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España prohíbe cupo de detenciones discriminatorias

Domingo, 27 de mayo de 2012 12:21

A pesar de que habían sido negadas, las inspecciones a inmigrantes por motivos étnicos eran una escena repetida en el país y supuestamente su cantidad respondía a órdenes superiores.

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A pesar de que habían sido negadas, las inspecciones a inmigrantes por motivos étnicos eran una escena repetida en el país y supuestamente su cantidad respondía a órdenes superiores.

“Tú no te tienes que preocupar. ­Si pareces europea!”. En uno de sus peores contactos con la Policía, esto le dijo un oficial de Madrid a la argentina Tatiana Kelly, quien hace ya cuatro que años vive en la capital española.

Había sido una noche en la que había salido a bailar con sus amigos, varios de ellos colombianos, a un boliche de música latina. No había ni pasado media hora cuando entraron alrededor de cuarenta oficiales en lo que denominaron una “inspección de rutina”, con intenciones de calmar a las pocas personas que allí se encontraban. Separaron a mujeres de hombres y a cada uno por su lado los inspeccionaron en el baño.

Tatiana enfureció ante el trato y quiso hacer una denuncia. Pero la retrucaron y le dijeron que quienes podían hacerle una denuncia eran los de la misma Policía por no llevar el pasaporte consigo. Y fue en ese momento cuando le dijeron que no se preocupara por posibles episodios similares en el futuro, ya que por su tez blanca “pareces europea”.

Sin embargo, desde entonces le pidieron identificación al menos cinco veces más en ocasiones diferentes. Según alguien cercano le dijo, ello podría deberse a que tendría rasgos rumanos, como el pelo oscuro y los ojos claros.

Historias como estas son cotidianas entre los inmigrantes en España, sobre todo, entre aquellos que lo parecen físicamente. Y lo saben desde antes de entrar al país pues los controles, a veces exagerados, comienzan en los aeropuertos. Luego, donde más detienen a inmigrantes para pedirles documentación son las estaciones de subte más concurridas, los locutorios e incluso cerca de los comedores sociales.

A raíz de esta situación es que se ha hablado y se han denunciado redadas policiales racistas. Una de las últimas organizaciones en poner esta situación en evidencia fue Amnistía Internacional, que en diciembre pasado presentó un informe titulado “Parar el racismo, no a las personas: perfiles raciales y control de la inmigración en España”. Tras ello, pidió al nuevo gobierno, ya en funciones, tanto que reconozca esta situación como que la prohíba.

Lo mismo solicitó el Sindicato Unificado de Policía que en marzo había denunciado que los oficiales se ven obligados a realizar cierto número de detenciones a inmigrantes con estancia ilegal. Tras ello, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, había asegurado que, de existir tales redadas, se darían instrucciones para su cese inmediato.

Finalmente, fue la semana pasada cuando se hizo pública una circular de la Policía en la que este cuerpo establecía concretamente “la prohibición de establecer cupos de identificación de extranjeros y las actuaciones masivas o indiscriminadas basadas en criterios étnicos”. Además, daban órdenes de no detener a inmigrantes irregulares que pudieran justificar un domicilio.

Esto supone un avance, si bien hay quienes creen que todavía faltan acciones para erradicar la discriminación institucionalizada. Las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos se cuentan entre ellos, ya que en un comunicado informaron: “No se elimina el racismo institucional limitando los controles racistas en las calles mientras se aprueba una reforma sanitaria que recorta derechos, entre otros motivos, a base de la nacionalidad o a la situación administrativa de una persona o se mantienen centros de internamiento, denominados ahora con el eufemismo de “centros de estancia controlada de extranjeros”, que privan de libertad a las personas que no han podido acceder a regularizar su estancia en el país”.

En el mismo comunicado también piden que, ya que ha sido reconocida una práctica discriminatoria e ilegal como la de las redadas a inmigrantes, alguien debe “asumir las responsabilidades”.

Por parte de Tatiana, ella reconoce el avance aunque el contexto es negativo, pues cree que de todas maneras “los inmigrantes siempre son chivos expiatorios de las crisis”.

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