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Historia geológica de Salta

Lunes, 11 de noviembre de 2013 03:44

El elemento más antiguo descubierto en Salta es un cristal de zircón de 2700 millones de años hallado en Tartagal.

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El elemento más antiguo descubierto en Salta es un cristal de zircón de 2700 millones de años hallado en Tartagal.

El espacio que hoy circunstancialmente ocupa la provincia de Salta hunde sus raíces en el tiempo a cientos de millones de años atrás. Por ahora el elemento más antiguo descubierto en nuestra provincia es un cristal de zircón con una antigedad de 2700 millones de años. Dicho cristal se encontró en rocas del norte argentino en la región de Tartagal y evidentemente viene de las rocas primitivas que forman los cimientos de América del Sur, tal como las que constituyen el basamento arcaico de Brasil. Desde su formación hasta su descubrimiento vino viajando en el tiempo, rodando de capa geológica en capa geológica, hasta su circunstancial hallazgo. Otros cristales de zircón tienen edades variables entre 1800 y 1000 millones de años atrás. Todos ellos provienen de distintas rocas antiguas, muchas desaparecidas o enterradas hoy a varios kilómetros de profundidad debajo de espesas secuencias sedimentarias. Desde su formación han rodado en el tiempo hasta quedar entrampados en rocas de cualquier edad geológica e incluso forman parte de los minerales pesados que se encuentran en las arenas de los ríos actuales. Fuera de estos elementos sueltos y fortuitos, las rocas más viejas de Salta rondan alrededor de 600 millones de años de antigedad y pertenecen al periodo Precámbrico. La Tierra pasaba en esa época por un momento catastrófico planetario habiéndose convertido en una “bola de hielo” (Snow Ball Earth) y a ese momento se le ha dado en llamar criogénico (de cryos = hielo). Restos de esa época se han encontrado en Salta en rocas del núcleo de las sierras de Mojotoro y Castillejo. También al final de esta época aparecen organismos de cuerpo blando con formas medusoides que se conservaron como fósiles. Un poco más tarde aparecerán rocas con abundantes trazas fósiles del tipo vermiforme como las que dejan los gusanos marinos. Son un conjunto de rocas marinas que por su antigedad fueron levemente metamorfoseadas. Océanos profundos cubrieron durante muchos cientos de millones de años el actual espacio salteño. Mientras tanto los proto-continentes se movían, cambiaban de forma y se ensamblaban; para volver a separarse después. Los mares avanzaban sobre la tierra firme. Los sedimentos arrancados a los continentes se depositaban en grandes cuencas marinas hasta que estas se colmataban y más tarde por las presiones de las placas se elevaban generando montañas y así sucesivamente en ciclos que se repetían y volvían a repetirse como “pulsaciones de la Tierra”. A las rocas precámbricas con aquellos fósiles de cuerpos blandos les sucedieron rocas que ya contienen conchillas marinas y numerosos invertebrados, entre ellos los trilobites, propios de los primeros periodos del Paleozoico, especialmente del Cámbrico y del Ordovícico. La mayoría de nuestras sierras, desde el Valle de Lerma hasta Santa Victoria, contienen jirones de rocas de esa antigedad y muy ricas en fósiles. El propio cerro San Bernardo al frente de la ciudad de Salta es un muestrario de decenas de tipos de invertebrados marinos (trilobites, graptolites, braquiópodos articulados, braquiópodos inarticulados língulas-, bivalvos, gasterópodos, etcétera). El periodo Silúrico sigue siendo de naturaleza marina debiéndose destacar además de sus fósiles característicos la presencia de un manto de hierro sedimentario, rico en hematita, formado en una playa marina, y que se extiende a lo largo de las sierras que flanquean por el oriente al Valle de Siancas (sierras del Gallo, San Antonio, Unchimé, y su continuación Puesto Viejo y Zapla). El periodo Devónico continúa siendo marino y con acumulación de potentes depósitos de materia orgánica que dio lugar a un horizonte o roca madre hidrocarburífera (Formación Los Monos), de la cual provienen los principales depósitos de gas de la provincia. La era paleozoica culmina con las rocas del Carbonífero y Pérmico representadas especialmente en las Sierras Subandinas de Orán y Tartagal. El Carbonífero ha sido también generador de hidrocarburos, especialmente petróleo. La “oceanización” del espacio salteño que operó por más de 300 millones de años, desde el Precámbrico hasta fines del Paleozoico, va a mutar a una “continentalización” que con leves interrupciones de ingresiones marinas se desarrolló en los últimos 250 millones de años desde el Pérmico superior hasta la actualidad, cubriendo los tiempos mesozoicos y cenozoicos. No se han encontrado rocas representativas de los periodos Triásico y Jurásico, dos épocas importantes de la historia de la Tierra que están muy bien expuestas y son ricas en fósiles en las regiones de Cuyo y Patagonia. Sí en cambio están presentes en Salta grandes extensiones de rocas del periodo Cretácico. Son las capas de areniscas rojas ampliamente representadas en ese pequeño “Cañón del Colorado” que es la Quebrada de las Conchas en el camino a Cafayate así como también las rocas amarillas calcáreas que afloran en tantos lugares de la provincia y del norte argentino (Cerro Tin Tin, Dique Cabra Corral, Cañón del Juramento, Quebrada de Humahuaca, etcétera). Dichas rocas son importantes por numerosas razones. Son portadoras de las pisadas de los últimos dinosaurios que vivieron antes de la extinción global y son además ricas en uranio, cobre y petróleo. La catástrofe cósmica que eliminó a los dinosaurios del planeta también quedó registrada en sedimentos depositados en Salta y la hemos identificado en rocas del perilago del dique Cabra Corral. Luego se desarrolló el Cenozoico, la era de la vida nueva, donde los mamíferos se expanden a todos los nichos ecológicos que antes ocupaban los dinosaurios. América del Sur se convierte en una isla y se desarrollan faunas propias de mamíferos. Es el tiempo del “espléndido aislamiento” como lo definiera George Gaylord Simpson. A fines del periodo Terciario (hoy Neógeno) se unen las Américas y comienza la migración en un sentido y en otro de las distintas faunas. Los gliptodontes, armadillos, megaterios y otros perezosos terrestres cruzan hacia América del Norte, mientras que todo el espectro de carnívoros, camélidos, cérvidos, etc., ingresan desde el norte. En los últimos dos millones de años las faunas se mezclaron y se estabilizaron. Hace diez mil años se produjo la última gran extinción y desaparecieron para siempre los mastodontes, gliptodontes, megaterios, toxodontes, osos gigantes, tigres dientes de sable, macrauquenias y muchos otros representantes de la megafauna cuaternaria. Corresponde al límite Pleistoceno-Holoceno y con él la llegada de los primeros cazadores-

recolectores. El hallazgo en la región pampeana de hombres junto a algunos de estos mamíferos fósiles, por ejemplo toxodontes, prueba su cotidianeidad en aquellos tiempos. Restos del hombre Holoceno se han encontrado en la Puna, caso de Santa Rosa de los Pastos Grandes. En las propias terrazas fluviales del Valle de Lerma aparecieron restos óseos humanos datados en 8000 años de antigedad.

 

 

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