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Nalbandian, talentoso, ganador y polémico

Domingo, 06 de octubre de 2013 01:43

El Rey o simplemente el Gordo, David Nalbandian le dijo adiós a la disciplina de sus amores a los 31 años. El cordobés, que puso en el mapa mundial a su Unquillo natal, tendrá su merecida despedida ante el número uno del tenis internacional: el español Rafael Nadal (el 21 y 23 de noviembre, en Córdoba y Buenos Aires). La semana pasada, cuando la mayoría esperaba el anuncio sobre los dos partidos de exhibición con su amigo, sorprendió a varios tras anunciar su retiro del circuito profesional de la ATP. El físico, según él, tuvo mucho que ver en esta decisión, en los últimos años las lesiones lo tuvieron a maltraer. Con su retiro se cierra una etapa de esplendor para el tenis nacional, David le baja el telón a una camada de actores espectaculares, que supieron hacer de este deporte una verdadera obra maestra.

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El Rey o simplemente el Gordo, David Nalbandian le dijo adiós a la disciplina de sus amores a los 31 años. El cordobés, que puso en el mapa mundial a su Unquillo natal, tendrá su merecida despedida ante el número uno del tenis internacional: el español Rafael Nadal (el 21 y 23 de noviembre, en Córdoba y Buenos Aires). La semana pasada, cuando la mayoría esperaba el anuncio sobre los dos partidos de exhibición con su amigo, sorprendió a varios tras anunciar su retiro del circuito profesional de la ATP. El físico, según él, tuvo mucho que ver en esta decisión, en los últimos años las lesiones lo tuvieron a maltraer. Con su retiro se cierra una etapa de esplendor para el tenis nacional, David le baja el telón a una camada de actores espectaculares, que supieron hacer de este deporte una verdadera obra maestra.

Apasionado por los deportes, de chico Nalbandian practicó y experimentó distintas disciplinas: karate, fútbol, básquet, equitación, natación y finalmente tenis. Desde que agarró una raqueta, siguiendo los pasos de sus hermanos mayores (Javier y Darío), nunca más se alejó de las distintas superficies. A los 12 años ya pintaba que sería un crack en la materia. Gran promesa del tenis nacional encabezaba el primer lugar del ranking en su categoría. Dos años después, en el circuito junior, se consagró campeón mundial en Japón. En 1998 se coronó en el US Open de Estados Unidos ganándole la final al suizo Roger Federer. Comenzaba una carrera de éxitos, una era dorada para el tenis argentino.

Un 20 de marzo del 2000 debutó en el circuito profesional en el Abierto de Key Biscayne, en Miami. Después de atravesar la qualy, cayó de manera ajustada por 6-3, 3-6, 7-5 en primera ronda frente al estadounidense Jim Courier, exnúmero uno del mundo. Dos años después obtuvo su primer título en el profesionalismo, se impuso al finlandés Jarkko Nieminem por 6-4 y 7-6, en el polvo de ladrillo del ATP de Estoril. Ese año cayó en la final de Wimbledon ante Lleyton Hewitt, número uno del mundo. Primer argentino (hasta el día de hoy) en llegar a la final de dicha competencia.

Al mismo tiempo que fue dejando su profunda huella en el circuito mundial, a través de su enorme destreza y personalidad, también empezaría a no pasar inadvertido para el mundillo del espectáculo. Sofía Zámolo, quien según la revista Gente lo conoció en 2002, mantuvo con el Rey una miniluna de miel en los Emiratos Arabes. Relación que el tenista nunca reconoció. Más cerca en el tiempo, y a meses de que su compañera Victoria Bosch tuviese a su primera hija (Sossie, nació el lunes 27 de mayo en Córdoba), fue registrado a través de fotos (por paparazzis) en una fiesta con dos señoritas y junto a su compañero Horacio Zeballos (días antes de la serie de Copa Davis ante Alemania, en febrero de este año).

El rubio de ojos claros hizo lo que quiso no solo con su excelente carrera deportiva, también fuera de ella. Para los especialistas llegó a ser un número uno, un fuera de serie en los rectángulos polvorientos y llenos de cementos. Se ganó la admiración de sus “enemigos” y la adoración de sus íntimos. Ese Nalbandian que superó en ocho oportunidades al mejor de la historia, Roger Federer, el que hizo rendir dos veces a Rafael Nadal (fue baile en Madrid y París 2007); dejó desparramados al ahora exnúmero 1 del mundo, Novak Djokovic. ¿A sus compatriotas? también los minimizó: Coria, Gaudio, Cañas y Del Potro, entre otros.

Igual que otros astros del deporte universal, David nunca tuvo “filing” con la prensa. Supo construir un gran reinado deportivo pero también polémico por donde se lo mire. Símbolo del equipo nacional de Copa Davis, estuvo bajo la lupa por sus reiteradas polémicas en dicha competencia. Se lo vinculó como el manipulador del excapitán Alberto Mancini; luego ignoró las órdenes de Modesto Vázquez. No aceptó jamás estar detrás de Juan Martín del Potro, relación que se quebró ni bien el tandilense empezó a liderar el grupo copero. En 2008, para la final de la Davis, el unquillense quiso trasladar la serie a Córdoba en pos de intereses propios. Finalmente se jugó en Mar del Plata. Allí en La Feliz, maltrató al tandilense.

Un auténtico y frontal David Nalbandian que desparramó su enorme talento en el tenis mundial a lo largo de 13 años. Fue número 3 del mundo en una época donde coincidió nada menos que con Roger Federer y Rafael Nadal. “Soy bastante difícil por temperamento, carácter, personalidad, ponelo como quieras”, sostuvo alguna vez. Forma de ser y vivir del Rey David, para bien y para mal.

 Cuenta pendiente y lucha de egos

Deporte individual por excelencia, el tenis argentino se caracterizó a lo largo de su historia por los grandísimos jugadores que supo entregar, pero también por la lucha de egos que sus protagonistas supieron expresar. El último gran enfrentamiento fue entre David y el gigante: Del Potro.

Por más que algunos piensen lo contrario, el tenis forma parte de los deportes elitistas que existieron y seguirán existiendo. Ambito de mucho dinero y, en consecuencia, es justamente la plata el “gusano” que, cuando llega, pudre la manzana. El tenis nacional demostró que los buenos nunca se llevaron bien. Desde el mejor de todos, el gran Guillermo Vilas vs. Batata Clerc, pasando por la rivalidad del actual capitán de Copa Davis, Martín Jaite, contra De la Peña; la recordada novela entre Coria y Gaudio y ahora, David Nalbandian vs. Juan Martín del Potro.

Diferencias, luchas de egos que alimentaron con litros de tinta diarios locales, nacionales e internacionales; radios y televisores. Peleas que en lo deportivo nunca condujeron a nada, por el contrario, ante tremendos talentos el país sigue careciendo de esa soñada ensaladera. “La Davis es el evento que sentí distinto a cualquier cosa. La presión que se siente, la atmósfera, eso no se vive en ningún lado”, sostuvo en su retiro el Rey David sobre la Davis, su cuenta pendiente.

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