Un grupo de 30 interesados, algunos becados, y una empresa, Edesa, que adhirió formalmente, son los concurrentes a la capacitación iniciada por las Naciones Unidas en Salta, para lanzar el Pacto Mundial, destinado a promover un Programa de Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Este tipo de responsabilidad empresaria es la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental de la comunidad, por parte de las empresas, con el objetivo de mejorar su situación competitiva y valorativa y su valor agregado. El sistema de evaluación de desempeño conjunto de la organización en estas áreas es conocido como el triple resultado. Genéricamente, las empresas locales apoyan los objetivos del Pacto lanzado en el mundo (suscripto por Argentina), en 1999, a instancias del entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, y puesto formalmente en marcha en julio de 2000. Desde entonces, pasaron doce años y recién Salta recibió la primera adhesión empresaria e inició la capacitación frecuente, hasta fin de año, de un grupo de ejecutivos, académicos y empresarios, con la misión de fomentar principios humanistas. Fundamentalmente, el Pacto une a las empresas con las agencias de la ONU, la fuerza del trabajo, la sociedad civil y los gobiernos para fomentar los derechos humanos, las normas laborales, el medio ambiente y la anticorrupción. En Salta, empezó a instrumentarse una cátedra más de la red nacional para esos principios. En el país suman siete.
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Un grupo de 30 interesados, algunos becados, y una empresa, Edesa, que adhirió formalmente, son los concurrentes a la capacitación iniciada por las Naciones Unidas en Salta, para lanzar el Pacto Mundial, destinado a promover un Programa de Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Este tipo de responsabilidad empresaria es la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental de la comunidad, por parte de las empresas, con el objetivo de mejorar su situación competitiva y valorativa y su valor agregado. El sistema de evaluación de desempeño conjunto de la organización en estas áreas es conocido como el triple resultado. Genéricamente, las empresas locales apoyan los objetivos del Pacto lanzado en el mundo (suscripto por Argentina), en 1999, a instancias del entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, y puesto formalmente en marcha en julio de 2000. Desde entonces, pasaron doce años y recién Salta recibió la primera adhesión empresaria e inició la capacitación frecuente, hasta fin de año, de un grupo de ejecutivos, académicos y empresarios, con la misión de fomentar principios humanistas. Fundamentalmente, el Pacto une a las empresas con las agencias de la ONU, la fuerza del trabajo, la sociedad civil y los gobiernos para fomentar los derechos humanos, las normas laborales, el medio ambiente y la anticorrupción. En Salta, empezó a instrumentarse una cátedra más de la red nacional para esos principios. En el país suman siete.
“Las universidades locales no tienen alianza formal con el Pacto, por la baja expectativa demostrada. Deben firmar la carta de adhesión y no lo hicieron”, dijo a El Tribuno, el analista de las ONU, Flavio Fuertes, que en Salta inauguró la cátedra .