Boca fue demasiado para Godoy Cruz. Y cuando se inspiran sus figuran, no hay rival que pueda frenarlo. Cerró una nueva fecha, la 16, con una nueva goleada: fue 3 a 0 sobre Godoy Cruz, casi una sombra en la Bombonera.
Boca jugó unos primeros 45 minutos extraordinarios, con presión en todos los sectores del campo, muy buen manejo de balón, volumen de juego, profundidad y contundencia en ataque. En síntesis, el equipo de Falcioni jugó la mejor etapa inicial del torneo.
Todo esto, a partir de la excelente tarea de Rolando Schiavi e Insaurralde en defensa, el despliegue de Diego Rivero por derecha, el criterio del exquisito Juan Román Riquelme en la gestación del juego, la movilidad de Mouche y el peso Cvitanich.
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Boca fue demasiado para Godoy Cruz. Y cuando se inspiran sus figuran, no hay rival que pueda frenarlo. Cerró una nueva fecha, la 16, con una nueva goleada: fue 3 a 0 sobre Godoy Cruz, casi una sombra en la Bombonera.
Boca jugó unos primeros 45 minutos extraordinarios, con presión en todos los sectores del campo, muy buen manejo de balón, volumen de juego, profundidad y contundencia en ataque. En síntesis, el equipo de Falcioni jugó la mejor etapa inicial del torneo.
Todo esto, a partir de la excelente tarea de Rolando Schiavi e Insaurralde en defensa, el despliegue de Diego Rivero por derecha, el criterio del exquisito Juan Román Riquelme en la gestación del juego, la movilidad de Mouche y el peso Cvitanich.
Así, con solo eso, o mejor dicho con todo eso, Boca redondeó un gran primer período, en el que generó al menos seis ocasiones de peligro y marcó dos goles. Pero también contó con la complicidad de un rival que está muy lejos de ser lo que fue en su momento y que le dio muchísimas ventajas en defensa.
A los 13 minutos llegó la apertura del marcador con un preciso tiro libre de Riquelme y un certero cabezazo de Insaurralde. Y un toque sútil de Cvitanich estableció el merecido 2 a 0 en el cierre de la primera etapa.
Boca reguló en el complemento y a siete minutos del final del encuentro, llegó una genialidad de Riquelme, quien asistió a Mouche, para que marcara el tercer tanto.
Y en el último minuto el 10 casi marca el suyo, pero su remate se fue alto. Hubiese sido la frutilla del pos tre.