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A la Generación Dorada le alcanzó con su jerarquía

Viernes, 29 de junio de 2012 19:09

Fueron de menor a mayor y terminaron imponiendo toda su jerarquía ante un equipo que mostró amor propio, pero que se fue diluyendo con el correr de los minutos. La referencia es para Argentina y Uruguay, que ayer jugaron en el Delmi, ante aproximadamente 9.000 personas. El triunfo fue para la generación dorada por 86 a 65 con un goleador inesperado: Juan Pedro Gutiérrez, autor de 18 puntos, mientras que el base uruguayo Martín Osimani, con 15, fue lo mejor en el charrúa.
Julio Lamas, DT argentino, puso en cancha como quinteto inicial a Luis Scola, Emanuel Ginóbili, Nicolás Laprovittola, Juan Pedro Gutiérrez y Andrés Nocioni. El arranque fue impreciso, especialmente desde el tiro externo, donde probaron todos pero ninguno acertó. Aquí se vio la diferencia entre uno y otro. Los argentinos volvieron a jugar juntos después de once meses, los uruguayos disputaron el Sudamericano hasta el fin de semana pasado.
Bajo el tablero sí hubo cosas buenas, con Luis Scola acertando la mayoría de sus lanzamientos; terminó con 14 puntos, pero 10 fueron en el primer cuarto.
De a poco fue Argentina ganado en confianza, pero seguía fallando el tiro de tres. Y tenía que ser Manu Ginóbili el encargado de romper la mala racha; lo hizo recién a 6m29s del final del primer tiempo. A partir de allí se abrió el partido para la generación dorada, que con un par de ajustes se puso arriba y cerró el parcial a su favor por 45 a 33.
En la segunda mitad se vio lo mejor y en especial en el tercer cuarto. Comenzó a destacarse de a poco la labor de Juan Gutiérrez (pivote de 2,05 m) sumando puntos y consiguiendo rebotes, donde también se llevó la cifra más alta del juego con 6. Así la generación dorada cerró un buen ensayo, pero aún con algunas cosas por corregir.

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Fueron de menor a mayor y terminaron imponiendo toda su jerarquía ante un equipo que mostró amor propio, pero que se fue diluyendo con el correr de los minutos. La referencia es para Argentina y Uruguay, que ayer jugaron en el Delmi, ante aproximadamente 9.000 personas. El triunfo fue para la generación dorada por 86 a 65 con un goleador inesperado: Juan Pedro Gutiérrez, autor de 18 puntos, mientras que el base uruguayo Martín Osimani, con 15, fue lo mejor en el charrúa.
Julio Lamas, DT argentino, puso en cancha como quinteto inicial a Luis Scola, Emanuel Ginóbili, Nicolás Laprovittola, Juan Pedro Gutiérrez y Andrés Nocioni. El arranque fue impreciso, especialmente desde el tiro externo, donde probaron todos pero ninguno acertó. Aquí se vio la diferencia entre uno y otro. Los argentinos volvieron a jugar juntos después de once meses, los uruguayos disputaron el Sudamericano hasta el fin de semana pasado.
Bajo el tablero sí hubo cosas buenas, con Luis Scola acertando la mayoría de sus lanzamientos; terminó con 14 puntos, pero 10 fueron en el primer cuarto.
De a poco fue Argentina ganado en confianza, pero seguía fallando el tiro de tres. Y tenía que ser Manu Ginóbili el encargado de romper la mala racha; lo hizo recién a 6m29s del final del primer tiempo. A partir de allí se abrió el partido para la generación dorada, que con un par de ajustes se puso arriba y cerró el parcial a su favor por 45 a 33.
En la segunda mitad se vio lo mejor y en especial en el tercer cuarto. Comenzó a destacarse de a poco la labor de Juan Gutiérrez (pivote de 2,05 m) sumando puntos y consiguiendo rebotes, donde también se llevó la cifra más alta del juego con 6. Así la generación dorada cerró un buen ensayo, pero aún con algunas cosas por corregir.

"Tratamos de adaptarnos”

La figura más requerida de la noche fue, sin dudas, Emanuel Ginóbili. El alero del seleccionado cerró el choque con Uruguay con 10 puntos, y mostrando algunos destellos, esos que lo llevaron a ubicarse entre los mejores jugadores del mundo.
Al finalizar el cotejo analizó la actuación argentina y señaló que “esta etapa no es para dar clase, sino para ir de poco a poco”.
“Estamos tratando de adaptarnos nuevamente a lo que es jugar en la Selección. Tenemos jugadores nuevos, que han rendido muy bien, pero como grupo todavía nos falta. Es cuestión de jugar muchos partidos para encontrar lo que buscamos. Sabemos que no estamos para dar clases, pero sí par ir corrigiendo los errores poco a poco”, señaló el 5 de la Selección argentina y el 20 de los Spurs.
También se animó a decir que a los Juegos Olímpicos va por una medalla. “A londres vamos por una medalla, ese es nuestro objetivo. Sabemos que es difícil, pero ya estuvimos en la misma situación y salimos adelante”, agregó el bahiense.
Sobre el final agradeció al público salteño por acompañar durante el juego. “Salta siempre nos recibe bien y quiero agradecerle a toda esta gente por el apoyo que nos brindó desde que arribamos a la ciudad”, cerró Ginóbili. Hoy, partirán a las 8 a Rosario para jugara mañana ante Uruguay.


 La Selección puso el juego, la gente el calor

Como sucedió en años anteriores, el público le puso color y calor a la noche en el estadio Delmi. Si bien el escenario no estuvo colmado como pasó en 2010 y 2011, alcanzó para hacerle sentir a la generación dorada el afecto que se le da en el interior del país, en especial en nuestra ciudad.
Lo más importante se vio en el rectángulo de juego. Allí se originaron los primeros gritos de asombro, que ocultaron un poco los desaciertos clásicos por ser el primer partido de la preparación. Luis Scola con sus diez puntos en el primer cuarto arrancó los primeros festejos del público. El jugador de los Houston Rockets mostró el carácter que lo identifica desde 1999, año de su debut en el seleccionado justamente en Salta.
Más tarde fue Ginóbili con el primer lanzamiento externo que sacudió la red el que hizo que la gente se levantara de sus asientos para aplaudir como lo hizo en Atenas 2004 o Pekín 2008, pero esta vez sin televisor de por medio. El sacrificio de Juan Gutiérrez más la garra del Yacaré Federico Kammerichs también recibieron el pulgar arriba de los espectadores.
Lo que se vio en la cancha estuvo rodeado por los espectáculos clásicos del básquetbol. Los acróbatas se adueñaron del entretiempo con sus piruetas ayudados por un trampolín. Una cuota de lo que se ve en la NBA se mostró en el Delmi y la aprobación dejó la puerta abierta para que el espectáculo llegue una vez más a La Linda.
Nadie quiso estar ajeno al encuentro e incluso hubo un “puma” entre la multitud. Juan Figallo, a días de viajar a Pensacola, estuvo presente en el Delmi viendo a la generación dorada y, una vez que su figura fue divisada, mereció el aplauso de los presentes. El pilar se llevó otra alegría por la labor que realiza dentro y fuera de la cancha. Lo mismo sucedió con el seleccionado salteños sobre silla de ruedas que también tuvo su protagonismo durante el juego.  
 

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