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El progreso vuelve a vivirse en la Puna salteña

Lunes, 27 de agosto de 2012 22:48

Centro de la antigua Gobernación Nacional de Los Andes y actualmente capital del departamento del mismo nombre, San Antonio de los Cobres ha pasado a ser una pequeña ciudad de más de 8.000 habitantes. Los extensos territorios de esta parte de la provincia y la postergación histórica que han sufrido sus habitantes, parecen comenzar a ingresar a un nuevo tramo de la historia, con la llegada de una nueva generación que comprenden sus necesidades y se han preparado para buscar soluciones asequibles.

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Centro de la antigua Gobernación Nacional de Los Andes y actualmente capital del departamento del mismo nombre, San Antonio de los Cobres ha pasado a ser una pequeña ciudad de más de 8.000 habitantes. Los extensos territorios de esta parte de la provincia y la postergación histórica que han sufrido sus habitantes, parecen comenzar a ingresar a un nuevo tramo de la historia, con la llegada de una nueva generación que comprenden sus necesidades y se han preparado para buscar soluciones asequibles.

Al menos, esto deja entrever las actividades que se han propuesto para esta nueva etapa, los intendentes como Leopoldo Salva, quien impulsa, a su vez, la unión de los pueblos de la antigua Gobernación, ya “nos unen problemas y poblaciones similares”. Son justamente estos “problemas estructurales” que atraviesan toda la Puna los que se priorizan en las agendas de los nuevos gobernantes.

Con esta nueva visión parece renacer el centro de lo que fue un territorio independiente entre 1899 y 1943, encarando soluciones para temas como vivienda, servicio de agua y luz, nuevas fuentes de riquezas, producción y caminos.

Dentro de este marco, hace ocho meses que Leopoldo Salva es intendente en San Antonio de los Cobres, quien señala como propuesta principal de su gestión la “mejora de la calidad de vida” en una región difícil para cualquier ser humano como lo es la Puna. Para ello, el municipio estableció secretarías de Ambiente y Producción, de Servicios Sociales y Orientación Ciudadana, de Cultura y Turismo y de Gobierno, Obras e Infraestructura.

Producción tradicional 

“Debemos rescatar la producción que tenemos los pueblos andinos, porque los pueblos que producen son los que no dependen de otros y salen adelante. Nosotros a eso lo tenemos muy claro y sabemos que contamos con grandes recursos en producción agrícola como las habas, las papas andinas y otros cultivos que se dan en nuestra zona y que actualmente están en auge. Nuestros abuelos vivían cosechando y sembrando y nosotros hemos aprendido de ellos. Pero también está la producción ganadera con la cría de llamas y caprinos. Para ello establecemos planes de asistencia técnica, vacunación y trabajamos para llevar el agua a los parajes más alejados y esto es fundamental para nosotros, para evitar la migración de los habitantes, en especial de las generaciones más jóvenes”, señala Salva.

En la provincia, la población del departamento de los Andes es una de las que tiene mayores índices de necesidades básicas insatisfechas. Antes de asumir su gobierno, Salva ordenó un estudio completo del estado estructural y poblacional de San Antonio, concluyendo la necesidad de establecer servicios sociales para los sectores más desprotegidos de la Puna. “La nuestra es una población muy vulnerable. Gente a la que realmente le hace falta mejorar la calidad de vida. Son situaciones históricas, a veces resultado de la misma cultura o porque muchos somos dejados, pero estamos trabajando para mejorar aquí y en el interior de nuestro territorio, a lo que yo llamo la Salta profunda. Sabemos que hay familias con casitas donde una familia de cinco personas duerme en una sola pieza. Y vamos a buscar cambiar esa situación. Estamos trabajando un montón en ese sentido. Con esta Secretaría también estamos repartiendo útiles para que los chicos puedan ir a la escuela con todo lo necesario. Para ello recurrimos a programas nacionales y provinciales con tal de mejorar la calidad de vida. Una persona que no tenga para vivir no es un problema de ella sola sino de todos”, asegura Salva.

Ejes de desarrollo

“Si queremos desarrollar el turismo y la producción y resguardar la salud de la población debemos solucionar el tema del agua. Sabemos que es poca y encima está contaminada con arsénico. Hemos comenzado a trabajar un sueño: traer agua del Acay, a 4.200 metros de altura hasta San Antonio. Se trata de un agua pura y sana. Hicimos estudios en toda la zona y la única que salió bien para consumo es la del Acay. Desde allí la traeremos, por 25 kilómetros de cañerías”, dice Salva. “Otro de los problemas estructurales es la ruta 51 que si la terminamos de asfaltar será eje del desarrollo de todos”, asegura.

Las poblaciones andinas

Las poblaciones actuales del departamento de Los Andes son las herederas de los antiguos atacamas antes de la llegada de los incas. Luego, en la conformación de los países sudamericanos, la Gobernación de los Andes, se remonta como división territorial al departamento salteño de Atacama, creado en 1814. Su origen geopolítico se corresponde con la extensión de lo que fuera el vasto Marquesado del Valle de Toxos, territorio también conocido como del Marqués de Yavi, Juan José Feliciano Fernández Campero, quien combatió por la independencia como Comandante de la Puna. Luego de la Asamblea del Año XIII, este territorio, perteneciente al Virreinato de la Plata, dejó de ser un marquesado al abolirse los derechos nobiliarios. Güemes ratificó para la Gobernación de Salta el gobierno del departamento que llegaba hasta el Pacífico. Se estima que comprendía más de 100.000 km2, hasta la cumbre cordillerana, aunque el territorio original superaba Los Andes incluyendo las actuales regiones chilenas de Antofagasta y Atacama.

“Desde San Antonio de Los Cobres hemos convocado a las demás poblaciones que comprendían a la antigua Gobernación de Los Andes para que en conjunto podamos intercambiar experiencias, buscar solucionar temas comunes como la falta de caminos, de estructuras para servicios fundamentales y promocionar nuevas industrias como el turismo. Y hasta ahora tenemos una respuesta muy positiva”, señala el intendente de San Antonio de Los Cobres, Leopoldo Salva.

El asesinato de Güemes y el apresamiento del marqués de Yavi por las fuerzas realistas en noviembre de 1816, facilitaron que la región junto a Tarija y Chichas, fueran anexados primero a la Confederación Peruana Boliviana y, luego de la separación de ambos países, a Bolivia. Después de perder la Guerra del Pacífico, el estado boliviano prácticamente perdió todo nexo territorial con la Puna de Atacama y con el océano Pacífico. Es así que en 1890, el territorio fuera reconocido como de propiedad argentina, salvo la vertiente occidental de la cordillera que quedó bajo soberanía chilena. Pese a ello, Chile ocupó la mayor parte del territorio. Años más tarde, Argentina debió pedir laudos de los gobiernos británico y estadounidense para que Chile desalojara esta zona de la Puna. Tales laudos devolvieron parte de lo que la Argentina reclamaba, aunque un 25% del territorio quedó como chileno.


  Cultura y tradición

Aunque San Antonio de Los Cobres no cuenta con un sacerdote, las Hermanas de Jesús Buen Pastor llevan adelante una labor pastoral en una sociedad atravesada por antiguas costumbres relacionadas a las culturas tradicionales de Los Andes. De esta manera, las fiestas populares sobresalientes se relacionan a la Madre Tierra o Pachamama, que se extienden a lo largo de agosto. También el carnaval, la señalada de animales y otras de gran sentimiento popular.

Ampliando servicios


Según el intendente Salva, San Antonio recibe a muchos pobladores de regiones apartadas del departamento. “Tratamos de revertir el abandono de las residencias tradicionales llevando los servicios hacia los puestos más alejados. Para ello seguimos instalando paneles solares, que sirven no solo para iluminarse sino incluso para ver televisión. También llevamos agua, elemento fundamental para estar bien como persona y para poder desarrollar actividades productivas”, dice.

Forjando profesionales

A pesar de la dureza de la región andina, sólo tres médicos atienden en un hospital chico para el número de habitantes de San Antonio. “Esta es una falencia que tenemos, hay que reconocerlo. Pero estamos trabajando para que esto cambie. Necesitamos que sean los mismos pobladores los que puedan acceder a estudios superiores y que se queden y ejerzan sus profesiones en sus propios pueblos. Esto es algo por lo que trabajamos y esperamos concretar en el futuro”, dice Salva

Un nuevo museo

La sede policial, antigua Casa de Gobierno de Los Andes, pasará a convertirse en un museo. “También contamos con una nueva sala donde los pobladores puedan festejar los hechos fundamentales de la vida y que antes no existía. Queremos ofrecer nuevos horizontes sobre todo a los más jóvenes que se sienten oprimidos por la falta de opciones, muchas veces con resoluciones fatales. Por eso el centro deportivo también trabaja todo el día”, asegura el intendente.

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