Una nueva alternativa terapéutica para el tratamiento de la ansiedad y sus trastornos, la etifoxina, comercializada en Francia desde 1994 (más de 7.5 millones de pacientes tratados) y actualmente presente en más de 40 países ya está disponible en el país.
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Una nueva alternativa terapéutica para el tratamiento de la ansiedad y sus trastornos, la etifoxina, comercializada en Francia desde 1994 (más de 7.5 millones de pacientes tratados) y actualmente presente en más de 40 países ya está disponible en el país.
La ansiedad es una emoción normal que acompaña a las acciones de los hombres como un mecanismo de sintonía fina que permite la más exacta lectura de las señales anticipadas, la mejor evaluación de los indicios del ambiente y la más adecuada selección de las conductas.
Cuando la ansiedad tiene cualidades disfuncionales particulares o cuando se experimenta en cantidades excesivas o en situaciones inadecuadas o discordantes, deviene patológica.
Se expresa en actitudes inconvenientes y en comportamientos inadecuados y se experimenta de manera displacentera, a veces insoportablemente displacentera.
En muchas ocasiones eso lleva a consultar a los psiquiatras pero también a generalistas y médicos de muchas otras especialidades.
En ocasiones esta patología se manifiesta de manera definidamente estructurada tomando la forma de alguno de los trastornos de ansiedad (trastorno de pánico, ansiedad generalizada, fobias simples o específicas, trastorno de ansiedad social, trastornos postraumáticos y obsesivo-compulsivos). Estos trastornos afectan entre el 17% y 18% de la población mundial y se estima que a un porcentaje similar de argentinos.
Se trata de los trastornos mentales más comunes y con mayores efectos negativos: malestar y sufrimiento para pacientes y familiares, riesgo de potenciar otras enfermedades mentales (las más comunes: depresión y consumo de alcohol o sustancias), o físicas (hipertensión u otras enfermedades cardiovasculares); genera, además, aumento del uso de los recursos de salud.
Los trastornos de ansiedad se presentan a lo largo de toda la vida y además la asociación entre ansiedad y discapacidad es mayor a medida que aumenta la edad y es bidireccional, aumentando incluso el riesgo de deterioro y muerte en los adultos mayores.
En muchos otros casos la ansiedad patológica es menos estructurada y genera parecidas perturbaciones aunque no reúne todos los criterios de un trastorno mental; se trata de la ansiedad no especificada o de los trastornos adaptativos.
En esta cuestión no hay estadísticas aunque la padecemos, padecimos o padeceremos casi todos los seres humanos.
Los tratamientos hasta ahora disponibles son muy eficaces pero, en muchos casos no es posible tratar sus síntomas sin sufrir efectos adversos.
En ese sentido, Alberto Márquez, Director de ADINEU (Asistencia, Docencia e Investigación en Neurociencia) y Presidente Honorario de la AATA (Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad) sostuvo que ‘desde el año pasado empezamos a explorar en la Argentina la eficacia de un nuevo ansiolítico que tiene una larga historia en varios países europeos pero que no había estado a nuestro alcance hasta ahora‘.
‘Lo que más llama la atención en este fármaco son los datos acerca de su tolerabilidad, cuestión que es el desafío actual del tratamiento de la ansiedad‘, dijo Márquez.
El especialista indicó que ‘es una nueva alternativa porque aunque los psiquiatras contamos con herramientas suficientes como para garantizar el control de las manifestaciones ansiosas de casi todos los pacientes, en muchos casos había que pagar un costo alto en efectos desfavorables para la calidad de vida como sedación, inducción del sueño, relajación muscular excesiva, aumento de peso, disfunciones sexuales y en ocasiones incluso fenómenos de habituación y efectos sobre la memoria y otros procesos cognitivos‘.
La etifoxina actúa como agonista del receptor inhibitorio GABAA en un sitio diferente (la subunidad beta) al que actúan los tranquilizantes benzodiazepínicos.
Adicionalmente potencia los efectos de los neuroesteroides intracelulares sobre los mismos receptores. Esto le permite ofrecer un efecto ansiolítico sin sedación ni efectos sobre la memoria y el aprendizaje.
La etifoxina es un tratamiento terapéutico que debe ser indicado por un médico psiquiatra.