La CTA más cercana al oficialismo, liderada por el docente Hugo Yasky, renovó en los últimos días sus expectativas de lograr finalmente que el Gobierno le otorgue la ansiada personería gremial (que reclama desde los 90) que la equipare con la CGT, luego de un encuentro mantenido con la presidenta Cristina de Kirchner el pasado 9 de agosto.
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La CTA más cercana al oficialismo, liderada por el docente Hugo Yasky, renovó en los últimos días sus expectativas de lograr finalmente que el Gobierno le otorgue la ansiada personería gremial (que reclama desde los 90) que la equipare con la CGT, luego de un encuentro mantenido con la presidenta Cristina de Kirchner el pasado 9 de agosto.
“Por primera vez, veo de verdad la apertura de una etapa que lleve a que nos den la personería”, confió uno de los principales dirigentes de la central alternativa.
El sindicalista se pronunció de esa forma minutos después de finalizada la audiencia que la jefa de Estado concedió en la Casa Rosada a la cúpula de la CTA yaskista, a la que el Ministerio de Trabajo continúa reconociendo como legal, tras prorrogarle el mandato a raíz de la fractura con el sector antikirchenrista que lidera Pablo Micheli.
En las últimas semanas, las versiones sobre el otorgamiento de la personería gremial a la CTA -histórico reclamo de la central alternativa desde su fundación a comienzos de la década de los 90, tras su escisión de la CGT- volvieron a cobrar fuerza en el ambiente político.
Si bien aclaró que ese tema no formó parte de la reciente conversación con la mandataria, el dirigente destacó una notable cambio en el tono que utilizó Cristina de Kirchner durante el diálogo con la CTA, e interpretó que eso traería aparejado la apertura de una nueva etapa en la relación que llevaría a que la mandataria finalmente adopte esa decisión política.
“La Presidenta esta vez utilizó un tono mucho más cercano y amigable. Nos sentimos todos muy cómodos. En las reuniones anteriores siempre nos cagaba a pedos”, se sinceró el sindicalista, al referirse a la audiencia de más de dos horas que mantuvieron el pasado 9 de agosto.
Precisamente, el reconocimiento oficial a la CTA había sido una de las promesas de Néstor Kirchner durante su campaña para las elecciones de 2003, pero una vez que asumió la Presidencia la iniciativa fue archivada, tras sellar una alianza con el líder de la CGT, Hugo Moyano, un ferviente defensor del histórico “unicato” sindical argentino.
Ahora, con la relación con el camionero rota y ante la presencia de una CGT dividida, vuelve a trazarse un escenario de “ahora o nunca” con el otorgamiento de la personería para la CTA. Más aún tras las recientes declaraciones del candidato a conducir la CGT más cercana a la Rosada, Antonio Caló, quien sorprendió al pronunciarse a favor de dejar atrás el “unicato” y afirmar que no tendría problemas en convivir con más centrales obreras reconocidas por el Gobierno, entre las que mencionó a la CGT de Moyano y a las CTA de Yasky y de Micheli.
Además de su conductor, el docente Yasky, la CTA oficialista contiene a otros dirigentes de estrechos lazos con el kirchnerismo, como el diputado Edgardo Depetri, el exfuncionario Luis D'Elía y el legislador porteño Francisco “Tito” Nenna.
Piden un haber mínimo de $2875
El secretario adjunto de la CTA oficialista Pedro Wasiejko echó un manto de incertidumbre sobre la presencia del sector moyanista este año en el Consejo del Salario, cuando se inicien en los próximos días las rondas de negociaciones en busca de establecer un nuevo haber mínimo, vital y móvil. Este año, la CTA oficialista aspira conseguir una mejora para el salario mínimo similar de entre el 23 y 25 por ciento, lo que permitiría llevar ese haber a 2.875 pesos, de los 2.300 pesos actuales.
El gremialista, a su vez, subrayó la necesidad de avanzar hacia un sinceramiento de los valores de la Canasta Básica Familiar que reporta el Indec y fortalecer la lucha contra el trabajo informal.
El dirigente estimó que si finalmente Moyano se mantiene al margen de la discusión, buscará de todas maneras insistir en su reclamo, por fuera del Consejo, para aumentar a 3.500 pesos el salario mínimo, de los $2.300 actuales.
“Yo creo que va a preferir quedar parado en que reclamó 3.500 pesos de mínimo y después los que estaban ahí firmaron 2.800. Va a tratar de quedar en una posición cómoda”, evaluó.