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Un día como hoy, nació la Bandera y se juró obediencia a la Asamblea del año XIII

Miércoles, 13 de febrero de 2013 10:35

 A las cinco de la tarde del 10 de febrero de 1813, el Ejército del Norte al mando del general Manuel Belgrano,
terminó de cruzar el río Pasaje. Luego, las tropas permanecieron en el lugar hasta el 13. Ese día a la mañana, el ge­neral Belgrano se preparó para presidir un acto solemne. El historiador Alberto Cajal ilustra la escena: “Es un
13 de febrero colmado de luz. Como alineadas, informes pirámides, los cerros verdes perfilan su original arqui­
tectura circundando el angosto valle.

Belleza en los chañares; bellezas en los talas salpicados de perlas amarillas; belleza en la rigidez de los erizados cactus; belleza en la aérea danza de Pilpintos que vuelan sobre las playas del río. Y por encima de la tierra, la belleza armónica del cielo norteño, el silencio y la paz”.

Más adelante Cajal describe detalles de la ceremonia juramental: “Expec­tativas en las filas al verse sacar la ban­
dera guardada en la tienda del Gene­ral. La conduce Díaz Vélez, quien avanza entre Belgrano y el coronel Martín Rodríguez. Tras ella un enér­gico rimar de pasos al compás de acordes marciales: es la Compañía de Granaderos, su impecable escolta.

Al mirar ese pabellón que copia los colores del firmamento patrio, los soldados presienten que en ella se afirma
para el futuro, el destino de ‘una nue­va y gloriosa nación’. Erguido el pecho bajo la ajustada casaca, fija la mirada, el gran cuadro es revisado por su Jefe. Después de expli­car el motivo de la formación, Belgrano hace leer en voz alta el oficio remi­tido por el gobierno (orden de jurar).

Luego, con entonación enérgica y em­pleando la fórmula reglamentaria, jura fidelidad a la Honorable Asamblea,
haciéndolo él ante el Mayor General Díaz Vélez, quien procede en la misma forma ante Belgrano. Y no bien  recibido el juramento a los coroneles, el General se dirige al Ejército... A su última palabra sucede una delirante
explosión de voces que responden afirmativamente a la trascendental fórmula”.

Luego Cajal detalla la última parte de la ceremonia: “Momentos después, Díaz Vélez presenta la bandera y Belgrano dice: ‘Este será el color de la divisa con que marcharán al combate los defensores de la Patria’. Y la pro­
longada quietud termina con el desfile de todos, que van a besar, uno a uno, la bandera azul y blanca...”.

El informe posterior de Belgrano a Buenos Aires señala que los soldados hicieron “las más ardientes protestas
de morir antes de volver a ser escla­vos”. Finalmente, “por disposición del General -y así se grabó en un árbol de
la ribera-, el río se llamaría en adelante ‘del Juramento’, pero juramento a la Asamblea, no a la bandera como se
dice equivocadamente”, afirman los historiadores.

Nace la Bandera Nacional

Si bien es cierto que el juramento a orillas del río Pasajes fue a la Asamblea del Año XIII y no a la bandera, no es
menos cierto que ese día, el 13 de fe­brero de 1813, nació la Bandera Nacional. Así lo afirma desde 1959, la
Cátedra de Historia del Departamento de Humanidades de Salta (exUNT y hoy UNSa), cuando estaba a cargo del
Lic. Luis Colmenares. Desde entonces se bregó insistentemente por divulgar el genuino significado de lo acontecido en el río Juramento, habiéndose llegado incluso a reconocer el lugar de la ceremonia gracias al aporte de un criollo del lugar, don Baltazar Guzmán.

Por su aporte, la Cátedra de Historia de Salta, en representación de la Universidad Nacional de Tucumán, en­
tregó a don Baltazar una medalla de plata en 1960. En 1962, la profesora Olga Chiericotti de la Cátedra de Historia de Salta, escribió una nota para El Tribuno titulada: “El 27 de Febrero de 1812”.

Allí afirma que la Bandera Nacional nació el 13 de febrero de 1813 y no el 27 de febrero de 1812. Dice así: “El
primer símbolo patrio de los argenti­ nos recién existe desde el día que Belgrano izó una bandera celeste-blanca-celeste a franjas horizontales, a orillas del Río Pasaje, el 13 de febrero de 1813. En este día comienza el Ejér­
cito del Norte a usarla como bandera de las Provincias Unidas. La bandera española ya había desaparecido del
Fuerte de Buenos Aires, y además, la Asamblea del Año XIII no desaprobó el paso (presentación de la bandera)
dado por Belgrano en el Pasaje. La bandera celeste y blanca figuró al frente del Ejército del Norte en la memo­
rable Batalla del 20 de Febrero de 1813 y, poco a poco, de todas las Provincias Unidas.

Para la profesora Olga Chiericotti -según sus argumentos de 1962-, hoy la Argentina debería estar celebrando
los 200 años del nacimiento de la Ban­dera Nacional.

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 A las cinco de la tarde del 10 de febrero de 1813, el Ejército del Norte al mando del general Manuel Belgrano,
terminó de cruzar el río Pasaje. Luego, las tropas permanecieron en el lugar hasta el 13. Ese día a la mañana, el ge­neral Belgrano se preparó para presidir un acto solemne. El historiador Alberto Cajal ilustra la escena: “Es un
13 de febrero colmado de luz. Como alineadas, informes pirámides, los cerros verdes perfilan su original arqui­
tectura circundando el angosto valle.

Belleza en los chañares; bellezas en los talas salpicados de perlas amarillas; belleza en la rigidez de los erizados cactus; belleza en la aérea danza de Pilpintos que vuelan sobre las playas del río. Y por encima de la tierra, la belleza armónica del cielo norteño, el silencio y la paz”.

Más adelante Cajal describe detalles de la ceremonia juramental: “Expec­tativas en las filas al verse sacar la ban­
dera guardada en la tienda del Gene­ral. La conduce Díaz Vélez, quien avanza entre Belgrano y el coronel Martín Rodríguez. Tras ella un enér­gico rimar de pasos al compás de acordes marciales: es la Compañía de Granaderos, su impecable escolta.

Al mirar ese pabellón que copia los colores del firmamento patrio, los soldados presienten que en ella se afirma
para el futuro, el destino de ‘una nue­va y gloriosa nación’. Erguido el pecho bajo la ajustada casaca, fija la mirada, el gran cuadro es revisado por su Jefe. Después de expli­car el motivo de la formación, Belgrano hace leer en voz alta el oficio remi­tido por el gobierno (orden de jurar).

Luego, con entonación enérgica y em­pleando la fórmula reglamentaria, jura fidelidad a la Honorable Asamblea,
haciéndolo él ante el Mayor General Díaz Vélez, quien procede en la misma forma ante Belgrano. Y no bien  recibido el juramento a los coroneles, el General se dirige al Ejército... A su última palabra sucede una delirante
explosión de voces que responden afirmativamente a la trascendental fórmula”.

Luego Cajal detalla la última parte de la ceremonia: “Momentos después, Díaz Vélez presenta la bandera y Belgrano dice: ‘Este será el color de la divisa con que marcharán al combate los defensores de la Patria’. Y la pro­
longada quietud termina con el desfile de todos, que van a besar, uno a uno, la bandera azul y blanca...”.

El informe posterior de Belgrano a Buenos Aires señala que los soldados hicieron “las más ardientes protestas
de morir antes de volver a ser escla­vos”. Finalmente, “por disposición del General -y así se grabó en un árbol de
la ribera-, el río se llamaría en adelante ‘del Juramento’, pero juramento a la Asamblea, no a la bandera como se
dice equivocadamente”, afirman los historiadores.

Nace la Bandera Nacional

Si bien es cierto que el juramento a orillas del río Pasajes fue a la Asamblea del Año XIII y no a la bandera, no es
menos cierto que ese día, el 13 de fe­brero de 1813, nació la Bandera Nacional. Así lo afirma desde 1959, la
Cátedra de Historia del Departamento de Humanidades de Salta (exUNT y hoy UNSa), cuando estaba a cargo del
Lic. Luis Colmenares. Desde entonces se bregó insistentemente por divulgar el genuino significado de lo acontecido en el río Juramento, habiéndose llegado incluso a reconocer el lugar de la ceremonia gracias al aporte de un criollo del lugar, don Baltazar Guzmán.

Por su aporte, la Cátedra de Historia de Salta, en representación de la Universidad Nacional de Tucumán, en­
tregó a don Baltazar una medalla de plata en 1960. En 1962, la profesora Olga Chiericotti de la Cátedra de Historia de Salta, escribió una nota para El Tribuno titulada: “El 27 de Febrero de 1812”.

Allí afirma que la Bandera Nacional nació el 13 de febrero de 1813 y no el 27 de febrero de 1812. Dice así: “El
primer símbolo patrio de los argenti­ nos recién existe desde el día que Belgrano izó una bandera celeste-blanca-celeste a franjas horizontales, a orillas del Río Pasaje, el 13 de febrero de 1813. En este día comienza el Ejér­
cito del Norte a usarla como bandera de las Provincias Unidas. La bandera española ya había desaparecido del
Fuerte de Buenos Aires, y además, la Asamblea del Año XIII no desaprobó el paso (presentación de la bandera)
dado por Belgrano en el Pasaje. La bandera celeste y blanca figuró al frente del Ejército del Norte en la memo­
rable Batalla del 20 de Febrero de 1813 y, poco a poco, de todas las Provincias Unidas.

Para la profesora Olga Chiericotti -según sus argumentos de 1962-, hoy la Argentina debería estar celebrando
los 200 años del nacimiento de la Ban­dera Nacional.

Los colores

Los colores celeste, blanco y celeste de la bandera nacional fueron tomados de la escarapela que, según los his­
toriadores, fue utilizada por primera vez el 19 de mayo de 1810 por un grupo de mujeres que se entrevistaron
con el coronel Cornelio Saavedra. No obstante, hay quienes señalan que durante las invasiones inglesas (1806-
1807), los Patricios ya habían adopta­do el uso del blanco y el celeste.

Muchas teorías conviven cuando se habla de la elección de los colores de la bandera argentina. Para algunos historiadores el origen es religioso ya que eran los colores de los mantos de la Virgen María, de quien Belgrano era muy devoto.

Otros aseguran que la elección se basó en los colores del cielo. Tampoco se debe olvidar que celeste y blanco eran los colores elegidos por la dinastía de los Borbones para la condecoración más importante que otorgaban: la Orden de Carlos III.

Acto en el Juramento para
recordar dos bicentenarios

Los bicentenarios del juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente y a la Bandera Nacional serán recordados hoy en la margen del río Juramento. En ese lugar, a las 10, se reunirán autoridades y vecinos para recordar esos dos hechos.

En el acto, que será encabezado por el gobernador Juan Manuel Urtubey, se destacará la presencia de unos cincuenta jinetes, integrantes de la Marcha Patriótica Permanente Martín Miguel de Gemes “Salta de pie”, que el domingo pasado partieron desde El Potrero. El grupo dejará en el lugar una placa de mármol que evoca la fecha y su importancia, como así también la figura del héroe gaucho salteño, para ser colocada al pie del busto que recuerda al general Belgrano.

Los jinetes ya hicieron paradas en Almirante Brown, Rosario de la Frontera, Metán, Río Piedras, El Galpón y Lumbreras. En todas entregaron a las autoridades comunales un manifiesto gaucho. Mañana seguirán viaje a Palomitas y el viernes llegarán a General Gemes: ese día y el sábado tiene previsto desarrollar actividades culturales en ese lugar, Campo Santo y El Bordo. La agenda de los gauchos del sur de la provincia está completa hasta el 20. El sábado participarán en Salta en una actividad que organizó el Instituto Belgraniano, tras lo cual volverán a General Gemes ya que el domingo 17 confirmaron su presencia en el fuerte de Cobos. El lunes 18 se sumarán a los festejos de la llegada del Ejército del Norte a la casona de Castañares, el martes en la plaza Belgrano dejarán otra placa de mármol y el miércoles 20 se sumarán a los actos centrales que se preparan en Capital.

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