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Monoambientes: se confirman las sospechas

Miércoles, 30 de enero de 2013 21:59

Hay gente inscripta hace años en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), que espera una casa que cobije a su grupo familiar. Es el sueño de la casa propia. Y también hay gente que logra obtenerla, pero que prefiere no utilizarla porque la necesidad de contar con una vivienda no era tan indispensable como la de muchos otros que están en la lista de espera. Si bien no ocurre en la totalidad de los casos, las quejas por la falta de habitabilidad (esta condición es obligatoria durante los 5 primeros años de la adjudicación) encendieron un alerta.

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Hay gente inscripta hace años en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), que espera una casa que cobije a su grupo familiar. Es el sueño de la casa propia. Y también hay gente que logra obtenerla, pero que prefiere no utilizarla porque la necesidad de contar con una vivienda no era tan indispensable como la de muchos otros que están en la lista de espera. Si bien no ocurre en la totalidad de los casos, las quejas por la falta de habitabilidad (esta condición es obligatoria durante los 5 primeros años de la adjudicación) encendieron un alerta.

Sobre el barrio El Huaico hay 40 expedientes en el IPV de gente que corre el riesgo de ser desadjudicada y perder su casa en caso de que los recursos de reconsideración no sean admitidos por el organismo. Peor aún, desde la institución informaron que ya notificaron a 100 propietarios de los monoambientes por sospechas de inhabitabilidad. A raíz de esta situación, el IPV quiere aumentar el control y con ello el cuerpo de inspectores que recorran los barrios.

Hay dos requisitos que son claves para llegar a desadjudicarle una vivienda a un propietario: por un lado, que el grupo familiar no resida en el lugar durante los 5 primeros años de la adjudicación, y por otro, que incumpla con el pago de 3 cuotas consecutivas o 5 de manera alternada.

“Cumplido el plazo estipulado para habitar obligatoriamente la casa recibida, recién pueden alquilar o vender la vivienda y si están dadas las condiciones tienen que pedir autorización previamente en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV)”, explicó el presidente del organismo, Fernando Alesanco. Si bien las inspecciones que este organismo realiza son necesarias para determinar si se inicia o no un proceso de desadjudicación, los vecinos contribuyen con testimonios. “Colaboran en la detección de quienes cumplen o no las condiciones. Cuando hacemos las inspecciones consultamos con ellos”, explicó el funcionario.

Procedimiento

Cuando los inspectores del organismo recorren los barrios y detectan en más de dos oportunidades que una vivienda no está habitada por quienes corresponde, notifican al propietario. “Se llegó a enviar hasta 3 notificaciones”, apuntó Alesanco. En caso de que se compruebe la irregularidad, se procede a notificarle que su vivienda fue revocada. A partir de allí, éste tiene 10 días para presentar un recurso de reconsideración mediante el cual el beneficiario tiene la posibilidad de defenderse y justificar por qué no está habitando en la casa. “Los asesores legales del IPV analizan esto y deciden si la irregularidad está justificada para que no pierde la vivienda”. Si el Instituto rechaza el recurso de reconsideración, el propietario tiene 30 días para ir a un juzgado contencioso, donde la decisión final recaerá sobre un juez.

“Si no lo hace, podemos recuperar la vivienda a través de una toma de posesión”, aclaró.

Interior

En el interior la situación no es distinta. Desde el IPV manifestaron que de las 400 viviendas entregadas hace poco en Orán, hay muchos expedientes en proceso de revocatoria por falta de habitabilidad.

El déficit habitacional 

Salta es una provincia donde la problemática del déficit habitacional se mantiene latente, al igual que el desempleo y la pobreza. Alcanzar la casa propia es una meta que, para aquellos que están hace más de una década esperando en las listas del Instituto Provincial de la Vivienda, se presenta cada vez más difícil.

Actualmente, hay 24.120 familias esperando su casa, esa vivienda que brinda seguridad, que permite vivir dignamente y alcanzar uno de los principales objetivos de cualquier familia, que es tener su hogar.

Los números estadísticos son sumamente útiles a la hora de tomar decisiones sobre políticas habitacionales. Pero no son imprescindibles cuando se quiere conocer el problema ya que la falta de vivienda afecta a muchos salteños, y la formación continua de asentamientos en diferentes puntos refleja esto.

Igualmente, si se toman los datos relevados por el último censo 2010, Salta refleja que en el 8,9 % de los hogares la gente vive hacinada, sin comodidades ni con derecho a mantener la intimidad. No sorprende, dado que hay 58.202 familias que padecen necesidades básicas insatisfechas. Se trata de un total de 284.767 salteños. En la Subsecretaría de Tierra y Hábitat, la cantidad de familias que esperan un lote (que pagará con cuotas sociales) es también alta. Son alrededor de 10.000. Y aún aguardan respuestas.

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