El intento de la Secretaría de Seguridad de mudar el clásico entre Gimnasia y Tiro y Central Norte al Martearena, sumó otro eslabón a la cadena de desaciertos y contradicciones que se vienen cometiendo desde hace un tiempo en el fútbol salteño.
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El intento de la Secretaría de Seguridad de mudar el clásico entre Gimnasia y Tiro y Central Norte al Martearena, sumó otro eslabón a la cadena de desaciertos y contradicciones que se vienen cometiendo desde hace un tiempo en el fútbol salteño.
Tal vez la intención de trasladar de escenario a un partido catalogado de alto riesgo haya sido válida, pero equivocaron los tiempos y las formas.
El rumor sobre la postura del Gobierno, de que todos los clásicos se jueguen en el Martaerena estaba instalado desde hace más de un mes, pero increíblemente nunca fue comunicada oficialmente al club de la Vicente López, según los mismos dirigentes, que recién el martes se enteraron (y por terceros).
En la reunión de ayer con el comité de Seguridad, Gimnasia hizo valer su legítimo derecho para no resignar la localía, pero terminó pagando un alto costo (algo extorsivo), con el agravante de que el clásico del domingo podría ser el último que se dispute en el Gigante. En esta novela, la que salió ganando sin dudas fue la Policía, que tendrá un ingreso importante por servicios adicionales (360 en total, que representan algo más de $50.000). En la Vicente López habrá un operativo similar a un Boca- River, con 950 efectivos.
Aunque no siempre la cantidad garantiza calidad, los hombres de azul tendrán que justificar semejante erogación.
La seguridad de los vecinos de la zona y la de los hinchas está en sus manos. Ojalá esté garantizada y no haya excusas.