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?Un acto violento implica una situación de poder?

Viernes, 03 de agosto de 2012 22:33

La violencia familiar es una problemática latente en la sociedad argentina. Todo hecho violento implica una situación de poder en la que hay un sometido y un sometedor; alguien abusa de ese poder y autoridad y hay otro que lo padece. Se utiliza la fuerza y la intimidación sobre alguien que es sometido de diferentes maneras: maltrato físico, abuso sexual, abuso moral, maltrato emocional, amenazas, etc.

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La violencia familiar es una problemática latente en la sociedad argentina. Todo hecho violento implica una situación de poder en la que hay un sometido y un sometedor; alguien abusa de ese poder y autoridad y hay otro que lo padece. Se utiliza la fuerza y la intimidación sobre alguien que es sometido de diferentes maneras: maltrato físico, abuso sexual, abuso moral, maltrato emocional, amenazas, etc.

La violencia es un fenómeno fundamentalmente emocional, porque el golpe en el cuerpo puede pasar pero la vergüenza, la degradación y el terror quedan marcados en el psiquismo para siempre.

La violencia familiar crece a pasos agigantados, siendo las mujeres y los niños los más afectados. Las relaciones de género establecen una jerarquía que le da generalmente al varón mayor poder sobre el cuerpo femenino y sobre el cuerpo del niño.

Una pareja se constituye cuando existe un equilibrio sintomático de ambas partes. Cuando por un motivo determinado, este equilibrio se rompe, puede producir un efecto de desconocimiento; lo que era familiar para esa persona se transforma en algo siniestro. Eso no reconocible en el otro a veces puede desencadenar en un acto violento.

Niños maltratados

Sería importante preguntarse a quién o a qué se maltrata cuando un niño pasa a ser objeto de la violencia ejercida por alguno de sus progenitores. Una respuesta posible es que se ataca aquello que el sujeto que ejerce la violencia quisiera destruir en sí mismo y lo ve reflejado en el niño.

La violencia física o verbal en los primeros años de vida de un niño impide el procesamiento y metabolización de lo sufrido. Lo que no puede ser ligado pasará en forma violenta a su vez a los hijos como repetición ante la imposibilidad de tramitación, existiendo así, una transmisión de violencia a través de generaciones: existió un abuelo violento, un padre violento y un niño que en la vida adulta es muy probable que lo sea. Las familias violentas son familias endogámicas, los vínculos entre los miembros son de adherencia y desconexión afectiva, cada uno está aislado, en soledad, pero a la vez no pudiéndose separar de los otros.

Si entendemos por violencia el uso de la fuerza contra personas tomadas como objetos y que ejercerla en el núcleo familiar significa violar una ley, toda violencia -ya sea psíquica o física- es el resultado de una situación compleja en la que la capacidad de la palabra está abolida o si opera lo hace en forma deficitaria, la palabra es sustituida por el acto violento.

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