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Argentina se subió a un podio que no entrega medalla de oro

Viernes, 17 de agosto de 2012 01:49

A la Argentina le han colgado el mote de “campeona del proteccionismo” y durante los últimos tiempos ha hecho de todo para revalidar títulos. Ante la fuga de capitales, la consecuencia fue la instauración de un cepo cambiario generalizado que le dio vida al mercado paralelo de divisas, que hoy opera con una brecha de 35% con respecto al precio del dólar que sostiene el Banco Central. Dentro de los vaivenes del modelo kirchnerista, ya no resultan novedosas las menciones a las desprolijas medidas y al vendaval de artificios adoptados para intentar mantener el superávit comercial. Desde 2009, hasta la fecha, se dictaron 168 normas para obstaculizar el comercio internacional. Al respecto, tanta manipulación impactó precisamente en el mercado de cambios. En primer lugar, los funcionarios armaron una madeja por la cuál la compra de dólares para pagar las importaciones debe ser aprobada primero por la AFIP y por la Secretaría de Comercio Exterior. También se obligó a las petroleras a liquidar 100% de las divisas en el país y a las compañías de seguro de retiro a traer y pesificar sus imposiciones en el exterior. Por el lado del Banco Central, se aumentó la exigencia de liquidez sobre el capital mínimo que deben mantener los bancos, para imposibilitar así indirectamente el reparto de dividendos y el giro de divisas a sus casas matrices en el exterior.

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A la Argentina le han colgado el mote de “campeona del proteccionismo” y durante los últimos tiempos ha hecho de todo para revalidar títulos. Ante la fuga de capitales, la consecuencia fue la instauración de un cepo cambiario generalizado que le dio vida al mercado paralelo de divisas, que hoy opera con una brecha de 35% con respecto al precio del dólar que sostiene el Banco Central. Dentro de los vaivenes del modelo kirchnerista, ya no resultan novedosas las menciones a las desprolijas medidas y al vendaval de artificios adoptados para intentar mantener el superávit comercial. Desde 2009, hasta la fecha, se dictaron 168 normas para obstaculizar el comercio internacional. Al respecto, tanta manipulación impactó precisamente en el mercado de cambios. En primer lugar, los funcionarios armaron una madeja por la cuál la compra de dólares para pagar las importaciones debe ser aprobada primero por la AFIP y por la Secretaría de Comercio Exterior. También se obligó a las petroleras a liquidar 100% de las divisas en el país y a las compañías de seguro de retiro a traer y pesificar sus imposiciones en el exterior. Por el lado del Banco Central, se aumentó la exigencia de liquidez sobre el capital mínimo que deben mantener los bancos, para imposibilitar así indirectamente el reparto de dividendos y el giro de divisas a sus casas matrices en el exterior.

En tanto, a las empresas extranjeras se les acotó directamente el giro de dividendos, ya que el BCRA dispuso que las mismas deberán “pedir autorización previa para la transferencia al exterior de utilidades y regalías sin límite de monto”.

La medida colisiona contra los acuerdos bilaterales de inversiones que la Argentina firmó con países como los Estados Unidos, España y otras naciones europeas, que prohíben todo tipo de limitaciones al giro de utilidades.

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