El panorama político local es noticia como resultado de la importante victoria electoral del Partido Obrero en la ciudad de Salta y resultados favorables en diferentes municipios de la provincia.
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El panorama político local es noticia como resultado de la importante victoria electoral del Partido Obrero en la ciudad de Salta y resultados favorables en diferentes municipios de la provincia.
Pero, para la política local, es interesante tener en cuenta cuales son algunas de las explicaciones posibles para comprender el fenómeno “troskista”.
En primer lugar hay que entender que el PO es un partido ideológicamente de izquierda que representa las acciones institucionales de un modelo moderado que le permite y estimula su participación en medio de la democracia burguesa, crítico del sistema social, tolera las reglas del juego democrático y se adapta a ellas, tratando de no producir mayores corridas de votos ni preferencias y por ello la estrategia del silencio resultó muy eficiente.
Por otro lado, el espacio político que ocupa el PO es el de la oposición radicalizada; hace algún tiempo sosteníamos que la estrategia de las colectoras no era la más eficiente para el actual contexto y en esta elección queda demostrado, ya que los electores apoyaron los oficialismos o las oposiciones claramente definidas en desmedro de los oficialistas críticos y los opositores moderados, al tiempo que la oposición no “troskista” demostró su incapacidad para comprender las reglas del juego y en la dispersión de candidaturas licuó las posibilidades de retener espacios significativos de poder en la ciudad vidriera de la provincia.
Por lo demás, es la misma acción del oficialismo provincial la que estimuló la dispersión del voto oficialista que, sumado a la dispersión del voto opositor “no troskista”, allana el camino para que el PO rompa la quietud del sistema político capitalino.
Sorpresivamente el oficialismo provincial sostuvo la estrategia de listas colectoras y la única respuesta posible, para comprender tal posición, es el debate abierto sobre la sucesión del gobernador Urtubey y la del jefe comunal de la capital. Digo esto porque es indudable el retaceo de apoyos institucionales hacia la candidatura del actual senador capitalino por parte de una amplio sector del partido justicialista que optó por acompañar la candidatura del representante del Frente Plural medrando votos y chances electorales para la renovación de la banca en la Cámara Alta, estrategia claramente entendida por los ciudadanos y en consecuencia los resultados electorales en la ciudad capital son adversos al partido de gobierno.
Por otra parte, considero que esta misma estrategia va definiendo el perfil de la interna que se avecina en la carrera a la sucesión del gobernador provincial cuando era claro que el intendente capitalino tenía chances de competir por ocupar el sillón del Poder Ejecutivo Provincial, sin embargo, luego de dos derrotas consecutivas en la ciudad esta sucesión se ve opacada, al tiempo que ninguno de “los hombres fuertes del intendente” han demostrado un caudal electoral digno de la sucesión... esto debiera dejar el camino libre para que el actual presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia intente un golpe de fuerza en las riendas peronistas y encamine su imagen hacia el 2015, sin embargo, también fue derrotado en su distrito, lo que lo coloca en una situación interna de debilidad para las chances electorales en el próximo turno.
En suma, el ganador de la contienda electoral es el propio gobernador de la Provincia y líder indiscutido de su partido, que en dos meses ha dado por tierra las aspiraciones sucesorias de quienes se presentaban como líderes del posible cambio intergubernamental en 2015, estimulando la interna oficial, apoyándose en la debilidad intrínseca de los socios colectores y reforzándose como ganador imbatible cuando su hermano muestra haber llevado las bancas de la mayoría en el Senado nacional.
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