Mónica Carmona, contratada desde 1998 en la Municipalidad de Campo Quijano, inició el lunes pasado una huelga de hambre para reclamar el pase a planta permanente en igualdad de condiciones con otros cuatro trabajadores, a quienes se los incorporó en junio pasado.
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Mónica Carmona, contratada desde 1998 en la Municipalidad de Campo Quijano, inició el lunes pasado una huelga de hambre para reclamar el pase a planta permanente en igualdad de condiciones con otros cuatro trabajadores, a quienes se los incorporó en junio pasado.
La mujer, de 45 años de edad y cinco hijos, explicó a El Tribuno que “de acuerdo a las últimas negociaciones colectivas, el intendente Manuel Cornejo se comprometió a integrarme, junto a los otros cuatro empleados, pero no cumplió”.
Carmona ingresó a la comuna en calidad de contratada durante la gestión de Carlos Alberto “Querubín” Sosa, para tareas en Personal y Mesa de Entradas.
Con la actual gestión pasó a desempeñarse como ayudante de la secretaria privada del intendente, luego en limpieza del camping y actualmente como administrativa en el área de Cultura.
“Me dijo que debo comprender la situación de crisis mundial, pero esa justificación me parece una falta de respeto”, remarcó la trabajadora.
Carmona aseguró que cobra $700 neto y su básico es de $150.
La respuesta del intendente
El jefe comunal, Manuel Cornejo, dejó en claro que los que pasaron a la planta son aquellos que ya cobraban como tales desde 2011 y aseguró que no asumió compromiso alguno con la mujer.
“La crisis financiera internacional de la que no escapa nuestro país desde abril del año pasado nos impide modificar nuestras estructuras y salarios. Es imposible incorporar a la planta más gente, pero además esa empleada tiene cinco sumarios por diversas sanciones laborales”, aseguró el jefe comunal.
Explicó que Carmona percibe un sueldo de bolsillo de $1.120, pero por gastos que asumió cobra menos.