Claudio Acosta, como varios de sus compañeros de la última campaña, fue una víctima más de las incertidumbres y los poco claros manejos en Juventud Antoniana a la hora de pagar las deudas de los futbolistas. El Betito no desea seguir en el santo, tiene dos ofertas concretas de la B Metropolitana aunque todavía le quedan por cumplir dos años más de contrato (con una cláusula de posible rescisión en caso de una oferta concreta), pero teme que le pongan trabas a su liberación.
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Claudio Acosta, como varios de sus compañeros de la última campaña, fue una víctima más de las incertidumbres y los poco claros manejos en Juventud Antoniana a la hora de pagar las deudas de los futbolistas. El Betito no desea seguir en el santo, tiene dos ofertas concretas de la B Metropolitana aunque todavía le quedan por cumplir dos años más de contrato (con una cláusula de posible rescisión en caso de una oferta concreta), pero teme que le pongan trabas a su liberación.
El hábil delantero le dijo a El Tribuno que no descarta volver a Juventud, solo si el confirmado DT Iván Delfino lo convence, pero que “no me gustó cómo se manejaron conmigo. No me merecía el maltrato que recibí en este último tiempo de los dirigentes, de estar tres semanas esperando una respuesta. Ni siquiera tengo el celular del presidente (Rubén González). Veo lejos mi vuelta a Juventud”, se despachó el Betito quien puso a Delfino al margen de su contienda. “Iván demostró ser un tipo serio, le gusta tener equipos con hambre de gloria. Fue acertada la decisión de ratificarlo”.
“Me enteré de lo que le pasó a mis compañeros a los que le deben plata, espero que a mí no me pongan trabas para desvincularme. Yo quiero a Juventud, soy hincha del club y me dolería que me paguen de mala manera. Hoy Juventud es un desconcierto y eso me lleva a querer irme, sentí dolor y desilusión.
No me gusta que me dejen abandonado y tirado, y me sentí así”, expresó Acosta, para luego referirse a la situación de algunos de sus compañeros. “Lo que les pasó a ellos debilita la imagen del club y es una lástima. En el fútbol todo se sabe, se arma una rueda de cosas que se van comentando y así es difícil que algún jugador quiera ir como refuerzo. A pesar de todo eso, mi paso por Juventud no fue negativo, por el nivel futbolístico que tuve y por la gente”, finalizó el Betito, poniéndole al final un freno a su bronca.