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Quiso suicidarse el socio del boliche Kiss que está internado

Miércoles, 30 de enero de 2013 23:13

Elissandro Spohr, uno de los propietarios de la discoteca Kiss de la ciudad brasileña de Santa María, en la que un incendio ocurrido el domingo último dejó 235 muertos, intentó suicidarse en el hospital en el que está internado y detenido bajo custodia, informó ayer la Policía.

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Elissandro Spohr, uno de los propietarios de la discoteca Kiss de la ciudad brasileña de Santa María, en la que un incendio ocurrido el domingo último dejó 235 muertos, intentó suicidarse en el hospital en el que está internado y detenido bajo custodia, informó ayer la Policía.

El empresario, uno de los dos socios del establecimiento siniestrado, intentó ahorcarse con una manguera en uno de los baños del hospital de la ciudad de Cruz Alta en el que es tratado por problemas respiratorios derivados del incendio.

En ese centro asistencial, el socio de Kiss es vigilado por policías, debido a que está bajo arresto.

El intento de suicidio, del que habían informado en las últimas horas del martes sus médicos y abogados, fue confirmado ayer por Marcelo Arigony, uno de los comisarios de la Policía Civil del estado de Río Grande do Sul, responsables por la investigación de la tragedia.

“Ahora se encuentra bien y fue esposado a la cama para evitar nuevos intentos”, aseguró Arigony en declaraciones a la prensa.

El otro propietario de la discoteca, Mauro Hoffmann, fue detenido también el lunes tras presentarse en la comisaría de Santa María.

El intento de suicidio se dio mientras salían a la luz nuevas sospechas por irregularidades en el boliche, entre ellas: aislante acústico inflamable y tóxico en el techo, solo una salida para un club nocturno grande que podía albergar a cientos de personas, ningún sistema de rociadores de agua a la vista.

Estas fueron algunas de las causas principales por las que más de 230 personas murieran en cuestión de minutos en una discoteca del sur de Brasil la madrugada del domingo.

Pero los propietarios del centro no violaron ninguna ley, algo que plantea interrogantes graves sobre las normas de seguridad de una nación que albergará el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos.

Documentos obtenidos por The Associated Press, entre ellos permisos de construcción expedidos al club Kiss y planes de seguridad en caso de incendios, revelan que estos factores mortales cumplieron con las regulaciones actuales.

“¿Que si estoy de acuerdo con el hecho de que había solo una salida? No. ¿Estoy de acuerdo en que el techo estuviese cubierto con material inflamable? No, no lo estoy”, dijo el mayor Gerson Pereira, jefe de los bomberos de Santa María.

“Me hubiera gustado haber cerrado este lugar (antes de la tragedia), pero entonces los bomberos podrían haber sido demandados porque no se violó ninguna ley”, agregó visiblemente contrariado el bombero.

Estaba todo mal esa noche

Los sobrevivientes del incendio han dicho que los extintores que había en el club no funcionaron en los primeros intentos por combatir el fuego. Marcelo Arigony, el principal investigador de la policía, dijo que estaba claro que los extintores no fueron inspeccionados y que no eran nada confiables.

El fuego comenzó alrededor de las 2.30 de la madrugada, durante una presentación del grupo Gurizada Fandangueira, banda que había hecho de la pirotecnia un sello.

La Policía informó que la capacidad del club era de menos de 700 personas y había 1.300.

Y el grupo compró a sabiendas bengalas para exteriores, pues solamente cuestan 1,25 dólares, contra los 35 dólares que cuestan los productos para interiores.

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