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Entraderas, salideras

Martes, 01 de octubre de 2013 01:54

Continúo abordando temas sobre la lengua con el afán de satisfacer dudas y curiosidades sobre distintos tópicos de esta actividad. Al referirme al tema cuyo título encabeza estas líneas, debo comenzar por viajar hacia las raíces de las palabras objeto de análisis.

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Continúo abordando temas sobre la lengua con el afán de satisfacer dudas y curiosidades sobre distintos tópicos de esta actividad. Al referirme al tema cuyo título encabeza estas líneas, debo comenzar por viajar hacia las raíces de las palabras objeto de análisis.

El primer término tiene como raíz el latín en "intrare', literalmente “entrar”. Este deriva de la preposición latina "intra' que, en términos generales, indica “el interior de algo”. Según el diccionario latino que cito normalmente, significa: “dentro de, en el interior de, en // de la parte de acá, de esta parte, hasta, bajo de, menos // en el espacio de”. Funciona, del mismo modo, como adverbio de lugar con las significaciones “dentro, interiormente, en el interior”. La apreciamos reflejada en varias dicciones españolas que la incluyen literalmente: "intramuros', adentro de los muros; "intramuscular', una inyección que se coloca dentro del músculo o "intravenosa´, dentro de la vena.

Pues bien, esta palabra invariable da origen al mencionado verbo "intrare' que ingresa en nuestra lengua con dos pequeños cambios: conversión de la "i' en "e' (ambos son dos sonidos fonéticamente muy cercanos que, de hecho, muchas veces los confundimos cuando pronunciamos, por ejemplo, “pasiar” en lugar de “pasear”) y pérdida de la "e' final, algo muy repetido en muchas terminaciones similares.

Entradera

La voz "entrar' tiene el origen latino explicado. En el DRAE encontramos, además del principal (“ir o pasar de fuera adentro”), varios otros sentidos o acepciones: a) “Pasar por una parte para introducirse en otra”, como en el ejemplo "Entrar por la puerta; entrar por la ventana'. b) “Dicho de una cosa: encajar o poderse meter en otra o dentro de otra”, tal en “El sombrero no entra en la cabeza”. c) “Ser admitido o tener entrada en alguna parte”. d) “Empezar a formar parte de una corporación. "Entrar en un regimiento'”. De esta manera va enunciando diversas formas de interpretar el ingreso de alguien o algo a alguna institución o cosa. Siempre, de todas formas, implica el ingreso de algo o alguien a algún lugar real o ficticio.

Lo curioso de este adverbio/preposición que da origen al verbo "entrar' es que no ha engendrado, aparentemente, otras palabras dentro de dicha familia. Al menos, el DRAE no consigna derivación alguna relacionada con ellas, fuera de "entrada', un sustantivo muy utilizado en la lengua, tanto oral como escrita, con el significado de "acción de entrar, ingreso a, billete que sirve para entrar en un espectáculo', y otros vinculados con diversas actividades de la vida en ese campo de significación.

Otra excepción a lo dicho arriba es el adjetivo "entrador/ra', que completa el limitado espectro de esta breve familia de palabras. En primera instancia se refiere a “el/la que entra” a algún sitio. Sin embargo, por experiencia sabemos el doble sentido que alberga el adjetivo: como dice el “Diccionario del habla de los argentinos”, de la Academia Argentina de Letras, es un adjetivo coloquial (usado en el hablar espontáneo) que significa: “Simpático, agradable, que sabe ganarse la confianza y la amistad de los otros”. Mas también este diccionario informa, para el verbo "entrar', en el nivel del hablar, como “Ser víctima de un engaño”, ejemplificándolo del siguiente modo: “¿No te das cuenta [de] que lo hicieron entrar como un gil?”.

Entradera / salidera

Sin embargo, hay un uso, sobre todo impuesto por los medios periodísticos metropolitanos, que es "salidera', aplicada al trámite bancario realizado por una persona que retira fondos para realizar compras o inversiones importantes. Según define la Policía Federal en su sitio web, “es toda acción desarrollada por dos o más delincuentes sobre personas que momentos antes han retirado importantes sumas de dinero de entidades bancarias y/o financieras”. Este compuesto lingístico es, aparentemente, un término técnico acuñado por la Policía para definir esta situación, difundido luego por los medios, y de esta manera generalizado entre los hablantes argentinos. Si no me equivoco, este vocablo fue anterior a "entradera' que se originó más tarde como un calco de "salidera'

A mucha gente con la que conversé no le agrada la acuñación de ninguno de ellos, lo mismo que -por ejemplo- la elección de "agredir a palazos' (con una pala) a alguien, en lugar de "agredirlo a palos'. A pesar de esto, la “regla” no escrita de la lengua oral espontánea estipula que el uso mayoritario de una innovación le otorga legitimidad. El problema, para nosotros los salteños, es que, por razones de “prestigio” (sobre todo en determinados sectores sociales), nos adherimos a toda innovación lingística que proviene de Buenos Aires, como es el caso del engendro "piedrazo' en lugar de nuestra tradicional "pedrada'. Pero eso es harina de otro costal: en lengua la mayoría es la que siempre gana. No me canso de repetir que esta institución es la más democrática de las humanas.

Paso, entonces, a analizar "salidera', tal como lo hice con el anterior. El DRAE especifica que proviene de la voz latina "salio, salire, saltum' que, de acuerdo con el diccionario latino, significa: “saltar, brincar, dar saltos // arrojarse, lanzarse, precipitarse // saltar, brotar // palpitar”. En realidad, esta voz dio nacimiento, asimismo, a nuestro “saltar, salto”. Por eso el diccionario etimológico de Corominas informa que, hasta el siglo XIII, "salir' poseía el significado de "saltar'. Luego mudó a "saltar hacia fuera' y, finalmente, con el sentido actual de "salir'. Los términos derivados fueron "salida', "salidizo', "salido', "saliente'. Los tres últimos guardan el sentido de “dicho de una cosa que sobresale en un cuerpo más de lo regular; parte que sobresale en algo”.

Amén de estos, figura también en el DRAE el adjetivo "salidero/ra' que quiere decir “amigo de salir” y, en una segunda acepción, en género masculino (salidero), “salida, espacio para salir”.

Se aprecia, en consecuencia, que ya existió un uso anterior al que declara la Policía Federal. En efecto, el “Diccionario del lunfardo” (2002) de Athos Espíndola lo declara de esta manera: “Salidera. Lenguaje de delincuentes. Modalidad de robo que consiste en asaltar y robar a las personas que salen de un banco tras haber retirado dinero. El ladrón sabe a quién asaltar porque previamente lo ha observado con disimulo mientras recibe la plata. En otros casos, un cómplice se lo señala de una manera convenida o se lo marca en la ropa con tiza en polvo o pintura que lleva en la palma de la mano. Un choquecito con el "candidato' o un "pase usted primero' acompañado de una amistosa palmada en la espalda, y la víctima elegida queda marcada para que el compinche lo individualice y atraque”. Posteriormente -y como un calco o una copia contrarios a la "salidera'-, nace la expresión "entradera' para referirse al ataque de ladrones a gente que está ingresando a su domicilio, o a algún otro lugar, aprovechando de su indefensión y sorpresa, muchas veces con consecuencias fatales para las víctimas. Esa, quizá, es la diferencia que aleja a la palabra actual con respecto al uso antiguo, gracias a la droga y a la falta de valores humanos.

 

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