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Realizarán un censo para preservar a las vicuñas

Domingo, 06 de enero de 2013 23:31

De manera simultánea en las provincias de Salta y Jujuy se llevará a cabo el censo de vicuñas en el transcurso de 2013. 

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De manera simultánea en las provincias de Salta y Jujuy se llevará a cabo el censo de vicuñas en el transcurso de 2013. 

Entre 1969 y 1972, la vicuña estuvo en serio riesgo de extinción. Hoy alcanzó el estatus de especie vulnerable.
El trabajo se enmarca en el Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña, suscrito en Lima en 1979 por Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Ecuador. Su objetivo es la conservación de la vicuña y su aprovechamiento como alternativa de producción económica en beneficio del poblador andino. Los firmantes del convenio asumieron el compromiso de aplicar las técnicas para el manejo de la fauna silvestre que determine cada gobierno.
Las secretarías de Medio Ambiente de las dos provincias sumarán esfuerzos junto a otros organismos como la dirección de Fauna de la Nación, Administración de Parques Nacionales, guardaparques provinciales y técnicos del sistema provincial de Areas Protegidas y del programa Biodiversidad.

Los números
Según los datos del censo 2005-2006, Jujuy contaba con 25.000 vicuñas, Salta con 15.000 y Catamarca con 23.000.  “Los números del relevamiento no se limitan al mero conocimiento poblacional, sino que permitirán incorporar variables para el futuro manejo y protección de la especie”, señaló el jefe del Programa de Biodiversidad, Gustavo Dada.

La metodología
Agregó que el censo se realizará con el método de “transecta lineal”, que consiste en realizar observaciones sobre una línea, dispuesta al azar o sistemáticamente en el área de estudio. Ello permite identificar cada una de las especies que se encuentran a una determinada distancia.
“En el caso de esta especie, el hábitat se localiza en una geografía complicada. Este método se aplicó en el censo anterior y ya contamos con una mayor experiencia al respecto”, explicó Dada, que además es médico veterinario.
Informó que la Nación comprometió aportes económicos para la capacitación del personal que participará del relevamiento y, además, suministrará equipos para facilitar la tarea y logística para el traslado. El trabajo de campo se llevará a cabo a mediados de marzo.
La combinación de innovaciones tecnológicas con estudios ecológicos muestra claramente las coordenadas que se deben seguir para que la relación entre la población humana y el ambiente tiendan a un equilibrio.

El porqué de una “estrella”
Las vicuñas conviven en una misma área de distribución con otras especies animales y vegetales de enorme importancia ambiental, como el suri o ñandú petiso y la chinchilla.
Pero, por sobre estas especies, la vicuña es la estrella que acapara la mayor preocupación. Esto se debe a distintos factores, entre ellos la importancia ecológica, es decir la subsistencia de la vicuña en ambientes efímeros que ofrecen poco y nada.
“A este animal le llevó miles de años adaptarse a la rigurosidad ambiental de la Puna. Tiene un considerable valor económico, debido a que su fibra es muy apreciada y se cotiza en el mercado mundial por su color, finura, suavidad y propiedades térmicas. El mínimo espesor de esta fibra solo es superado por la que produce el gusano de seda”, destacó la bióloga Sonia Zjaria.
Agregó que otro factor fundamental es el valor cultural de la vicuña, por ser considerada desde tiempos prehispánico como un animal sagrado.
“Se la cuidaba y respetaba mucho. Su fibra era muy utilizada, pero siempre en un sistema sustentable que se denominaba ‘chacus’ en el imperio incaico. Para atraparlas se las cercaba con hilos de color rojo. Las esquilaban y luego las soltaban. Solo las sacrificaban cuando se registraba un gran cantidad de machos. Esto se hacía cada 4 años, dándole así a la especie la posibilidad de recuperarse”, informó Zjaria.
La figura gracil y su rapidez en la huida (desarrolla hasta 70 km/h) adornan como nadie los paisajes de las altura de la Puna y le dan un valor estético único a su entorno.
Por último, la vicuña conlleva un valor estratégico debido a que habitan áreas que coinciden con las de frontera.

La cría en semicautiverio

La cría de vicuña puede fomentar el desarrollo local a través  del uso sostenible de la especie.

En Salta existen dos criaderos  de vicuñas en semicautiverio.  Coquena está ubicado en la  finca Entre Ríos del departamento Molinos. Tiene poco  más de 70 ejemplares y está  administrado por la Asociación  de Artesanos San Pedro Nolasco de los Molinos. 

El otro criadero se encuentra  en Santa Rosa de los Pastos  Grandes, en el departamento  Los Andes. Cuenta con un  plantel de más de 100 ejemplares y su propietario es Fausto Morales, un vecino de la zona.

Los especialistas en la materia  señalan que la utilización de la  vicuña como única alternativa  de subsistencia es un error.  Destacan que debe encararse  como una actividad complementaria a las otras desplegadas por las comunidades. 

“Si las comunidades respetan y  conservan a las vicuñas, así como el marco legal de su utilización, se logra integrar ambiente y valores humanos de manera sustentable”, afirmó el  secretario de Ambiente de la  Provincia, Gustavo Paúl.

Una de las mejores fibras del  mundo

Estudios realizados por el INTA señalan que la vicuña posee una de las  fibras más finas del mundo animal  (alrededor de 12,5 micrones) y es  una de las más cotizadas en el mercado internacional. La vicuña ofrece las  siguientes ventajas por sobre otras  especies. 

El pastoreo que realizan tiene bajo  impacto ambiental, ya que no arrancan de raíz la planta. Tampoco ejercen presión por pisoteo sobre los  suelos. 

Habitan en zonas marginales donde otro tipo de ganado tiene problemas de adaptación. 

Prácticamente no requiere tratamientos sanitarios ni alimentación  suplementaria, dada su condición de  animal silvestre. 

Pastorea en campos con presencia  de camélidos domésticos y otro tipo  de ganado, sin generar excesivos solapamientos alimentarios ni agresiones con otras especies. 

 

El más pequeño de los camélidos sudamericanos 

Vicuña, huiccuña, “huik una”  (Quichua), “sayrakha saalla”,  “wari sairaka” o “huari” (Aimara)

Los ejemplares miden de largo,  aproximadamente 1,60 a 1,75  metros, distancia de la cabeza  a la base de la cola, si sumamos  la longitud de ésta el largo total será de 1,75 a 2 metros. La  altura a la cruz es de unos 0,75  a 1,10 metros.

La contextura general del cuerpo de este camélido es bastante grácil. La cabeza es pequeña  y alta y el cuello, largo y arqueado. Los ojos son bastante  grandes y se encuentran rodeados por largas pestañas. Las  orejas son estrechas y móviles.  En la cara inferior de las falanges que apoya al caminar se  observan almohadillas que le  otorgan mayor adaptación para moverse sobre terreno escarpado. Es de color marrón  claro en la cabeza, cuello, dorso y flancos. En los recién nacidos esta coloración es aún mas  clara. En la zona interior de los  muslos, vientre y región pectoral la coloración es mucho más  clara. Los pelos son muy finos  (15 micrones) y miden de 3 a 6  cm de largo. En algunos ejemplares puede observarse en la  zona pectoral un pelaje más  largo que les otorgan mayor  abrigo cuando permanecen  echados.

Es un animal gregario y territorial y la reproducción es de tipo  poligámica. Forma grupos  compuestos por un macho  adulto y varias hembras con  sus crías. También puede observarse grupos de machos solitarios y grupos de hembras  con sus crías. La hembra da a  luz una o dos crías después de  11 meses de gestación. Nacen  principalmente entre los meses  de diciembre y abril.

La hembra  puede copular nuevamente  luego de haber parido. Las crías permanecen junto a su madre aproximadamente un año.  Las hembras amamantan a sus  crías durante 6 meses. 

La Convención sobre Comercio  Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), considera que  esta especie se encuentra bajo  la denominación de “Vulnerable”.

Chaccu: técnica milenaria

En tiempos del imperio incaico  y preincaicos, el hábitat de las  vicuñas se extendía en todo el  territorio del denominado Tahuantinsuyo, es decir los territorios altoandinos de los que  hoy forman parte de Ecuador,  Perú, Bolivia, Chile y Argentina. La especie estaba celosamente protegida y la fibra del  animal se aprovechaba a través  del sistema conocido como  chaccu.

La actividad permitía que los  habitantes puedan reunirse y  formar un inmenso cerco humano desde el cual arriaban las  vicuñas hasta acorralarlas para  la esquila manual de su fibra, a  fin de elaborar prendas de vestir entregadas a la realeza y sus  descendientes.

El método es y era la recreación de una técnica utilizada  desde épocas inmemorables. El  poeta Juan Carlos Dávalos la  recuerda con precisión en los  versos de Coquena: “¿por qué  no pillarlas a la usanza vieja, /  cercando la hoyada con hilo  punzó?”.

En el imperio incaico la producción de fibra de vicuña era  patrimonio exclusivo del emperador del Cusco.

La leyenda del Coquena

 

Cazando vicuñas anduve en los cerros.

Heridas de bala se escaparon dos.

-No caces vicuñas con arma de fuego,

Coquena se enoja - me dijo un pastor.

 

- ¿Por qué no pillarlas a la usanza vieja,

cercando la hoyada con hilo punzó?

¿Para qué matarlas, si sólo codicias

para tus vestidos el fino vellón?

 

-No caces vicuñas con arma de fuego,

Coquena las venga, te lo digo yo.

¿No viste en las mansas pupilas oscuras

brillar la serena mirada del dios?

 

-¿Tú viste a Coquena?

-Yo nunca lo vide, pero sí mi agüelo - repuso el pastor;-

una vez oíle silbar solamente, 

y en unos tolares, como a la oración.

 

Coquena es enano; de vicuña lleva

sombrero, escarpines, casaca y calzón;

gasta diminutas ojotas de duende,

y diz que es de cholo la cara del dios.

 

De todo ganado que pace en los cerros,

Coquena es oculto, celoso pastor;

si ves a lo lejos moverse las tropas,

es porque invisible las arrea el dios.

 

Y es él quien se roba de noche las llamas

cuando con exceso las carga el patrón.

 

En unos sayales, encima del cerro,

guardando sus cabras andaba el pasto;

zumbaba en los iros el gárrulo viento,

rajaba las piedras la fuerza del sol.

 

De allende las cumbres de nieves eternas,

venir los nublados miraba el pastor;

después la neblina cubrió todo el valle,

subió por las faldas y el cerro tapó...

 

Huyó por los filos el hato disperso,

y a gritos, en vano, lo llama el pastor.

La noche le toma sentado en cuclillas,

y un sueño profundo sus ojos cerró.

 

Cuando el alba tiñe - limpiando los cielos-

de rosa las abras, despierta el pastor.

Junto a él, a trueque del hato perdido,

Coquena, de oro le puso un zurrón.

 

No más en los cerros guardando sus cabras,

las gentes del valle vieron al pastor;

Coquena dispuso que fuese muy rico.

Tal premia a los buenos pastores el dios.

 

 Juan Carlos Dávalos

 

 

 

 

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