarse quince minutos antes de arrancar las clases para planificar las actividades y definir proyectos. Pese a que la campana no había sonado, casi 400 chicos ya estaban en la escuela y una sola celadora quedó a cargo de vigilarlos. La escuela tiene dos patios, uno interno y otro externo, al costado del ala nueva y de una obra. El incidente sucedió entre una cancha precaria y una galería.

“Fue un juego. Por ahí, los chicos forcejean y se tiran. No se puede afirmar con contundencia cómo ocurrió, ningún adulto vio. Hay chicos que dicen una cosa, pero son versiones de niños. Sí había tres o cuatro alumnos en ese instante que dan un relato coincidente: dicen que estaban jugando”, afirmó Chilo. Su colega, Alonso, agregó: “Los chicos no miden las consecuencias de cómo juegan”.

Los docentes de la escuela describieron al niño de 14 años como un colaborador constante de los actos, con buena conducta, aunque con dificultades de aprendizaje. “Hay que estar encima de él, y así cumple”, expresó una docente. Recién ayer llegó a la comisaría de Cachi la denuncia que realizó la mamá del niño lesionado. La mujer había expuesto el caso el lunes en la capital salteña, luego de que su hijo recuperara la conciencia.
 

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