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Murió cuando buscaba agua y reclaman Justicia

Miércoles, 30 de enero de 2013 12:25

Los últimos días de junio pasado, aborígenes wichi de la Misión Anglicana, en Santa María, municipio de Santa Victoria Este se habían juntado en la casa de Valentín Torres para expresarle a El Tribuno las preocupaciones de la comunidad. Karina Asunción Torres, de 19 años, hija de Valentín, acercó algunas sillas a la sombra y llevó bebidas frescas para los más de 30 concurrentes. Faltaban DNI para los nacidos en 2012, problema solucionado semanas más tarde por Registro Civil local; también pedían darle uso a un Centro Integrador Comunitario inaugurado, pero vacío hace más de dos años y que sigue en idénticas condiciones hoy en día. Pero lo que más les preocupaba era la falta de agua potable. Como publicó este medio, en Santa María el agua de red no es potable y según los agentes sanitarios, eso puede producir diarreas en chicos con bajo peso. Además se realizó un pozo nuevo, pero nunca llegó a funcionar y hace casi dos años que está sin bomba. El 23 de diciembre último, después de pasar tres días sin agua en el pueblo, Karina tomó dos bidones vacíos y se fue con su hermana más chica al Pilcomayo, “para tener al menos algo de agua para cocinar”. Pero nunca más volvió.

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Los últimos días de junio pasado, aborígenes wichi de la Misión Anglicana, en Santa María, municipio de Santa Victoria Este se habían juntado en la casa de Valentín Torres para expresarle a El Tribuno las preocupaciones de la comunidad. Karina Asunción Torres, de 19 años, hija de Valentín, acercó algunas sillas a la sombra y llevó bebidas frescas para los más de 30 concurrentes. Faltaban DNI para los nacidos en 2012, problema solucionado semanas más tarde por Registro Civil local; también pedían darle uso a un Centro Integrador Comunitario inaugurado, pero vacío hace más de dos años y que sigue en idénticas condiciones hoy en día. Pero lo que más les preocupaba era la falta de agua potable. Como publicó este medio, en Santa María el agua de red no es potable y según los agentes sanitarios, eso puede producir diarreas en chicos con bajo peso. Además se realizó un pozo nuevo, pero nunca llegó a funcionar y hace casi dos años que está sin bomba. El 23 de diciembre último, después de pasar tres días sin agua en el pueblo, Karina tomó dos bidones vacíos y se fue con su hermana más chica al Pilcomayo, “para tener al menos algo de agua para cocinar”. Pero nunca más volvió.

Después de eso, el 26 de diciembre, un grupo de aborígenes de la misión impidió el paso de una camioneta de la empresa Eco Suelo, que hace pozos de agua por todo el municipio. Luego de una deliberación popular se determinó su secuestro. El vehículo está desde entonces en el kilómetro 105 de la ruta provincial 54, la misma que parecía un río hace unos días, después de la crecida del Pilcomayo. Los aborígenes que mantienen el piquete dicen que no liberarán el vehículo secuestrado hasta que no haya agua potable en Santa María, para que nunca más tengan que lamentar una muerte como la de Karina.

“Primero pedimos justicia por Karina Asunción Torres. Es un nombre que no se tiene que olvidar, porque si hubiésemos tenido agua ella no se moría. Por eso pedimos que nos den urgente agua potable, para que nunca más vuelva a suceder”, dijo días atrás en el piquete Mateo Torres, de Misión Anglicana. “El secuestro fue porque después de la muerte de Karina, el intendente Moisés Balderrama nos dijo que de inmediato llegaba la empresa a completar las obras del pozo, pero en dos días no apareció nadie. Por eso el 26 frenamos la camioneta de Eco Suelo que iba para Santa Victoria Este. Perforan los pozos, pero no sale agua”, explicó.

Hugo Villagra también está en el piquete, que desde hace días está rodeado de agua por la crecida del río que destruyó muchas casas a unos metros de ahí, en Misión El Cruce. “Hace mucho que veníamos reclamando por este tema. Pero ahora ya hay una persona muerta. Hasta pedimos que nos muestren qué era lo que le faltaba al pozo para ponerlo por nuestra cuenta, pero no había respuestas. Los lugareños no queremos más mentiras y para asegurarnos tuvimos que retener el vehículo. Ya no confiamos, pero en cuanto tengamos agua podrán llevarse la camioneta. Luis Moreno y José Luis Gutiérrez, empleados de Aguas del Norte, dejaron un acta firmada a los integrantes de la comunidad donde aseguran: “No es responsabilidad de la empresa atender el servicio de agua potable en esta localidad, que únicamente será atendido cuando la Municipalidad requiera el servicio técnico de Aguas del Norte”.

“Pedimos Justicia por Karina”

En una foto de El Tribuno, anterior a su muerte, se puede ver a Karina Asunción Torres feliz junto a su familia, en su casa de la Misión Anglicana. Cinco meses después murió cuando se la tragó el río Pilcomayo cuando iba a buscar agua para su hogar, que hace tres días no salía por la canilla. “Pido Justicia por la muerte de mi hija. Ella no se hubiera muerto si no habría faltado el agua. No queremos que nadie más se muera. El reclamo por el agua no es nuevo, van a ser dos años” dijo el padre, Valentín Torres.

“Alguien es responsable de la muerte de mi hija. Acá nadie se hace cargo y para colmo seguimos sin agua. Por eso la comunidad está cansada y por eso tomó la camioneta, porque ya es mucha mentira”, agregó el padre. Según sus familiares, Karina llegó al río con dos bidones de agua y una de sus hermanas más pequeñas. Esta se hundió a metros de la orilla que se cortaba abrupta y profundamente de golpe, aunque a simple vista parecía tan plano como en la costa. La hermana mayor se tiró rápidamente a las turbias aguas para rescatarla y cuando alcanzó a apoyarla en tierra firme, la corriente la arrastró para siempre. “Ese mediodía, cuando llegamos al río minutos después, solo encontré los dos bidoncitos. Se la llevó y ya nadie me la puede devolver”, dijo Valentín.

El 23 de octubre pasado, un parte oficial de la Secretaría de Asuntos Municipales del Ministerio de Economía, Infraestructura y Servicios Públicos, informaba que la Municipalidad de Santa Victoria Este había firmado un convenio con comunidades aborígenes para llevar agua y luz a varias misiones en las que se encontraba Santa María. “En 60 días corridos se ejecutará la obra”, decía.

Los datos

 

  • Santa María está a más de 500 kilómetros de Salta Capital y a unos 20 del pueblo de Santa Victoria Este.
  • Según el centro de salud de la zona viven ahí más de 2000 personas. En la Misión Anglicana hay al menos 160 familias.

 

 

 

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