Se supo que habló con la chica, por celular, el día de la desaparición, hecho que reconoció ayer ante el juez del caso
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Se supo que habló con la chica, por celular, el día de la desaparición, hecho que reconoció ayer ante el juez del caso
A más de cuatro meses de la misteriosa desaparición de Marcela Mamaní, de 25 años, ayer volvió a declarar -por tercera vez- una de las parejas de la joven, Mario Zurita (57), pero en esta oportunidad quedó detenido en la Alcaidía Judicial, tras detectarse una serie de contradicciones en sus testimonios previos.
El juez de Instrucción Formal 1, Martín Pérez, a cargo del caso, ordenó la captura del hombre el pasado viernes y horas después fue apresado por efectivos de la Brigada de Investigaciones 1, en la zona del macrocentro de esta capital.
El magistrado consideró que Zurita mintió en los dos primeros testimonios, cuando aseguró que la última vez que mantuvo contacto con Mamaní fue el 14 de febrero pasado (dos días antes de haber sido vista por última vez), pero la sábana de llamadas de su teléfono celular establece que el 16 de febrero, ambos se comunicaron.
Por ese motivo, Zurita estuvo declarando ante Pérez durante más de dos horas, entre las 12 y las 14 de ayer, en el despacho del magistrado.
Fuentes judiciales afirmaron a El Tribuno que el sospechoso reconoció que se equivocó de día y que efectivamente había mantenido contacto con Mamaní el día de su desaparición. Sin embargo, juró que no la vio y que no tiene idea sobre su paradero. “Hablamos brevemente”, indicó al magistrado.
Pese a la explicación, el juez ordenó que el hombre quedase detenido y que la Brigada de Investigaciones profundice las pesquisas en torno de la vida del sospechoso, quien, al parecer, estaba permanentemente encima de la muchacha y le proporcionaba dinero.
La extraña desaparición
Cabe recordar que Mamaní fue vista por última vez el 16 de febrero pasado en la casa de su expareja, Javier Aramayo, en el barrio Pablo Saravia, ubicado en la zona sur de esta ciudad, y aún no hay rastros de ella.
Aramayo, devoto de San La Muerte, estuvo detenido pero fue liberado luego por falta de mérito, aunque sigue ligado a la causa.
Carmen Fernández, madre de la damnificada, quien ayer se negó a dialogar con El Tribuno, había asegurado, previamente, que Marcela tenía una relación enfermiza con Javier ya que él la celaba, la golpeaba y la había amenazado de muerte cuando su hija le pidió que abandonara la relación.
A raíz de esas acusaciones, Aramayo fue detenido, aunque el 30 de marzo, lo liberaron. Horas después de aquello, se presentó en la planta editorial de este matutino y dijo: “No tengo nada que ver con la desaparición de Marcela. Ella estuvo en mi casa desde el 14 hasta el 16 de febrero y se fue, después de las 17, caminando hasta la parada del colectivo 3B, en el barrio San Remo. Me dijo que iba a volver esa noche, pero no regresó”.
Los investigadores creen que la joven estaba embarazada de Aramayo y eso habría irritado a Mario Zurita, quien hoy está en la mira de la Justicia. Hay testimonio extraoficiales que aseguran que este hombre mayor -del que se sabe poco- estaba obsesionado con la joven desaparecida, hecho que no pasó desapercibido para el juez del caso.