Vitillo es el hombre de la vitalidad sin fin. A los 90 años, el bombisto y bailarín, Víctor Manuel Abalos, miembro del legendario conjunto Los Hermanos Abalos, reparte su tiempo entre un programa radial en la FM Nacional Folclórica (98.7) y su grupo musical.
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Vitillo es el hombre de la vitalidad sin fin. A los 90 años, el bombisto y bailarín, Víctor Manuel Abalos, miembro del legendario conjunto Los Hermanos Abalos, reparte su tiempo entre un programa radial en la FM Nacional Folclórica (98.7) y su grupo musical.
Vitillo nació en Santiago del Estero, más allá de vivir en Buenos Aires desde 1939 y es el único integrante que permanece vivo del quinteto que lleva su apellido, que revitalizó el cancionero popular a lo largo de décadas.
“El patio de Vitillo Abalos” se llama el conjunto que hoy lidera y también resulta el nombre del programa de radio que conduce por la FM Folclórica, los lunes de 20 a 21, que tiene una audiencia fiel desde hace tiempo.
Este defensor incansable del universo nativo, presta especial atención al modo de difundirlo, por eso “en la radio, trato de no abusar del monólogo, paso muchos discos y grabaciones, pero también le cuento al oyente las historias para que no lleguen a sus oídos como una imposición, sino que todo fluya como una conversación”, dijo el artista en una charla con la agencia Télam.
El patio como espacio de creación, insiste en su obra, porque en su casa natal, este ambiente oficiaba como proscenio natural “donde mis hermanos invitaban a sus amigos músicos y sacaban el piano para tocar al aire libre, porque en Santiago no llovía. Uno de los habitués fue Enrique Farías Gómez, quien después fundó el conjunto Los Huanca Huá”, recuerda. Aquel rincón doméstico conformó la semilla de la academia de folclore que fundaron los hermanos Abalos. “Queríamos mantener viva esa llama y tuvimos como alumnos a Ernesto Cabezas y a Félix Luna, entre tantos otros”.
Ya de mayor, Vitillo participó de presentaciones de músicos de las nuevas camadas, como Raly Barrionuevo, porque le interesa apoyar “a quienes están bien preparados y conocen las raíces. Es el primer paso para hacer las cosas a conciencia”.
Preocupado porque los jóvenes amen la historia nacional, afirma que “es importante conocer las raíces, ya que no se puede tener la experiencia de amar lo desconocido. Por eso debe existir una materia curricular para la escuela primaria, secundaria y en el nivel universitario, que se llame Identidad Argentina, capaz de revelar las anécdotas que construyen la historia”. Dotado de una memoria prodigiosa, gracias a la cual puede visitar mentalmente distintos y numerosos momentos de la historia, afirma que “no tengo proyectos, tengo realidades. De ahí que siempre que puedo actúo con mi grupo, voy a festivales y así voy construyendo”.