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Soledad Barruti: “La comida producida de un modo orgánico puede alimentar al mundo”

Sabado, 02 de noviembre de 2013 02:56

El pollo que cocinaban nuestras abuelas cuando éramos chicos no sabía igual que el pollo pálido y carnoso que compramos hoy en las exhibidoras de los supermercados. También nos engañan esas manzanas edénicas, brillosas, perfectas, que tienen más pinta que dulzura. Pero lo insulso es lo de menos. Lo grave son los recursos que utiliza el actual sistema productivo, y que van en perjuicio de nuestra salud. En su libro “Malcomidos”, la periodista Soledad Barruti destapa la trama perversa que envuelve hoy a una necesidad básica del ser humano: la alimentación. A tres meses de su lanzamiento, el texto ya va por la cuarta edición. Soledad atribuye el éxito al interés genuino de la gente “por un tema que no deja afuera a nadie desde el momento en que todos comemos y muchos, además, damos de comer a las personas más importantes de nuestra vida: nuestros hijos”. Los salteños tendrán la oportunidad de dialogar en persona con Barruti hoy, a las 19, cuando la escritora inaugure en el Hotel Alejandro I el ciclo “Primavera Planeta”, que se extenderá a lo largo de noviembre.

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El pollo que cocinaban nuestras abuelas cuando éramos chicos no sabía igual que el pollo pálido y carnoso que compramos hoy en las exhibidoras de los supermercados. También nos engañan esas manzanas edénicas, brillosas, perfectas, que tienen más pinta que dulzura. Pero lo insulso es lo de menos. Lo grave son los recursos que utiliza el actual sistema productivo, y que van en perjuicio de nuestra salud. En su libro “Malcomidos”, la periodista Soledad Barruti destapa la trama perversa que envuelve hoy a una necesidad básica del ser humano: la alimentación. A tres meses de su lanzamiento, el texto ya va por la cuarta edición. Soledad atribuye el éxito al interés genuino de la gente “por un tema que no deja afuera a nadie desde el momento en que todos comemos y muchos, además, damos de comer a las personas más importantes de nuestra vida: nuestros hijos”. Los salteños tendrán la oportunidad de dialogar en persona con Barruti hoy, a las 19, cuando la escritora inaugure en el Hotel Alejandro I el ciclo “Primavera Planeta”, que se extenderá a lo largo de noviembre.

“Malcomidos” aborda el tema de la generación de alimentos desde el origen. “Durante casi dos años recorrí el núcleo productivo de nuestro país visitando los distintos lugares de donde sale nuestra comida: desde plantaciones hasta criaderos de animales, puertos, huertas. En esos viajes hablé con productores, científicos, profesionales y académicos de distintos ámbitos y con ellos descubrí grandes problemas -sobre nuestra salud, pero también sobre nuestro medioambiente, nuestra economía y nuestra cultura- y sus posibles soluciones”, comenta la autora a El Tribuno.

A lo largo de su investigación pudo constatar que, a la luz de “las nuevas demandas mundiales”, la producción y el consumo de alimentos han cambiado el artesanado del pasado por la generación de alimentos procesados industrialmente, modificando el sabor, textura y consistencia de casi todo lo que nos llevamos a la boca. Pero lo más importante -aclaró Barruti- es que el pretexto esgrimido tiene pies de barro: “Se repite que esta megaproducción es para alimentar a un mundo cada vez más poblado, pero nada podría ser menos cierto. Vivimos en un mundo que produce alimentos para 12 mil millones de personas cuando somos 7 mil millones y aún así hay más de mil millones que pasan hambre”. Y remata con una ecuación tristemente simple: “El problema de los alimentos, de la nutrición o del hambre no es de producción, sino de acceso”.

¿Cuáles dirías que son los problemas más preocupantes vinculados a la calidad de los alimentos?

El problema más importante tiene que ver con que la industria piensa en cantidad y no en calidad. Y para procurar esa cantidad se recurre a un modelo productivo repleto de insumos que van desde establecimientos infernales hasta una cantidad enorme de agroquímicos y antibióticos. Así se logra ubicar 30 mil gallinas en un galpón, en grupos de a doce que comparten jaulas de dos por dos y ponen cada una un huevo por día: si bien es un sistema absolutamente cruel que lleva a los animales a la locura y a comerse unos a otros, gracias a la química resisten y siguen en su producción, y tenemos una industria que se jacta del boom del huevo. Ahora bien ¿es lo mismo ese huevo que los huevos que produce un animal que puede caminar, comer algún pastito o algo que no sea un picadillo lleno de remedios? Los estudios muestran resultados contundentes: comemos alimentos que tienen menos de lo que nos hace bien (menos vitamina, betacaroteno, omega 3) y más de lo que nos daña (grasas saturadas, colesterol, bacterias).

Los argentinos presumimos de que nuestras carnes son las mejores del mundo. Sin embargo, ese es un lujo del pasado...

El feedlot o corrales de engorde son un fenómeno bastante reciente en nuestro país. Producto del crecimiento arrollador de la soja que ocupa el 56% de nuestras tierras cultivables, y de las malas políticas productivas, el ganado perdió su lugar de privilegio en los campos y terminó confinado en estos corrales donde no comen pasto sino maíz. Ese cambio en la dieta y en las condiciones de vida de los animales incide directamente sobre la calidad de la carne: dejamos de tener la mejor carne del mundo y ahora tenemos bifes más grasos que no se parecen en nada a los que había hace unos años. Es la carne de un animal gordo que aumentó sus kilos por falta de movimiento y retención de líquidos. Hoy no podemos saber qué carne estamos comprando y generalmente en las ciudades se consigue feedlot en un 60 u 80%, dependiendo de la época del año.

¿Qué tipo de aberraciones viste?

Este modelo productivo intensivo industrial es cruel con todos: con las personas, con los animales, con los suelos. Y vi de todo. Montones de personas desplazadas del campo, a las que el Estado no les ofrece nada más que vivir de un plan social. Personas enfermas con cáncer, o que nacieron con malformaciones. Animales torturados como esas gallinas que te contaba antes, o como las cerdas que viven toda su vida útil (cinco años) entre barrotes: paradas o acostadas dependiendo de si están gestando o alimentando a sus lechones. Viajé por El Impenetrable y vi los estragos que se están haciendo a fuerza de topadora en ese bosque para extender la frontera agropecuaria y plantar más soja sin contemplar que ahí viven poblaciones enteras, y que se trata de ecosistemas únicos que están dejando de existir.

En tu libro rescatás el gesto de algunos ejecutivos de multinacionales que están saliendo a hacer un mea culpa público acerca del daño causado por los desmanes de la industria alimenticia...

No lo rescato como gesto noble sino como un fenómeno increíble: al igual que los Ceos de las tabacaleras hicieron en los 80, hoy varios Ceos de grandes compañías alimentarias están haciendo arrepentimientos públicos por la manipulación que ejercieron (y se sigue ejerciendo) sobre las fórmulas de los alimentos a fin de volverlos adictivos. Lo que piden ellos es que los Estados intervengan, que controlen, que no los dejen hacer. Es algo insólito. Y sólo va a servir de algo si los Estados recogen el guante y empiezan a tomar la responsabilidad de cuidar a la población que los puso en el Gobierno.

A lo largo de tu investigación encontraste establecimientos productivos que impulsan una vuelta a los alimentos sanos y simples...

Lo que proponen quienes saben hacer alimentos sanos no es una vuelta al pasado sino una invitación al futuro. La FAO dice que está comprobado que la comida producida de un modo orgánico puede alimentar al mundo. Es falso que no se puede. También es sabido que el hambre abarca en un 70% a personas que trabajaban en algún modo de producción de alimentos y quedaron expulsados del sistema. En medio de ese panorama, la agricultura agroecológica no ha parado de sumar conocimientos y formas productivas que logran en un trabajo casi coparticipativo con la naturaleza. Que todos esos proyectos se desconozcan tiene que ver con el gran poder económico que sostiene el discurso único que todos repetimos sin cuestionar.

El dato 

  • El ciclo “Primavera Planeta” se extenderá a lo largo del mes con la presencia de reconocidos escritores que compartirán sus obras con los salteños: * 9/11, a las 19 en el Hotel Alejandro I, Florencia Canale - “Amores prohibidos” * 24/11, a las 19, en el Hotel Alejandro I, Gabriel Rolón y Teresa Castillo - “Medianoche en Buenos Aires” * 16/11, a las 21, en el Hotel Alejandro I, Felipe Pigna - “Los mitos de la historia argentina 5”.

 

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