Haber ocupado la jefatura de la bancada kirchnerista en Diputados hizo que Agustín Rossi tenga un protagonismo político que no muchos dirigentes obtuvieron últimamente en la Argentina. En cada sesión de la Cámara Baja, su voz siempre era la más escuchada de todas, pese a que protagonizó fuertes cruces con los legisladores de la oposición. Sin embargo, desde su nombramiento en el Ministerio de Defensa, su perfil había caído notablemente ante los ojos de la opinión pública. Eso parece haberse revertido esta semana. Con Cristina aún en reposo, Rossi anunció el descubrimiento de documentos secretos de la dictadura, visitó Salta para inaugurar un jardín maternal en medio del retiro de gendarmes de la frontera y tuvo que explicar las razones por las que Argentina no participó de una importante actividad militar en la región. Mucha actividad junta para lo poco que venía mostrando en los últimos meses.
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Haber ocupado la jefatura de la bancada kirchnerista en Diputados hizo que Agustín Rossi tenga un protagonismo político que no muchos dirigentes obtuvieron últimamente en la Argentina. En cada sesión de la Cámara Baja, su voz siempre era la más escuchada de todas, pese a que protagonizó fuertes cruces con los legisladores de la oposición. Sin embargo, desde su nombramiento en el Ministerio de Defensa, su perfil había caído notablemente ante los ojos de la opinión pública. Eso parece haberse revertido esta semana. Con Cristina aún en reposo, Rossi anunció el descubrimiento de documentos secretos de la dictadura, visitó Salta para inaugurar un jardín maternal en medio del retiro de gendarmes de la frontera y tuvo que explicar las razones por las que Argentina no participó de una importante actividad militar en la región. Mucha actividad junta para lo poco que venía mostrando en los últimos meses.
Rossi, un peronista santafesino con poco peso electoral pero con influencia partidaria, es uno de los alfiles más importantes que acompañan a la Presidenta. Ingeniero de profesión, defendió cuanta polémica hubo en el Congreso y nunca se le escuchó una sola crítica hacia la administración nacional. Además, es uno de los pocos altos funcionarios del kirchnerismo que siempre atendió a la prensa, aún en los momentos de mayor complejidad para el Gobierno. Solo con este cronista, Rossi tuvo más de diez reportajes en los últimos dos años, contrastando con otras personas de cargos similares como Miguel Pichetto, su expar en el Senado, quien no accedió a ninguno pese a los insistentes pedidos de este medio. El santafesino siempre militó en el peronismo, pero durante la década del noventa -a diferencia de la mayoría de los kirchneristas-, no ocupó ningún cargo durante el menemismo y regresó a la actividad política recién en 2002, cuando fue elegido concejal. En esos diez años el actual ministro se dedicó exclusivamente a su actividad privada.
Esta semana a Rossi le tocó dar a conocer uno de los hallazgos más relevantes sobre la dictadura que se hayan encontrado en treinta años. El descubrimiento en realidad no tenía grandes novedades, pero aportó una buena dosis de documentación a lo que ya se conocía informalmente sobre esos oscuros años del país.
En las listas negras que había en el edificio de la Fuerza Aérea había infinidad de nombres de todo tipo, muchos muy conocidos, y varios de ellos de origen salteño y jujeño. Si bien no terminó de quedar claro cómo es que esos papeles estuvieron tres décadas sin que nadie los vea, la noticia no deja de tener un fuerte impacto en momentos de escasos anuncios por la salud presidencial. Hasta los medios europeos se hicieron eco del hallazgo.
La visita a Salta
Teniendo en cuenta lo crítica que está la situación en la frontera norte con el alejamiento de la Gendarmería, sorprendió que no haya sido ese el eje del viaje del ministro a Salta, sino la inauguración de un jardín maternal en tierras del Ministerio de Defensa. ¿Está mal que el Gobierno nacional ceda terrenos para un fin noble como ese? De ninguna manera, lo que llamó la atención es la poca importancia que se le dio a la situación de la frontera en medio de un crecimiento exponencial del crimen organizado. Sin ir más lejos, la Iglesia hizo el viernes un pedido desesperado para que se combata al narcotráfico antes que sea tarde.
Ni Rossi ni ninguno de los altos mandos militares explicó cuál es la función real de los militares que reemplazaron a los gendarmes que se fueron al conurbano bonaerense en medio de la campaña. Esa fuerza de seguridad no puede intervenir por ley en seguridad interior, a diferencia de la Gendarmería que sí puede. Incluso, el propio presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti habló de la gravedad de la situación en la frontera norte durante una entrevista periodística.
Sentado al lado de Rossi, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey no le hizo un solo reclamo por el abandono de Gendarmería de la frontera ni tampoco por el mal funcionamiento que tiene el radar de Tartagal. Pese a que se informó que el ministro recorrió el escudo norte, el foco de su visita inexplicablemente no fue ese.
A Rossi también le tocó explicarle a la sociedad porqué Argentina desistió de participar en una importante misión militar junto a sus pares de la región. Los argumentos nunca terminaron de quedar del todo claros, pero el ahora ministro de Defensa se lo adjudicó al temor de posibles embargos como ocurrió con la Fragata Libertad que estuvo retenida durante varios meses en Ghana. A Rossi pueden criticársele muchas cosas, pero no que se esconde ni que no da la cara.