Los desaciertos arbitrales no esconden las falencias o los errores de un equipo ni lo eximen del peso de una caída en una atmósfera exitista. Sin embargo, suelen ser determinantes en un resultado, como pasó ayer con la vergonzosa actuación del árbitro Francisco Acosta y de sus asistentes Jorge Sayago y Walter Ruarte, quienes terminaron empujando al albo hacia la derrota ante San Jorge, con dos fallos puntuales que hubiesen cambiado radicalmente la historia. En la previa, allegados a Gimnasia cuestionaban la presencia de un árbitro santiagueño para dirigir de local a San Jorge, equipo que estuvo a punto de fusionarse con un club santiagueño y que recibe ayuda económica de un grupo inversor de dicha provincia. Pero más allá de las especulaciones, la verdad se vio en la cancha. Acosta perjudicó al albo con dos fallos inventados. Todo empezó en el final del primer tiempo: Iván Agudiak venció la resistencia del arquero Fernández, y fue Aníbal Medina quien despejó la pelota en la línea alevosamente con la mano. Debía sentenciar penal y expulsar al defensor, pero el árbitro se hizo el distraído y no cobró nada, provocando la reacción de los jugadores y del Tano Riggio contra el hombre de negro.
Los desaciertos arbitrales no esconden las falencias o los errores de un equipo ni lo eximen del peso de una caída en una atmósfera exitista. Sin embargo, suelen ser determinantes en un resultado, como pasó ayer con la vergonzosa actuación del árbitro Francisco Acosta y de sus asistentes Jorge Sayago y Walter Ruarte, quienes terminaron empujando al albo hacia la derrota ante San Jorge, con dos fallos puntuales que hubiesen cambiado radicalmente la historia. En la previa, allegados a Gimnasia cuestionaban la presencia de un árbitro santiagueño para dirigir de local a San Jorge, equipo que estuvo a punto de fusionarse con un club santiagueño y que recibe ayuda económica de un grupo inversor de dicha provincia. Pero más allá de las especulaciones, la verdad se vio en la cancha. Acosta perjudicó al albo con dos fallos inventados. Todo empezó en el final del primer tiempo: Iván Agudiak venció la resistencia del arquero Fernández, y fue Aníbal Medina quien despejó la pelota en la línea alevosamente con la mano. Debía sentenciar penal y expulsar al defensor, pero el árbitro se hizo el distraído y no cobró nada, provocando la reacción de los jugadores y del Tano Riggio contra el hombre de negro.
Pero el colmo de la vergüenza llegó en el complemento, cuando Sebastián Vezzani marcó un golazo de tiro libre que sacudió el ángulo izquierdo de Fernández. Pero inesperadamente, el asistente Sayago levantó el banderín cobrando una absurda infracción en la barrera. Insólito. “El árbitro nos explicó que la barrera obstruyó la visión del arquero. Fue algo increíble y que nunca nos pasó, lamentable”, contó Iván Agudiak. Para colmo de males, serían informados el DT Riggio, Ceballos y Young por los airados reclamos al árbitro.
El Tano explotó de la bronca dijo sin vueltas: “Hoy Gimnasia perdió exclusivamente por decisión del árbitro. Si no cobró un penal clarísimo y anuló un gol legítimo, Acosta debe replantearse si debe seguir dirigiendo. Nunca en mi vida vi anular un gol de tiro libre de esta manera. Da vergüenza anular un gol así. Reconozco que jugamos mal, pero el árbitro fue fundamental en esta derrota” .
Clima caliente y agresión a Epi López
Si en la primera fecha los hinchas ya piden por “la cabeza” del técnico y de algunos jugadores, como pasó ayer tras la derrota de Gimnasia en Tucumán ante San Jorge, es inimaginable lo que podría pasar más adelante. El clima se enrareció más de la cuenta tras la derrota. El presidente de la subcomisión de fútbol, Ramiro López, fue agredido físicamente por un grupo de hinchas del albo apostados en un sector de la platea destinada a la visita. Inexplicablemente un grupo de personas le propinó golpes al directivo de manera repudiable e injustificada, como responsabilizándolo por el mal resultado. Epi López, minimizó luego la agresión e intentó quitarle trascendencia.
Repudio y piñas. La bronca del hincha de Gimnasia también tuvo como destinatarios a Víctor Riggio y a Matías Ceballos, los más insultados. Los simpatizantes del albo cantaron al unísono en contra del técnico. Además, los jugadores se encerraron y mantuvieron una fuerte discusión en el vestuario tras el partido.
Para albos
LA MIRA EN EL CLASICO
No sólo el equipo del Tano Riggio, apremiado y obligado con la derrota en Tucumán, se puso en la mira el trascendental clásico del domingo con Central Norte, sino también la dirigencia millonaria, que en el transcurso de la semana tendrá una serie de reuniones con las
autoridades policiales y con sus pares del cuervo para resolver cuestiones respecto a la seguridad del gran duelo. Albos y azabaches jugarán el domingo, a las 16:30, en el Gigante del Norte. La distribución del público será idéntica a la de otros clásicos, la entrada popular quedó fijada en $45 y se estima que alrededor de mil policías velarán por un choque de riesgo.
UNA BAJA SENSIBLE
Diego Ianiero ya mostró sus credenciales de rudo en los amistosos de pretemporada y su presencia es positiva en la defensa del albo. Sin embargo, su vehemencia a la hora de jugar lo exponen más de la cuenta, y el riesgo implica dejar al albo con uno menos de cara a un choque crucial, como será el clásico del domingo con el cuervo. Un nuevo problema se le suma a Riggio a la hora de armar la defensa. Por fortuna, Esteban Burgos podrá retornar tras cumplir su sanción y será una fija como titular.
EL BOCHA NO LLEGA
Para colmo de males en el sector defensivo, a la expulsión de Ianiero se le suma la certeza de que Federico Rodríguez, tampoco llegará a partido con Central, ya que no le dan los tiempos de
recuperación de su esguince de tobillo y el cuerpo técnico no quiere arriesgarlo. Encima, Maxi Gómez sufrió un tirón en su pierna derecha que lo sacó del partido. Quien sí podrá volver es Franco Ascencio, pese a su contractura. Y en caso de ser habilitado, podría tener una chance el flamante refuerzo Diego Coria.
