El duelo entre Argentina y Uruguay, el legendario clásico del Río de la Plata, el más añejo e histórico de Sudamérica, no cuenta casualmente con felices antecedentes. Con esta coyuntura, y con la situación actual, en la cual Argentina debía ser juez de las chances uruguayas, más el componente agregado de las especulaciones que se tejieron en torno al pleito entre Chile y Ecuador (a ambos les alcanzaba con un empate), triunfó el juego limpio en la última fecha de las eliminatorias sudamericanas de cara al Mundial de Brasil 2014.
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El duelo entre Argentina y Uruguay, el legendario clásico del Río de la Plata, el más añejo e histórico de Sudamérica, no cuenta casualmente con felices antecedentes. Con esta coyuntura, y con la situación actual, en la cual Argentina debía ser juez de las chances uruguayas, más el componente agregado de las especulaciones que se tejieron en torno al pleito entre Chile y Ecuador (a ambos les alcanzaba con un empate), triunfó el juego limpio en la última fecha de las eliminatorias sudamericanas de cara al Mundial de Brasil 2014.
Lo cierto es que Chile venció a Ecuador, echando por tierra cualquier suspicacia de “arreglo salomónico” entre ambos; mientras que Uruguay y Argentina protagonizaron en un Centenario repleto un clásico rioplatense como los de la “vieja guardia”, jugado con dientes apretados y sin ceder ni un metro. Pese a la derrota, el elenco albiceleste, clasificado de antemano a la Copa del Mundo y con el primer puesto asegurado, se las ingenió para complicar a los celestes a pesar de no contar con sus principales figuras en la cancha y con alternativas individuales que se midieron en una prueba de valía con la ilusión de ganarse su boleto a Brasil. Pese a una aceptable actuación colectiva, la zona defensiva sigue siendo la que enciende la alarma de cara a la máxima competencia mundial. La última línea aún deja dudas y a Sabella le está costando encontrar los nombres más aptos.
Los charrúas no cumplieron su cometido, ya que estaban obligados a vencer por tres goles de diferencia a los dirigidos por Alejandro Sabella, por lo que ahora los del Maestro Tabarez buscarán su clasificación a Brasil en un repechaje ante Jordania.
Cristian Rodríguez abrió el marcador para los uruguayos a los 6' del primer tiempo e ilusionaba con la clasificación directa, pero Maxi Rodríguez igualó a los 14'. Sin embargo, la gran polémica de la noche fue el penal “inventado” que cobró el brasileño Marcelo De Lima (34') a raíz de una falta inexistente de Sebastián Domínguez sobre Luis Suárez, que él mismo cambió por gol. Al final de la primera etapa Maxi, la gran figura, volvió a poner las cosas en su lugar, pero el “animal del área”, Edison Cavani, tras un fenomenal pase de Suárez le dio la victoria a Uruguay en el amanecer del complemento.
Maxi, figura y goleador
Con vistas a su tercer mundial, el volante del último campeón del fútbol argentino, Maximiliano Rodríguez, fue la gran figura del seleccionado nacional que ya tiene su lugar asegurado para el Mundial de Brasil 2014. Sin embargo, los dirigidos por Sabella dejaron atrás un invicto interesante de más de dos años ayer en el estadio Centenario frente a Uruguay, por 3 a 2, en el clásico rioplatense.
Maxi, que fue designado capitán para este cotejo, se puso el traje de Lionel Messi y fue el punto más alto del equipo. No solo convirtió los dos goles, también mostró un buen pie y tuvo el empuje habitual que lo transformó en el jugador más desequilibrante.
“Fue importante aportar para el equipo, queríamos tratar de cerrarlo mejor pero, bueno, el objetivo era clasificar al Mundial y se cumplió. Ahora tendremos que pensar en llegar lo mejor posible a Brasil”, sostuvo anoche el goleador del equipo nacional en Montevideo.
Al momento de hablar sobre su casi confirmada presencia para ser parte del certamen ecuménico por tercera vez, el rosarino apuntó: “Si se llega a dar todo esto que pasa este año, sería coronar algo muy lindo a título personal”, apuntó y agregó que hay que “demostrarle al entrenador que quiero luchar por un lugar para estar en el Mundial, él decidirá si estoy en la lista”.
Otro destacado en el conjunto de Alejandro Sabella fue Lucas Biglia, que se mostró como una alternativa confiable para reemplazar a Javier Mascherano por su despliegue y ubicación para recuperar la pelota en toda la cancha. En tanto, Erik Lamela y Augusto Fernández, dos que luchan por un lugar en Brasil, fueron de mayor a menor para culminar en una tarea deslucida y que no los deja bien parados de cara a la cita ecumé nica.
Por el lado de Uruguay, Cristian Rodríguez fue la gran figura del seleccionado dirigido por Oscar Washington Tabárez. Será el cuarto partido de repechaje que disputarán los uruguayos ante Jordania el 13 de noviembre en el Estadio Internacional de Ammán y la revancha será una semana después, en el Centenario.