Quienes consideran que la Justicia suele ser lenta, tienen en Salta un caso federal que rompe marcas.
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Quienes consideran que la Justicia suele ser lenta, tienen en Salta un caso federal que rompe marcas.
El 10 de octubre de 1989 este diario anunció que una salteña, Martina Cardozo, había ganado el juego de Pronósticos Deportivos (PRODE), con trece aciertos que prometían cambiarle la vida.
Hoy, 23 años después, cabe informar que Martina falleció sin lograr que Lotería Nacional le pagara el bendito premio. La Justicia rechazó los argumentos del organismo nacional en diferentes instancias, pero apeló en queja y la Corte Suprema sigue sin pronunciarse.
Hace rato que el PRODE desapreció y la afortunada salteña que alguna vez supo ganarlo se fue de este mundo tan pobre como había llegado a él, llena de impotencia.
Ahora son sus hijos los que siguen reclamando el premio de 23.631.807 australes, que quién sabe cuánto representan en estos días.
La amarga historia
El martes 3 de octubre, Martina Cardozo entró con 1.000 australes a la agencia de apuestas “La Nueva Mosca”, en la avenida Bélgica 1.361, y marcó con cruces los resultados que, según sus pálpitos, tendrían los resultados de los 13 partidos incluidos en el sorteo 832 del PRODE.
Es de imaginar su sorpresa cuando, una vez completados los partidos, confirmó en su tarjeta los trece aciertos. Cuando acudió a reclamar el jugoso premio, en la agencia le informaron que debía ir a la casa central del ya desaparecido Banco de Préstamos y Asistencia Social de Salta. Allí, le indicaron que debería aguardar la pertinente confirmación de la Lotería Nacional hasta el 13 de octubre.
Con cinco días de retardo, el 18 de octubre, le comunicaron que su tarjeta no figuraba como impugnada ni faltante, pero tampoco como ganadora. Sintiéndose estafada, interpuso una primera demanda que se tramitó en el Juzgado Civil y Comercial de Sexta Nominación, sin sentencia definitiva.
Por las mismas razones, fue iniciada luego una demanda contra Lotería Nacional en el Juzgado Federal 1 de Salta. En este expediente se determinó que el litigio quedaría trabado entre el organismo nacional de juegos y un hijo de la damnificada, Carlos Gerardo Cardozo. Esto se resolvió luego de que la Justicia invalidara una supuesta cesión del crédito que intentó hacer valer otra presentante, María Eugenia Teruelo de Rufino.
En el enmarañado proceso, la Fiscalía a cargo de la representación del Estado nacional negó todos los hechos. Por su parte, Lotería Nacional adujo que recién tuvo conocimiento del reclamo de la actora el 18 de diciembre de 1989 y que su tarjeta reunía toda las condiciones de legalidad, pero que por algún motivo no figuró en los registros como premiada, por lo que sólo tenía valor para demostrar que Martina Cardozo había participado en el juego.
A su vez, el Banco de Préstamos -citado como tercero en garantía- manifestó que si bien mediaba un convenio, no podía emitir información alguna sobre el PRODE.
Así, nadie supo explicar por qué hubo una tarjeta válida, con 13 aciertos, pero sin premio.
Ordenaron el pago hace cuatro años
El 22 de mayo de 2008, “luego de un prolongado y farragoso trámite procesal”, como él mismo remarcó en los considerandos de su resolución, el entonces juez federal 1 de Salta, Abel Cornejo, condenó a Lotería Nacional a pagar a la damnificada ganadora del PRODE una suma calculada a ese momento en $326.871.
Lejos de cumplir con la sentencia, la sociedad de juegos del el Estado nacional agotó toda la batería de recursos a los que pueden echar mano quienes cuentan con medios, para dilatar indefinidamente el cumplimiento de sentencias.
A lo largo de este tortuoso litigio intervinieron ocho abogados y casi el doble de jueces y funcionarios del Ministerio Público. En todas las instancias, prevaleció la verdad, pero todavía no la esperada justicia.
Martina Cardozo murió sin poder cobrar su bien ganado premio. Sus hijos heredaron la tremenda injusticia. La sentencia que confirmó la Justicia Federal de Salta hace cuatro años sigue sin hacerse cumplir. La queja interpuesta por Lotería Nacional, como último recurso, espera ser desempolvada en alguna oficina del máximo tribunal del país.
El caso es casi un récord para el libro Guinness, con las acciones vigentes luego de 23 años. Para las jóvenes generaciones, el PRODE es un verdadero desconocido. Esperemos que alguna vez puedan conocer, en este país, verdadera justicia.