Candy Crush Saga, el popular juego de los caramelos de colores, celebra su primer año de vida en la telefonía móvil con 500 millones de descargas y un 40% de usuarios que realizan micropagos, aunque ansía seguir creciendo en el incipiente mercado asiático.
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Candy Crush Saga, el popular juego de los caramelos de colores, celebra su primer año de vida en la telefonía móvil con 500 millones de descargas y un 40% de usuarios que realizan micropagos, aunque ansía seguir creciendo en el incipiente mercado asiático.
El título, el más jugado en la red social Facebook y disponible para dispositivos móviles iOS y Android, ha sido uno de los fenómenos del año: tanto por la respuesta masiva de los usuarios como por haberse convertido en el paradigma de la tendencia free to play (juego gratuito que permite mejoras a cambio de dinero). “Nunca nos habríamos esperado el éxito que ha alcanzado Candy Crush”, reconoció en una entrevista con Manel Sort el director del estudio de King -compañía responsable del juego- en Barcelona. Según Sort, las claves del éxito de Candy Crush son que “se puede aprender muy rápido y se puede jugar en cualquier sitio”, así como su componente de interacción social, que ha servido de vehículo de promoción espontánea. “A la gente le gusta compartir la experiencia con sus colegas. Si Candy Crush no hubiera tenido toda la parte social, no hubiera podido ser el producto de éxito que ha sido”, señaló.
Su objetivo es sencillo: se trata de un juego de puzzles en el que los usuarios deben alinear tres o más caramelos del mismo tipo para lograr dulces explosivos y poder avanzar a lo largo de numerosos niveles.
Si se quedan trabados en algún nivel, pueden recurrir a los amigos para que le regalen vidas extra, a través de Facebook.