Agustín Rossi es, sin lugar a dudas, uno de los principales voceros del Gobierno nacional. Lo fue cuando le tocó conducir por años el bloque kirchnerista en Diputados y lo es ahora desde el Ministerio de Defensa de la Nación. Descontracturado y con una visible predisposición al diálogo, el funcionario recibió a El Tribuno en su despacho de la Ciudad de Buenos Aires y se metió de lleno en el debate por el avance del narcotráfico en Argentina.
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Agustín Rossi es, sin lugar a dudas, uno de los principales voceros del Gobierno nacional. Lo fue cuando le tocó conducir por años el bloque kirchnerista en Diputados y lo es ahora desde el Ministerio de Defensa de la Nación. Descontracturado y con una visible predisposición al diálogo, el funcionario recibió a El Tribuno en su despacho de la Ciudad de Buenos Aires y se metió de lleno en el debate por el avance del narcotráfico en Argentina.
“Seguramente que hay cosas que se pueden mejorar y hacer que sean más eficientes, pero que tenemos un plan y lo estamos llevando adelante, no hay dudas”, aseguró el ministro. Además, confirmó que todos los radares funcionan con bandas horarias y le restó importancia a que la Sedronar esté acéfala hace seis meses.
Consultado sobre el rol del Ejército en la frontera, afirmó que hace “una tarea de vigilancia y control”.
¿Cuál es su visión sobre los duros comunicados de la Iglesia y la Corte por el avance del narcotráfico en Argentina?
Me parece que hay que tomarlos bien. La Iglesia es una institución importante y la Corte es la cabeza de uno de los poderes de la República, así que bienvenidos sean. Eso no significa que para nosotros el tema empieza a partir de ahora, al contrario. Argentina tiene claramente divididas las tareas de defensa y de seguridad interior, que es fundamentalmente el escudo norte y el fortín 2, donde venimos trabajando hace mucho tiempo. En materia de radarización, tenemos el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial que es un decreto del expresidente Néstor Kirchner, de 2004. En ese año existían en el país solo cuatro aeropuertos radarizados (Ezeiza, Córdoba, Mendoza y Mar del Plata). Desde ese momento empezamos un plan y hoy tenemos instalados 18 radares secundarios que fabrica el Invap y falta instalar cuatro más que ya están fabricados, pero faltan las obras civiles. Cuando tengamos instalado eso vamos a tener el 95% de las rutas aéreas argentinas radarizadas. Otra decisión muy importante que tomó Kirchner es que los radares los hacemos en Argentina a través del Invap.
¿Está al tanto de que el radar de Tartagal funciona solo por horas?
Todos los radares funcionan con bandas horarias. Nosotros tenemos un sistema en el norte formado por un radar en Santiago del Estero, otro en Posadas, otro en Resistencia y otro en Las Lomitas (Formosa). Tenemos además una cantidad de radares que son terrestres. Ese sistema de radares funciona a requerimiento de las fuerzas de seguridad, que nos dicen en qué momentos y en qué horarios tienen que funcionar en función de la inteligencia que tiene acumulada Gendarmería.
Teniendo en cuenta que no existe la ley de derribo, ¿qué se hace si detectan un vuelo irregular?
Si detectamos un tránsito aéreo irregular se lo informamos a la fuerza de seguridad correspondiente y también a la Autoridad Nacional de Aviación Civil (ANAC) porque muchas veces no son vuelos ilegales sino irregulares. Trasladado a la actividad automovilística, serían algunos que tienen una contravención y que no son vuelos que transportan droga. Luego completamos la información. Con el solo hecho de ver en el radar puedo sacar entre dos puntos y el tiempo la velocidad a la que circula ese avión. Al tener la velocidad puedo saber la característica del avión. Si es uno de alta performance (un Lear Jet) ya sé que no puede aterrizar en pistas clandestinas y si es de baja performance es muy probable que pueda aterrizar en una pista clandestina. Eso termina siendo un insumo de inteligencia enorme para el trabajo de Gendarmería. Luego hacemos un vuelo de aproximación para completar la identificación del vuelo irregular. Una vez que sacamos el tipo de avión sabemos que autonomía tiene y podemos imaginar donde va a aterrizar. La ley de derribo existe en algunos países de América Latina y en ninguno de ellos ha servido para mejorar la performance contra los narcos. En Perú, hace un tiempo, aviones peruanos derribaron una avioneta que llevaba misioneros americanos. El derribo de un avión es letal para quien lo ocupa, por eso digo que es una pena de muerte sin juicio previo. Acá libremente se dice que hay que aplicar la ley de derribo. En la pena de muerte al menos hay un juicio, en la ley de derribo no. Creo que no tenemos que avanzar en ese tipo de situaciones. Ese debate muestra la mediocridad de la clase política argentina. Traigame un país en donde la ley de derribo haya servido.
¿Coincide con Sergio Berni en que las fronteras están bien custodiadas?
Yo lo que digo es que nosotros tenemos un plan que lo estamos ejecutando. Antes de la finalización del año o los primeros meses del año próximo en Las Lomitas instalamos el primer radar primario argentino fabricado íntegramente por el Invap que va a reemplazar el que hoy tiene las Lomitas, que lo vamos a reparar y colocar en otro lugar. Y el segundo semestre del año que viene vamos a fabricar el segundo radar primario argentino que va a estar en Ingeniero Juárez (Formosa). Este despliegue de radares aéreos, más los radares terrestres empezó en 2011 cuando la Presidenta sacó un decreto para el escudo norte. Seguramente que hay cosas que se pueden mejorar y hacer que sean más eficientes, pero de que tenemos un plan y lo estamos llevando adelante, no hay dudas. Nosotros venimos actuando hace mucho tiempo. Yo tengo la misma mirada que tiene el secretario de Seguridad, de que (el narcotráfico) no es un problema exclusivo de fronteras. Esa es una mirada antigua.
¿Por qué dice eso?
Era un problema exclusivamente de frontera cuando Argentina no era un país de consumo y cuando alrededor de ese consumo no se habían desarrollado organizaciones criminales ligadas al delito narco. Entonces, mi mirada en eso coincide con la del secretario de Seguridad que dice que lo que nosotros necesitamos también es una fuerte acción de inteligencia criminal en el buen sentido de la palabra para empezar a desbaratar todas estas organizaciones que existen hacia dentro de la Argentina. En el caso de mi ciudad, Rosario, una de las bandas más importantes son “Los Monos” y no son de ahora, existían en los años 80. Me parece que allí debe estar puesta fuertemente la mirada. La mirada de la frontera era una mirada en la que había que intentar que la droga no entre o no salga del país. Ahora tenemos un componente absolutamente nuevo.
¿Cuál es el rol del Ejército en la frontera, ya que por la ley de seguridad interior tiene prohibido actuar en este tipo de delitos? La Gendarmería, que fue trasladada al conurbano, sí podía actuar...
La Gendarmería en la frontera no está sacada. Nosotros actuamos con enlaces de Gendarmería permanentemente. La actuación del Ejército es una tarea de vigilancia y control. ¿Cómo funciona el patrullaje que hace el Ejército en la zona de frontera? Cuando ven una situación que les parece irregular, inmediatamente comunican a la fuerza de seguridad y se retiran del lugar porque, como usted dice, nosotros tenemos taxativamente prohibido por la ley de seguridad interior actuar en tareas de seguridad. El circuito de patrullaje que está haciendo el Ejército en muchísimos lugares es, en general, en los lugares menos transitados de la frontera. Eso está generando un fuerte efecto disuasivo como parte de un operativo general.
¿Cómo funciona un efecto disuasivo?
Se tapan los lugares por los que podrían pasar y se los obliga a que pasen por el lugar donde generalmente está Gendarmería.
¿Está previsto que vuelvan a la frontera los gendarmes que se fueron al conurbano o se quedarán allá?
Todo lo que significa el despliegue de la fuerzas de seguridad y de Gendarmería es una respuesta que tiene que dar el secretario y el ministro de Seguridad. No es mi área. Lo que sí quiero decir es que no es cierto que la Gendarmería se fue de la frontera. Nosotros todo lo que hacemos en materia de patrullaje y control lo hacemos en permanente comunicación con la Gendarmería dándole la información. No solamente es la tarea del Ejército patrullando, sino también todo lo que significan los sistemas de radares que tenemos.
¿No es una señal negativa hacia la lucha contra el narcotráfico que la Sedronar esté acéfala desde hace seis meses?
No, para nada.
¿Por qué está vacante?
Que esté vacante no significa que esté inutilizada ni que no esté funcionando. Es una decisión desde el punto de vista administrativo y/o político. No sacaría ninguna conclusión de ningún tipo por el hecho de que no esté nombrado el titular de la Sedronar. De hecho, hay un funcionario que está a cargo que está llevando adelante la tarea sin ningún tipo de inconveniente. ¿Usted cree que las organizaciones narco están preocupadas por si está designado o no el titular de la Sedronar? Me parece que algunos han encontrado en esa mirada algún vehículo como para ejercer algún tipo de crítica para con el Gobierno pero no tiene absolutamente nada que ver. La verdad es que lo bueno sería que este involucramiento de la Iglesia en la tensión narco y este pronunciamiento de la Corte ayuden a ir generando un clima en donde el debate alrededor del tema se haga de forma más madura y alejada del consignismo. Me refiero a agarrarse de algún tipo de consigna como para aparecer en el debate. El debate es un debate más serio, más profundo y merecería tener propuestas u opiniones con un fuerte sentido de reflexión.
El Gobierno cargó duro contra el Poder Judicial por el avance del narcotráfico, ¿usted coincide con esa apreciación?
Obviamente que hay responsabilidades concurrentes. Si los juzgados federales del norte tuviesen todos los recursos que están solicitando seguramente es parte del debate. Yo conozco a muchísimos jueces federales del norte que están haciendo una tarea excelente. Estuve reunido con el juez de Orán (Raúl Reynoso) y quedamos a disposición de él y cuenta con todo nuestro apoyo. Ellos que están en el terreno necesitan también que el debate sea un debate serio y respetuoso y no un debate en el que se intente acortar caminos.