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?Si no lo frenaba, corría riesgo de que les disparara a todos?

Miércoles, 12 de septiembre de 2012 09:07

No pasaron dos semanas desde que el norte de la provincia quedó conmocionado por un episodio que con frecuencia ocurren solo en otros países. El jefe de la Unidad Regional de Orán, comisario Luis Aberastain, mientras estaba en una reunión, recibió un balazo por parte de un joven de 18 años, identificado como Federico Pacheco. Este apareció sorpresivamente, vestido de negro, y lo atacó con un arma calibre 22, que sacó de una funda de guitarra que llevaba consigo. Tanto el atacante como quien le vendió el arma se encuentran detenidos.

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No pasaron dos semanas desde que el norte de la provincia quedó conmocionado por un episodio que con frecuencia ocurren solo en otros países. El jefe de la Unidad Regional de Orán, comisario Luis Aberastain, mientras estaba en una reunión, recibió un balazo por parte de un joven de 18 años, identificado como Federico Pacheco. Este apareció sorpresivamente, vestido de negro, y lo atacó con un arma calibre 22, que sacó de una funda de guitarra que llevaba consigo. Tanto el atacante como quien le vendió el arma se encuentran detenidos.

Ocurrió que Aberastain estuvo a punto de perder la vida, dado que el proyectil ingresó en el dorso lumbar izquierdo, pero no salió en el momento. El estómago, el colon y los intestinos pusieron su salud en estado crítico.

Hoy se encuentra en un delicado proceso de recuperación con signos de mejoras. El policía, reconocido por su vocación de servicio, accedió a dialogar con El Tribuno.

Hay varias versiones sobre lo ocurrido, pero ninguna de boca de quien resultó víctima del hecho.

Fue hace unos 13 días. Me solicitaron desde la Policía que acuda en representación del cuerpo al tedéum que se realizaba en Colonia de Santa Rosa. Cuando estaba allí, junto con mi mujer, un comisario me dijo que en la sede del municipio había una recepción donde estaba el intendente de Pichanal. Me sugirió que vaya. Cuando arribé al lugar, subí las escaleras y llegué al salón donde se realizaba el ágape.

Hasta ese momento no había registrado ningún hecho anormal...

No. La gente estaba en el salón, no éramos muchos. Saludé a los que estaban, cuando de repente sentí un ruido como si fuera una explosión y un fuerte golpe en la espalda. Inmediatamente me di vuelta.

¿Alcanzó a verlo al joven que le disparó?

Sí, lo vi, pero no recuerdo su cara porque no lo miré a los ojos. Cuando lo miré, lo vi que estaba intentando cargar el armar ayudándose de las cosas que tenía en un bolso. Me fui encima de él y forcejeamos. Logré que el sujeto se vaya del lugar, me caí al piso de espalda y comencé a pedir auxilio. Lo que no puedo acordarme es qué paso con el joven, no sé si lo persiguieron o no.

¿Cuando el victimario subió las escaleras no hizo ninguna alerta?

Yo no lo vi subir porque estaba de espalda. Subió y disparó.

Que audaz usted por haberse tirado encima de él...

Sí, la verdad. Tuvo la oportunidad de volver a dispararme cuando me fui encima de él, y ahí sí podría haberme matado. Si yo no lo frenaba, corría el riesgo de que disparara a todos los que estaban en el salón.

¿Nunca antes lo vio a este hombre o escuchó hablar de el?

Nunca. Después del hecho me dijeron que la intención del hombre era llegar al salón y ubicarse en un lugar estratégico.

¿Se siente conforme con la manera en que actuó?

Sí. No sé si estuve muy bien, lo que sé es que él podría haberle disparado a todo el salón o pegarme más tiros si es que no lo paraba.

Aquel día, ¿presintió cuando estaba por llegar al salón que podría pasarle algo?

No. Mucha gente me pregunta lo mismo.

Cuando sintió el disparo en la espalda, ¿qué fue lo primero que se le vino a la cabeza?

Nada, por eso pude reaccionar e ir contra él.

¿Se preguntó por qué justo le pego a usted, es decir, si fue una casualidad o una causalidad?

Sí, uno lo piensa, pero un amigo me explicó que Dios no me quitó la vida porque tiene una misión para mí. Dios fue quien hizo que yo estuviera en el lugar.

¿Usted considera que estar vivo es un milagro?

Claro que sí. Es un milagro de Dios. Recibí el disparo y encima tuve la posibilidad de tirarme sobre él. Siempre fui muy creyente y practicante.

¿Siente bronca contra quien le disparó?

No, en absoluto. Estoy dispuesto a colaborar en lo que sea necesario para que ese chico se recupere.

¿Qué le dijo el médico sobre su estado de salud?

Que estoy evolucionando muy bien, y que haga reposo. Cuando me operaron me tuvieron que sacar varios órganos para poder encontrar el proyectil.

Usted demostró que el miedo no es algo que lo tenga presente en su actividad. ¿A qué le teme?

Y... a lo que le tengo miedo es al hecho de que los padres no sepamos guiar a nuestros hijos con el criterio adecuado. A lo largo de mi vida me enfrenté con grandes desafíos.

¿Cuál es su mirada sobre la percepción que la sociedad tiene de las fuerzas de seguridad?

Entiendo que hay miradas muy críticas sobre la Policía y que puede ser que el vínculo de la sociedad con ésta tenga momentos frágiles. Pero es necesario también saber que tratamos de llevar adelante nuestras tareas de la mejor manera posible. Yo les pido a los efectivos más contención y compromiso social. Es algo que remarco siempre, igual que exijo mayor presencia policial.

Muchas veces se dice que la gente ingresa a la fuerza porque implica un trabajo estable y seguro más que una vocación de servicio.

Yo entré a la Policía porque necesitaba trabajo, pero a medida que comencé a trabajar, mi vocación se fortaleció cada vez más. Tenemos que comprometernos con la sociedad.

¿Va a continuar prestando servicio en la fuerza policial?

Es lo que quiero. Tengo vocación de servicio, me gusta trabajar como policía. El problema es que mi mujer y mis hijos ejercen cierta resistencia, dado que tras lo ocurrido quedaron golpeados. Mi familia se asustó muchísimo, pero mi mujer supo manejar la situación de una manera única. Mis hijos y mis hermanos, que se encontraban acá en la ciudad de Salta, estaban desesperados por lo que había pasado.

El joven agresor

El 30 de agosto, el juez de Instrucción Formal de Primera Nominación de Orán, Oscar Blanco, le tomó declaraciones al joven de 18 años, Federico Pacheco, autor del episodio donde Aberastain fue baleado.

Pacheco realizó duras declaraciones ante el juez, entre ellas, su intención de ser el asesino más famoso de Argentina y reveló que aquel día lo que intentaba era subir al balcón y desde allí disparar a las personas que estaban en la plaza del pueblo de Colonia de Santa Rosa, Pichanal.

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