La boda de la hija de un prominente líder guerrillero en Afganistán se convirtió el sábado en una tragedia cuando un atacante suicida se hizo explotar y dejó al menos 23 muertos, incluido el dirigente devenido en político, con lo que asestó un duro golpe a los esfuerzos por unificar a las facciones étnicas del país, informaron autoridades ayer.
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La boda de la hija de un prominente líder guerrillero en Afganistán se convirtió el sábado en una tragedia cuando un atacante suicida se hizo explotar y dejó al menos 23 muertos, incluido el dirigente devenido en político, con lo que asestó un duro golpe a los esfuerzos por unificar a las facciones étnicas del país, informaron autoridades ayer.
Ahmad Khan Samangani, un líder de la etnia uzbeka y de la guerrilla antisoviética en la década de 1980 que posteriormente ingresó al Parlamento, recibía a los invitados a la boda de su hija cuando ocurrió la explosión en la ciudad de Aybak, capital de la provincia norteña de Samangan.
El presidente Hamid Karzai informó que 23 personas murieron y unas 60, incluyendo a funcionarios, fueron heridas en el ataque, al que también condenó. Afirmó que el atentado fue “ejecutado por los enemigos de Afganistán”.
Karzai ordenó que un grupo de expertos de Kabul viaje a ese lugar para investigar el hecho.
Nadie se ha atribuido la responsabilidad de la explosión. Pero el grupo extremista Talibán, cuando anunció el 2 de mayo su ofensiva de primavera, aseguró que continuaría atacando a quienes respalden al gobierno de Karzai y a la coalición militar internacional encabezada por EEUU.
Alianzas necesarias
Karzai necesita a los grupos minoritarios, conocidos colectivamente como la Alianza del Norte, con el fin de que apoyen sus gestiones para reconciliarse con el Talibán.
Pero a las minorías les preocupa que Karzai, que es de la etnia pashtún, vaya a hacer demasiadas concesiones a sus enemigos del Talibán para conseguir un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra.
Cualquier respaldo a las negociaciones de paz que Karzai haya conseguido de grupos minoritarios podría erosionarse si el Talibán continúa atacando a sus líderes.
La violencia amenaza con minar la esperanza internacional de que las fuerzas extranjeras hagan una entrega ordenada de la seguridad a las fuerzas afganas para fines de 2014.