El supuesto congelamiento de precios dispuesto por el secretario de Comercio Interior de la Nación, Guillermo Moreno, no existe. Si bien los precios de todos los combustibles debían retrotraerse al 9 de abril de este año, en Salta y en la mayoría de las provincias del país los valores continúan en ascenso.
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El supuesto congelamiento de precios dispuesto por el secretario de Comercio Interior de la Nación, Guillermo Moreno, no existe. Si bien los precios de todos los combustibles debían retrotraerse al 9 de abril de este año, en Salta y en la mayoría de las provincias del país los valores continúan en ascenso.
En la madrugada de ayer YPF volvió a sorprender a los conductores con un golpe al bolsillo: un aumento de casi el 2% promedio en todos sus combustibles. Esa suba se registró después de unos tres meses de mantener “estables” los precios, ya que la última actualización había sido sólo para la nafta premium el 6 de julio.
La peor parte se la llevó la nafta súper, una de las más requeridas por los conductores, que superó la barrera de los 8 pesos y se ubicó en $8.199, de los $7.829 que costaba, lo que representa una suba de 37 centavos o del 4.72%. La premium subió seis centavos y pasó de costar $8.629 a $8.689.
El eurodiésel también figura entre los que más incrementó, con un porcentaje del 2.22%. Pasó de $8.149 a $8.33 es decir que subió unos 18 centavos. El diésel en tanto subió un 0.29%, y pasó de costar $7.239 a $7.26.
No se descarta que los incrementos se hagan extensivos hacia las empresas de diferente bandera, dado que es habitual que una vez que YPF toma la decisión y suben los montos, a los días lo haga la empresa Refinor y luego en algunos casos también se suma Shell.
El “congelamiento”
La medida que había sido dispuesta por Moreno, no sólo hablaba de congelar precios desde el 9 de abril, sino también ponía fin al congelamiento en octubre. Sin embargo, durante todo el año hubo subas que en algunas ocasiones se dieron con apenas dos semanas de diferencia.
Además, en la disposición del funcionario nacional, se había dividido al país en regiones en las que había precios “tope”, según el valor más alto indicado hasta el 9 de abril. Es decir, que las petroleras podían actualizar sus precios sin superar ese monto hasta que finalizara el congelamiento. El problema es que nunca se difundieron esos valores y, por lo tanto, era muy difícil que los usuarios pudieran controlar que los incrementos no estuvieran al margen de la legalidad.