La División Prevención y Lucha contra la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas puso tras las rejas a una mujer que vendió meses pasados a su hija de 14 años a una red de explotadores sexuales, quienes comerciaban con la pequeña en locales de General Güemes, de esta capital y la provincia de Chaco.
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La División Prevención y Lucha contra la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas puso tras las rejas a una mujer que vendió meses pasados a su hija de 14 años a una red de explotadores sexuales, quienes comerciaban con la pequeña en locales de General Güemes, de esta capital y la provincia de Chaco.
El pasado lunes, después de una exhaustiva investigación y a partir de las declaraciones de los proxenetas detenidos y de la propia víctima, el juez federal que entiende en la causa ordenó la detención de la madre de una niña correntina, rescatada de un prostíbulo de General Gemes, por entender que habría negociado a la pequeña, con pleno conocimiento de las actividades de los compradores, para que sea reducida a la esclavitud de la prostitución, hecho ocurrido cuando la niña tenía poco más de trece años.
La detención surge a raíz de la continuidad de las tareas investigativas realizadas en torno a un procedimiento realizado en General Güemes en el mes de agosto, donde resultaron demorados dos hombres, un chaqueño y un boliviano, y una adolescente rescatada de un sórdido e inmundo prostíbulo clandestino.
A través de la investigación penal se pudo conocer que la muchacha rescatada de 14 años, habría sido entregada por su progenitora a los dos hombres que tenían como modus operandi reclutar a jóvenes en situación de riesgo en esta provincia, con problemas familiares o con reiteradas fugas de hogar. Los detenidos las inducían al consumo de bebidas alcohólicas, las violaban y las convertían en prostitutas en escasa semanas. Los proxenetas mantenían a las jóvenes extorsionadas. Se supo que les advertían que si huían iban a tener que pasar la vida en un “hogar para gente que delinquen, internados inhumanos que en la jerga de la gente común se conoce como "tumbas'” .
El juez ordenó la detención de la mujer, quien a pesar de haber vendido a su propia hija seguía cobrando un porcentaje de las escasas ganancias particulares que debía recibir la menor. No trascendió qué tipo de contactos tenían en General Güemes para localizar a las niñas en riesgo.