Ser barrabrava en la Argentina pasó a ser un privilegio, más que un medio de vida para aquellos delincuentes infiltrados en el fútbol.
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Ser barrabrava en la Argentina pasó a ser un privilegio, más que un medio de vida para aquellos delincuentes infiltrados en el fútbol.
Estos mercenarios y extorsionadores que utilizan los colores de un equipo para delinquir a sus anchas, amparados por dirigentes, políticos, empresarios y hasta de la misma policía, llegan a facturar hasta 500 mil pesos ilícitos al mes y hasta se dan el lujo de viajar al exterior, o como ocurrió con los barras de Racing, vacacionar en crucero.
Todo esto y muchos más ya no deja de sorprender en nuestro país, donde las decisiones políticas de fondo nunca terminan de ponerse en marcha, mientras los episodios de violencia no dejan de repetirse.
En menos de cuatro días se produjeron enfrentamientos graves: en Rosario, hubo nueve atentados previos al clásico de esa ciudad, que no pudo jugarse debido a un cruce entre hinchas de Newell"s y la policía, que arrojó un saldo de varios heridos (uno grave); en Mendoza, se suspendió un partido amistoso por una refriega sangrienta entre barras de Gimnasia e Independiente y los policías. También hubo incidentes, en el marco de la copa Argentina, donde tras el partido entre Morón y Berazategui, los barras del gallito se trenzaron entre ellos, con un saldo de dos heridos. Hasta, en un barco hubo violencia, con el choque de barras racinguistas y de Nueva Chicago.
Esta ola de locura, generada por estos personajes despreciables de nuestra sociedad seguirá presente, mientras tantos los dirigentes continúen transando con los cabecillas.
Trascendió ayer que la barra del Rafa Di Zeo ingresó al último superclásico jugado en Mar del Plata con entradas oficiales, que les habría facilitado la directiva xeneize. Ante esto, la otra facción de “La 12”, liderada por Mauro Martín (que está preso acusado de un crimen), que no pudo ingresar al estadio marplatense, promete venganza y dirimir a los tiros el liderazgo de la barra, el próximo martes, en Mendoza, donde volverán a enfrentarse Boca y River.
Sin dudas, quedarse con el manejo absoluto de la barra de algunos de los clubes grandes genera notorias ganancias mensuales a estos mafiosos, que oscilan entre los $200 mil y los $500 mil mensuales. Los cabecillas, previo acuerdo con la dirigencia, tienen vía libre para explotar los estacionamientos, los quioscos, el merchandising, cobrar por protección a comerciantes dentro del estadio y, por supuesto, exigirle colaboración a los jugadores para los viajes.
“Mi respeto a ellos, que están colgados a los paravalanchas”, dijo el año pasado, haciendole un guiño a los barras, la presidenta Cristina Kirchner, en una frase lamentable, que hace imaginar que todo seguirá como hasta ahora, a pesar de que existan Quijotes como Javier Cantero (presidente de Independiente), que en soledad seguirá arriesgando el pellejo contra la mafia del fútbol.
Mendoza: ¿será escenario de otra batalla?
La interna de “La 12” xeneize está al rojo vivo y promete otro capítulo violento en Mendoza, cuando se enfrente Boca y River, en el segundo superclásico de verano. La banda de Rafael Di Zeo empezó a recuperar terreno y el primer golpe lo dio en Mar del Plata, el sábado pasado, donde aventajó a la facción de Mauro Martín (preso por asesinato), que fue detenida en la ruta y tuvo que pegar la vuelta sin poder presenciar el partido. Desde la barra de Martín aseguran que cuando comience el torneo final, la tribuna, que siempre ocupa la 12, será de ellos y nadie los moverá de allí y si es necesario disputarán el lugar en forma violenta, tanto en Mendoza como en Córdoba, las dos ciudades que albergarán el superclásico el 29 de enero y el 2 de febrero. En tanto, ya comenzaron los cruces de amenazas en la redes sociales y ambas barras planean llegar a suelo cuyano en trafic y en autos particulares para evitar que la policía los detecte en la ruta y no los dejen llegar. En tanto, en Mendoza preparan un operativo con 1.500 policías pero el miedo ya está instalado.
Encuentran muerto a un hincha de Racing
Lamentablemente la muerte volvió hacerse presente en un hecho vinculado con el fútbol. Nicolás Pacheco, de 32 años, hincha y periodista partidario de Racing Club, fue hallado sin vida ayer en la pileta de la sede del club, ubicada en el barrio Villa del Parque. El cuerpo de Pacheco fue encontrado en la pileta del club por las personas que están a cargo del predio. El personal del lugar alertó al SAME (a las 6.45) pero cuando los especialistas llegaron al lugar el joven ya llevaba varias horas muerto. Pacheco era periodista partidario del club, del programa “Racing o nada”.
La Justicia investiga el hecho, aunque aún la caratula de la causa es “muerte dudosa”, ya que tratan de determinar si se trató de un accidente o un homicidio. Leandro, un amigo de Nicolás, señaló que el periodista “se golpeó la cabeza con el trampolín. Fue un accidente”.
No obstante, algunas imágenes de TV mostraron que en un costado de la pileta había una gran mancha de sangre, y en ese lugar no había ningún trampolín.