Otra propuesta para el exigente “bon vivant” salteño, que gusta de encarar la noche con lo más fuerte que haya de oferta. En esta ocasión, nos dirigimos hacia el Bar Nueve XXI, del Paseo Corredor Balcarce. Un lugar interesante con varias barras, cada una con un estilo diferente a la otra. En una de esas barras Ricardo, barman del pub, nos invitó con unos de sus tragos más populares y sabrosos.
Se trata del mítico “Satanás Caliente” que debe tomarse ígneo, como su nombre lo indica. El fuego que se le enciende le da bastante temperatura y un sabor muy particular. Según comentan el “Satanás...” es un buen trago para el invierno, ya que arregla la garganta y ordena las ideas para comenzar una noche fresca.
Antes que nada, quien se anime a preparar un Satanás caliente debe primero calentar los recipientes que se usarán. Al parecer, la temperatura del metal de la coctelera es fundamental para encarar la preparación del “Satanás...”.
El trago original lleva, en partes iguales: granadina, licor de frutilla, gin, ginebra y vodka. Debe colocarse la preparación en la coctelera hasta un 60%, luego encenderlo con un soplete o encendedor y dejarlo de 5 a 10 minuto ardiendo. Cuando el preparado está con la temperatura que desea el barman, se lo se sirve desde gran altura, para que la granadina y el licor de frutilla queden bien mezclado. En otras recetas, pudimos descubrir que el Satanás Caliente tiene más ingredientes: triple sec, vodka y ron. En ese caso, se supone que en la tapa de la coctelera se pone solamente el triple sec y en el vaso de están los demás ingredientes. En este caso se flemea el trago pasando la mezcla de la tapa hacia el vaso y viceversa. Otros aumentan azúcar a la explosiva mezcla. Hay quienes gustan prepararlo sumándole wiskey y Tía María.
Hay otras propuestas más sobre el trago, todas según el gusto y el aguante de quienes gustan de bebidas clásicas o explosivas. En todos los casos, se recomienda beberlo con mucha moderación, ya que tiene una buena carga alcohólica ¡de la que hay que cuidarse! Y recién entonces, como recomiendan los que saben, se puede disfrutar con libertad y plena conciencia...
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Otra propuesta para el exigente “bon vivant” salteño, que gusta de encarar la noche con lo más fuerte que haya de oferta. En esta ocasión, nos dirigimos hacia el Bar Nueve XXI, del Paseo Corredor Balcarce. Un lugar interesante con varias barras, cada una con un estilo diferente a la otra. En una de esas barras Ricardo, barman del pub, nos invitó con unos de sus tragos más populares y sabrosos.
Se trata del mítico “Satanás Caliente” que debe tomarse ígneo, como su nombre lo indica. El fuego que se le enciende le da bastante temperatura y un sabor muy particular. Según comentan el “Satanás...” es un buen trago para el invierno, ya que arregla la garganta y ordena las ideas para comenzar una noche fresca.
Antes que nada, quien se anime a preparar un Satanás caliente debe primero calentar los recipientes que se usarán. Al parecer, la temperatura del metal de la coctelera es fundamental para encarar la preparación del “Satanás...”.
El trago original lleva, en partes iguales: granadina, licor de frutilla, gin, ginebra y vodka. Debe colocarse la preparación en la coctelera hasta un 60%, luego encenderlo con un soplete o encendedor y dejarlo de 5 a 10 minuto ardiendo. Cuando el preparado está con la temperatura que desea el barman, se lo se sirve desde gran altura, para que la granadina y el licor de frutilla queden bien mezclado. En otras recetas, pudimos descubrir que el Satanás Caliente tiene más ingredientes: triple sec, vodka y ron. En ese caso, se supone que en la tapa de la coctelera se pone solamente el triple sec y en el vaso de están los demás ingredientes. En este caso se flemea el trago pasando la mezcla de la tapa hacia el vaso y viceversa. Otros aumentan azúcar a la explosiva mezcla. Hay quienes gustan prepararlo sumándole wiskey y Tía María.
Hay otras propuestas más sobre el trago, todas según el gusto y el aguante de quienes gustan de bebidas clásicas o explosivas. En todos los casos, se recomienda beberlo con mucha moderación, ya que tiene una buena carga alcohólica ¡de la que hay que cuidarse! Y recién entonces, como recomiendan los que saben, se puede disfrutar con libertad y plena conciencia...