¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

24°
29 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Marina Calabró, el bonsai de una vedette

Martes, 28 de agosto de 2012 23:17

 Marina calabró, orgullo de su papá Juan Carlos y de su mamá Coca, se decidió a mostrar sus cualidades físicas y dejó con la boca abierta a más de uno.
Hasta hace unos días, era su hermana Ileana la famosa por sus fotos sexys y su privilegiado físico, pero ahora, y accediendo a un pedido de la revista paparazzi, la menor de la reconocida familia del espectáculo nacional, politóloga ella, se calzó un par de guantes de boxeo y se sacó casi todo para una infartante producción fotográfica.
Recién a los 38 años la periodista de Infama decidió lucir las maravillosas virtudes de su cuerpo: “A mi edad, el entrenamiento físico ayuda. Es eso, o dejar que la Ley de Gravedad haga estragos”.
Aún así, ella se lamenta por no tener más carne, como si fuese posible. “Hago estas fotos para alimentar mi narcisismo y apuntalar una autoestima no tan sólida”, se justifica.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

 Marina calabró, orgullo de su papá Juan Carlos y de su mamá Coca, se decidió a mostrar sus cualidades físicas y dejó con la boca abierta a más de uno.
Hasta hace unos días, era su hermana Ileana la famosa por sus fotos sexys y su privilegiado físico, pero ahora, y accediendo a un pedido de la revista paparazzi, la menor de la reconocida familia del espectáculo nacional, politóloga ella, se calzó un par de guantes de boxeo y se sacó casi todo para una infartante producción fotográfica.
Recién a los 38 años la periodista de Infama decidió lucir las maravillosas virtudes de su cuerpo: “A mi edad, el entrenamiento físico ayuda. Es eso, o dejar que la Ley de Gravedad haga estragos”.
Aún así, ella se lamenta por no tener más carne, como si fuese posible. “Hago estas fotos para alimentar mi narcisismo y apuntalar una autoestima no tan sólida”, se justifica.

Pero enseguida aclara a qué apunta: “Mujeres como Claudia Fernández son mi modelo de belleza física. Yo soy una versión bonsai de esos mujerones, más menudita y con patitas de tero. Y aunque estoy feliz con mi cuerpo magro, hubiese querido medir 1,70 y tener carne. Peso 48 kilos, más allá de cómo se me vea en las fotos, donde parezco más de lo que soy”.Y aunque semejante exhibición de belleza podría indicar que busca pareja, Marina está felizmente casada con el empresario Martín Virasoro, con quien tuvo a su única hija en 2009. Fue después de la maternidad que Marina pasó por el quirófano e intensificó el trabajo físico.
Obviamente, no se olvidó de la generosa genética familiar que comparte con su hermana: “No se puede creer el lomo que tiene. La tomo como referente; siempre la miro; es un minón, y yo soy una cosita chiquita”, dijo con modestia.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD