Alejandro Reynoso (38), un comerciante detenido por el crimen de una joven, Solange Aguirre (22), con la que tenían en común una hija de 2 años, confesó ante la Justicia haberla asesinado tras una discusión en una de sus pollerías de la localidad bonaerense de Benavídez y haber decapitado y enterrado el cadáver en Entre Ríos, informaron fuentes judiciales. En tanto, su hijo, Sergio Reynoso (19), también detenido por el caso, se desligó del homicidio y solo admitió haber acompañado a su padre al lugar donde fue enterrado el cuerpo. Los fiscales que trabajan el caso pedirán, vía exhorto, que las autoridades entrerrianas vuelvan a rastrillar el lugar donde el sábado apareció el cadáver, para buscar la cabeza de la víctima, ya que el confeso asesino dijo que se deshizo de ella en la misma zona donde enterró el cuerpo. La causa está en manos del fiscal Sebastián Fitipaldi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Benavídez. ""Contó que discutieron y que le atravesó la cabeza de lado a lado con una chaira, esos elementos punzantes que se usan para afilar cuchillos'', dijo uno de los investigadores judiciales. Según la misma fuente, el pollero relató que cargó el cadáver en su camioneta y fue a su casa de la calle Peñaloza 1992, de Boulogne, donde le contó lo sucedido a su hijo y luego, en la madrugada del jueves, fueron a la zona de Zárate-Brazo Largo, lugar que conocían porque solían ir a pescar. Allí enterró el cadáver.
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Alejandro Reynoso (38), un comerciante detenido por el crimen de una joven, Solange Aguirre (22), con la que tenían en común una hija de 2 años, confesó ante la Justicia haberla asesinado tras una discusión en una de sus pollerías de la localidad bonaerense de Benavídez y haber decapitado y enterrado el cadáver en Entre Ríos, informaron fuentes judiciales. En tanto, su hijo, Sergio Reynoso (19), también detenido por el caso, se desligó del homicidio y solo admitió haber acompañado a su padre al lugar donde fue enterrado el cuerpo. Los fiscales que trabajan el caso pedirán, vía exhorto, que las autoridades entrerrianas vuelvan a rastrillar el lugar donde el sábado apareció el cadáver, para buscar la cabeza de la víctima, ya que el confeso asesino dijo que se deshizo de ella en la misma zona donde enterró el cuerpo. La causa está en manos del fiscal Sebastián Fitipaldi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Benavídez. ""Contó que discutieron y que le atravesó la cabeza de lado a lado con una chaira, esos elementos punzantes que se usan para afilar cuchillos'', dijo uno de los investigadores judiciales. Según la misma fuente, el pollero relató que cargó el cadáver en su camioneta y fue a su casa de la calle Peñaloza 1992, de Boulogne, donde le contó lo sucedido a su hijo y luego, en la madrugada del jueves, fueron a la zona de Zárate-Brazo Largo, lugar que conocían porque solían ir a pescar. Allí enterró el cadáver.