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La familia solo gasta en 25 empresas

Sabado, 29 de septiembre de 2012 23:08
Se busca combatir la inflación revisando la cadena productiva inicial y final de los rubros que demandan las familias

La oferta de los alimentos de la canasta alimentaria, especialmente, se hace solo desde 25 empresas, según un mapa de la concentración de ventas en el mercado interno, elaborado por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Desde esa situación, el Gobierno, dejando de lado la emisión monetaria y el incremento del gasto público, estima que la inflación se debe a que los formadores de precios concentran de tal manera la oferta a las familias, que éstas terminan gastando sus ingresos en un mercado sin competencia e incapaz de abaratar los precios. La actividad de ventas en el mercado interno tiene casi 81% de concentración, sobre todo en los rubros que más le interesa gastar a las familias: cemento, pan industrial, galletitas, lácteos y artículos de supermercado. En cemento, tres empresas concentran el 96% de la oferta, dos el 89% del pan industrial; dos el 73% de las galletitas, dos el 66% de los lácteos y tres atienden el 81% de la demanda en el rubro de supermercados. El Gobierno analiza cómo controlar la formación de precios y evitar la inflación. Ese punto de vista representa, en términos operativos, un mayor intervencionismo del Estado en la economía privada. Actualmente, en Argentina, la Secretaría de Comercio Interior monitorea en forma polémica para el público los precios de las doce actividades más concentradas en el mercado local y, según los cálculos coyunturales y de costos realizados, autoriza el aumento de precios en forma casi mensual y escalonada. Es una política de semiacuerdos con los formadores de precios, por lo que la inflación tiene las expectativas que fijan los doce rubros de mayor concentración del país y la Secretaría de Comercio. Por su parte, los sindicatos con sus propias expectativas y dentro de aumentos previsibles, han consensuado con las empleadoras ajustes salariales cíclicos.  

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Se busca combatir la inflación revisando la cadena productiva inicial y final de los rubros que demandan las familias

La oferta de los alimentos de la canasta alimentaria, especialmente, se hace solo desde 25 empresas, según un mapa de la concentración de ventas en el mercado interno, elaborado por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Desde esa situación, el Gobierno, dejando de lado la emisión monetaria y el incremento del gasto público, estima que la inflación se debe a que los formadores de precios concentran de tal manera la oferta a las familias, que éstas terminan gastando sus ingresos en un mercado sin competencia e incapaz de abaratar los precios. La actividad de ventas en el mercado interno tiene casi 81% de concentración, sobre todo en los rubros que más le interesa gastar a las familias: cemento, pan industrial, galletitas, lácteos y artículos de supermercado. En cemento, tres empresas concentran el 96% de la oferta, dos el 89% del pan industrial; dos el 73% de las galletitas, dos el 66% de los lácteos y tres atienden el 81% de la demanda en el rubro de supermercados. El Gobierno analiza cómo controlar la formación de precios y evitar la inflación. Ese punto de vista representa, en términos operativos, un mayor intervencionismo del Estado en la economía privada. Actualmente, en Argentina, la Secretaría de Comercio Interior monitorea en forma polémica para el público los precios de las doce actividades más concentradas en el mercado local y, según los cálculos coyunturales y de costos realizados, autoriza el aumento de precios en forma casi mensual y escalonada. Es una política de semiacuerdos con los formadores de precios, por lo que la inflación tiene las expectativas que fijan los doce rubros de mayor concentración del país y la Secretaría de Comercio. Por su parte, los sindicatos con sus propias expectativas y dentro de aumentos previsibles, han consensuado con las empleadoras ajustes salariales cíclicos.  

El Gobierno analiza que, además de los formadores de precios que generan más aumentos sumándose a la inflación interna, hay otro costo agregado: la “inflación externa”. La generada por el fuerte aumento de las cotizaciones internacionales en dólares de los productos que el país exporta. Y ese factor externo y la puja distributiva salarial interna, estimula expectativas inflacionarias. Si ese es el razonamiento oficial, se observa por lo tanto que la inflación actual no se puede explicar por la emisión monetaria ni por el incremento del gasto público, como sostienen otras opiniones. En otra arista del problema, las asociaciones de consumo decidieron no alejarse de la mesa de iniciativas y ya tomaron las suyas. Analizarán el impacto de la concentración económica en los precios y las ONG Deuco, Unión de Usuarios y ADDUC pretenden desentrañar la estructura de los formadores de precios, modificando la forma de informar al consumidor. Empezarán con los lácteos, azúcar y aceites. Las ONG adhieren al pensamiento de que cambiando la metodología en la formación de los precios se puede controlar variables. Coinciden en que la industria argentina se encuentra concentrada. Estiman que esa estructura de mercado aumenta la presión para que el precio de venta en el mercado interno alcance rápidamente su cariz inflacionario.

 Las exportaciones “estrellas” inflacionarias

El Gobierno en su diagnóstico de la inflación, influenciado por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, insiste en que para contener el costo de vida de los argentinos hay que modificar el esquema de los precio de los commodities. Es por eso que observando el alza de los precios internacionales de los productos agropecuarios que son “estrellas” en los despachos de Argentina, se espera el ajuste de las retenciones. La prueba está en que hace poco se impuso un nuevo esquema para la exportación de biodiésel. Le podría tocar luego a la soja y el maíz.

Estos commodities subieron más del 5%. Tras varias jornadas en baja, el precio de los granos ascendió, lo que le permitió a la soja cerrar la semana en torno a 588 dólares la tonelada.

La oleaginosa avanzó 10,01 dólares -equivalentes al 1,73%, a 587,11 dólares. En el Mercado de Chicago están satisfechos los vendedores. Los precios de los granos pegaron un fuerte salto.

Los contratos pactados para diciembre en el trigo treparon 5,14%, mientras que el maíz subió 5,58.

El complejo sojero aporta la cuarta parte de las divisas obtenidas por el país en concepto de exportaciones. Ya alcanzó un valor superior a US$13. 572 millones, siendo el primer rubro generador de divisas del país. Además, si se suman las exportaciones de biodiésel, que alcanzaron la suma de más de 260 millones de dólares, el complejo sojero sobrepasó los 13.800 millones de dólares.

En lo que respecta a exportaciones y analizando los distintos complejos productivos-exportadores del país, este complejo es, sin lugar a dudas, el más importante de la economía para la balanza comercial.

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