Increíble magia la de un cortometraje que en 28 minutos pone de rodillas al corazón.
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Increíble magia la de un cortometraje que en 28 minutos pone de rodillas al corazón.
Angélica es la historia de Angélica Arjona, seleccionada entre otros muchos y valiosos relatos, convertida en un filme actuado por vecinos de El Carril, coordinado por Guido Núñez y dirigido con verdadero arte por el realizador cinematográfico Mauricio Montaldi.
Los vecinos se prepararon durante meses en talleres actorales, en el marco del programa de Responsabilidad Social Empresaria de Alliance One Tobacco Argentina, denominado “Mujeres carrileñas”. Buscaban dar protagonismo a las personas y a las historias del pueblo, lograr trascendencia. Se puede decir que esa misión está cumplida.
El corto comienza con la sencillez que lo caracteriza hasta el final: “Ahora les voy a contar mi historia. Yo era muy chica cuando murió mi papá. ¿Qué íbamos a hacer sin mi papá?”. Su mamá la llevó a vivir lejos, campo adentro, con una tía. Angélica tenía apenas 5 años. “La ví y me dio miedo”, cuenta mientras la música y el paisaje completan el triste adiós de una madre a su pequeña.
Expresiones actorales que sorprenden por la naturalidad del gesto, por lo mucho que se parecen esas actrices y actores, vecinos de El Carril, a nosotros. Por lo mucho que se parece esta simple historia a momentos de nuestras vidas.
Las escenas transcurren en paisajes preciosos del Valle de Lerma, muchos en la Finca Chivilme, y con la música elegida, enmarcan en lujosa rusticidad el relato de la vida de Angélica que no busca estridencias ni dar golpes bajos, al contrario, es una historia de gente sencilla que elige transitar los días por el camino de la aceptación de lo que ocurre, de la superación y del amor.
“Yo esperaba que mi mamá volviera de la ciudad, quería estar con ella, hablar con ella”, comenta Angélica abrazada a los recuerdos de su infancia. La niña que protagoniza la primera mitad del corto es Camila Moreno, y actúa con frescura y genialidad. La madre está en todos sus pensamientos. Y eso se nota. Se la imagina volviendo a buscarla.
Mientras tanto, Cristina, la mamá, trabaja como empleada doméstica en “la ciudad”. En esa casa también crece una pequeña historia de escasas palabras, abrazos que conmueven y grandes expresiones.
Llega el momento en que madre e hija se funden en un abrazo llorón como la ausencia.
Angélica, de pronto, ya es una mujer que se casa y “fui feliz”, confiesa.
Un día, una joven desesperada golpea a su puerta y le pide que críe a su niño. Ella, con nobleza y memoria, aloja al bebé con la mamá en su humilde vivienda. “¿Cómo iba a dejar yo a ese niño sin su madre?”, expresa evocando el doloroso recuerdo de su infancia.
Es que el amor entre Angélica y su madre es crucial, atraviesa la trama de este corto y atraviesa la pantalla para acariciar el corazón.
Otros sucesos simples coronan un film plagado de emociones con el color, la calidez y la grandeza de las pequeñas cosas. Una historia que remite al alma y que provoca ganas de volverla a ver.
Se la puede ver en la web
El Tribuno invita a los lectores a visitar su página www.eltribuno.com.ar, donde encontrarán el link para ver este cortometraje imperdible.
Son 28 minutos, pero el tiempo no cuenta en esta historia que roba lágrimas y suspiros.
Un director muy orgulloso del filme
Unas 15 mujeres de El Carril participaron en la producción y rodaje del corto “Angélica”. La historia se entramó a partir del relato de Fabiana Chocobar, su nieta. Ambas actúan como protagonistas del corto, que fue dirigido por el salteño Mauricio Montaldi, quien dijo sobre esta experiencia que “me convocaron para hacer el corto de la historia seleccionada y también acompañé el proyecto con un pequeño taller de realización y actuación en cine para que se pueda filmar. Lo bueno fue que al momento de hacerlo, estas mujeres ya tenían incorporadas las referencias que se iban a hacer en el rodaje”.
Agregó que “estuvimos dos meses filmando. La experiencia fue fabulosa para ellas y para mí también. Logramos un vínculo muy cercano con las mujeres y con la niña”. “Es difícil contar toda una vida en un corto y abordar en la trama la participación de otros personajes que son parte de un contexto muy rico”, dijo el cineasta y añadió: “lo particular de la historia de Angélica es el modo en que pudo remontar su vida a pesar de haber sido separada de la mamá desde muy chica, criada con una tía en un lugar alejado, rural, lo que le permitió desarrollar una gran responsabilidad.”
Montaldi destacó que “las mujeres tuvieron una actitud increíble, salieron de su propia realidad y se metieron en una realidad ajena y la actuación de ellas fue contundente, verdaderas actrices, sin experiencia previa, no se notan forzadas las actuaciones, todo muy natural, para disfrutar como director”.
Finalmente dijo que “me encantaría seguir haciendo experiencias con este tipo de actores, muy naturales, muy frescos, que le aportan mucho a cualquier realización”.