“Seguimos entre el agua y el barro, porque aquí la ayuda no llegó”, contaron a El Tribuno los pobladores del paraje Misión El Cruce, vecino a Santa María, donde la situación es
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“Seguimos entre el agua y el barro, porque aquí la ayuda no llegó”, contaron a El Tribuno los pobladores del paraje Misión El Cruce, vecino a Santa María, donde la situación es
desesperante para quienes todo lo perdieron con la crecida del río Pilcomayo.
En una charla entrecortada por las serias deficiencias de comunicación en la zona, otro gran problema para esta región, expresaron que temen por la posibilidad de lluvias que, de ocurrir con intensidad, los aislaría aún más. Y aún les queda febrero, mes habitualmente luvioso.
Es que ayer a media tarde hubo una llovizna que los alertó, y si bien hacia la noche se detuvo, el cielo plomizo hacía prever precipitaciones.
Misión El Cruce tiene a unas 60 familias, la mayoría aborígenes wichi, cuyas casas prácticamente se desarmaron con el paso de la crecida.
La ayuda estatal en la zona
La Secretaría de Asistencia Crítica comenzó ayer la segunda etapa de abastecimiento y asistencia a los pobladores de los parajes afectados por la crecida del río.
En el operativo intervienen además Defensa Civil, Ejército Argentino, el municipio de Santa Victoria y otros organismos.
El secretario de Asistencia Crítica, Christian Saade, coordina en la zona la entrega de elementos depositados con anticipación en Santa Victoria para este tipo de situaciones, que superan la capacidad de respuesta del municipio.
Los afectados son asistidos con alimentos, telas plásticas, frazadas, colchones, zapatillas, entre otros elementos.
Con la última crecida del río, que llegó cerca de los 8 metros de su cota, se produjo el corte de la ruta 54 afectando a las familias en los parajes La Estrella, Km 1, Misión La Paz y La Merced.
Mientras se realiza la asistencia a los damnificados, organismos municipales y provinciales trabajan en el refuerzo de los anillos de contención para evitar filtraciones. Defensa Civil informó que en la localidad de Villamontes (Bolivia), comenzó el descenso en los niveles de agua que ya se registra en territorio argentino.