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Un exsoldado mantiene secuestrado a un niño

Sabado, 02 de febrero de 2013 21:36

El martes pasado, Jimmy Lee Dykes paró a un colectivo escolar en una ruta de Alabama, Estados Unidos, mató al conductor y raptó a Ethan, un nene de cinco años, y se encerró con él en un búnker construido en su propiedad.

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El martes pasado, Jimmy Lee Dykes paró a un colectivo escolar en una ruta de Alabama, Estados Unidos, mató al conductor y raptó a Ethan, un nene de cinco años, y se encerró con él en un búnker construido en su propiedad.

“Ethan está llamando para que vengan sus padres”, lamentó Virgil Skipper, alcalde del pequeño pueblo de 2.300 habitantes. “Llora y pide que vengan”, aseguró. Pese a los reclamos del niño, su captor se niega a entregarlo. Los padres del pequeño, que no fueron identificados, recibieron la visita de las autoridades y pidieron a la gente rezar por la vida de su hijo.

El secuestro lleva 5 días y concentra la atención de los medios de comunicación estadounidenses. La Policía se está comunicando con Dykes a través de un tubo de PVC y gracias a este mecanismo pudo entregar al raptor cuadernos y pinturas para colorear, además de las medicinas que el niño necesita. El búnker en el que están encerrados desde el martes tiene dos metros y medio de profundidad, casi dos metros de ancho y poco más de un metro de largo, y está equipado con electricidad y comida. “Él (Dykes) tendrá que rendirse tarde o temprano, nosotros no nos vamos a ir”, dijo una fuente de la Policía. Los vecinos lo describen como un hombre solitario y violento que por las noches suele rondar su propiedad con un arma.

Con antecedentes

Jimmy Lee Dykes (65 años), el secuestrador, es un veterano de la guerra de Vietnam. Hasta el momento siguen sin esclarecerse los motivos que llevaron a Dykes a tomar a un niño como rehén y a recluirse en su búnker. Al parecer, no existe ninguna relación entre el niño y su captor. Dykes, de 65 años, es un conductor de autobús retirado y veterano de Vietnam con problemas de estrés postraumático y que solía amedrentar a quienes vivían a su alrededor, amenazándoles con disparar a sus hijos y a sus mascotas.

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