La avanzada oficial para expropiar los terrenos de Pereyra Rozas para la construcción de viviendas sigue una carrera, a contrarreloj, que no despeja varios interrogantes sobre la sustentabilidad financiera y sobre la intencionalidad política.
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La avanzada oficial para expropiar los terrenos de Pereyra Rozas para la construcción de viviendas sigue una carrera, a contrarreloj, que no despeja varios interrogantes sobre la sustentabilidad financiera y sobre la intencionalidad política.
El evidente apuro oficial deja ver en el fondo una puja con la Municipalidad, que la semana pasada dio a conocer un plan que fija las condiciones de urbanización para Pereyra Rozas y los terrenos cercanos al estadio Padre Martearena.
La secretaria de Planeamiento Urbano municipal, Fanny Velarde, había sido citada a un encuentro en Diputados, pero el martes a la noche recibió un llamado desde la presidencia que lo canceló. Aún no se definió una nueva fecha para la reunión. A pesar de que el plan urbanístico lleva más de un año de elaboración, Velarde puso paños fríos. “Nosotros estamos legislando el uso del suelo y el régimen urbanístico: cómo construir, la cantidad de espacios verdes y lugares para edificios públicos. Tanto el Estado o la parte privada se tienen que adecuar a la normativa”, remarcó.
La ciudad se enfrenta con dos problemas a futuro: el desafío de seguir liderando el turismo regional y, al mismo tiempo, diseñar un proyecto planificado de viviendas ante la proliferación de asentamientos precarios alimentados por la crisis habitacional y la imprevisión política.
El proyecto municipal contempla la normativa ambiental y urbanística moderna.
Viviendas populares y loteo
El proyecto de viviendas populares y loteo del presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Godoy, que logró media sanción la noche del martes se limita a puntualizar que el dinero surgirá de las “partidas correspondientes del presupuesto general”. El texto no informa cuál sería el monto a pagar, considerando la ubicación del predio, muy cercano al centro de la ciudad y en la puerta de entrada a Vaqueros y La Caldera.
Si bien el acotado texto (tiene tres artículos) ingresó a la Legislatura el 2 de agosto, a último momento, y en un trámite vertiginoso, se tuvo que corregir que no solo se declaraba de utilidad pública la matrícula 134.282, que era la antigua nomenclatura, “sino las que de ella derivan, 164.320, 164.322 y 164.323”. En definitiva se trata del centenar de hectáreas de Pereyra Rozas, pero el texto llegó al recinto sin claridad. El documento, que será girado al Senado, sostiene que el predio podrá ser transferido al Instituto Provincial de Vivienda (IPV) para la construcción de casas y establecimientos públicos.
“Son necesarios más terrenos”
Sergio Zorpudes, presidente del IPV, precisó que en la zona del Huaico están en ejecución más de 700 viviendas, a través de proyectos federales. Además, ya están licitadas otras 600 y en los próximos días se buscará ante la Nación el visto bueno para contar con unas 900 más. “Advertimos que es necesario conseguir más terrenos. Hay que trabajar para usar el suelo y dar soluciones habitacionales a la mayor cantidad de familias posibles”, agregó al ser consultado sobre el proyecto de expropiación de tierras del predio de Pereyra Rozas.
“En el Código de Planeamiento aparece esta zonificación como área especial de interés urbanístico, es decir que ya se pensaba en este proyecto”, apuntó el funcionario.
De todas formas aclaró que se deben conocer los indicadores urbanísticos, la cantidad de habitantes por hectáreas y la subdivisión de los terrenos que definirá la Municipalidad.
El funcionario también dejó entrever que para aprovechar el espacio, lo más apropiado es construir edificios de altura, aunque antes se debe determinar las factibilidades y obras complementarias para los servicios públicos.
La planta depuradora no puede abastecer la zona
Las declaraciones del presidente de la Cámara baja, Santiago Godoy, y el plan de urbanización municipal ponen en claro que no hay una sintonía fina, pese a que ambos quieren que esa zona achique el déficit habitacional de Salta.
Godoy mencionó que las futuras casas de Pereyra Rozas dispondrán de la planta depuradora de líquidos cloacales de la zona norte, entre otros servicios.
Sin embargo, Velarde indicó a El Tribuno que en las reuniones que se realizaron con las empresas prestatarias de servicios se determinó que “esa planta no puede abastecer la zona por el desnivel del terreno. Entonces habría que hacer una nueva o utilizar la de la zona sur”.
En el análisis salió la necesidad de una captación de agua del río Lesser y que se debe evaluar, en base a la cantidad de lotes, si la planta de Transnoa Norte será suficiente para la demanda de energía.
“La tierra es un recurso escaso y hay que aprovechar la máxima densificación. Todo demandará una fuerte inversión y es posible que varios años, 20 o 30. No se puede decir que privados o el Estado construirán de un día para el otro”, reflexionó Velarde.
El plan urbanístico asigna un 7% del predio al uso institucional y de espacios verdes.
La secretaria de Planificación Urbana señaló que las tierras de Pereyra Rozas y las que rodean al estadio Martearena podrán resolver el problema habitacional de 90 mil personas. Para las 40 hectáreas de la zona sur no se delineó un límite de altura para la construcción. Mientras que para el área norte, se establecieron 45 metros, ya que está a pocos metros el Aero Club.
Las cifras
60 mil personas estima la Municipalidad que podrán vivir en Pereyra Rozas, si se opta por departamentos.
30 mil personas podrían contar con un techo si los proyectos de urbanización apuntan a casas.
45 mts de altura es el límite que fija la comuna para la construcción en Pereyra Rozas, por la cercanía del Aero Club.
3 artículos tiene el proyecto de Santiago Godoy que obtuvo media sanción en Diputados el martes a la noche.