¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Caso rugbier: ?Yo le calcé 2 o 3 piñas?, dijo el albañil Julio Salva

Miércoles, 20 de febrero de 2013 02:46

Luego de una postergación de 24 horas y cuidando que su rostro no fuera registrado ni su presencia advertida por la prensa, el albañil Julio Guillermo Salva (42) formalizó ayer una denuncia en la que asegura que entre las cuatro y las cinco de la madrugada del 22 de diciembre pasado se tomó a trompadas con el rugbier salteño Gerónimo Saravia y que le acertó dos o tres puñetazos en el rostro, causándole lesiones.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Luego de una postergación de 24 horas y cuidando que su rostro no fuera registrado ni su presencia advertida por la prensa, el albañil Julio Guillermo Salva (42) formalizó ayer una denuncia en la que asegura que entre las cuatro y las cinco de la madrugada del 22 de diciembre pasado se tomó a trompadas con el rugbier salteño Gerónimo Saravia y que le acertó dos o tres puñetazos en el rostro, causándole lesiones.

La versión del trabajador reviste singular importancia ya que echa por tierra la hipótesis de que Saravia fue agredido por efectivos policiales tras una espectacular persecución realizada esa misma noche por las calles de la ciudad y que se extendió desde la ruta provincial 26, en la zona este de la capital, hasta la avenida San Martín e Islas Malvinas, en el área oeste del macrocentro.

Se calcula que durante la cinematográfica carrera, en la que 21 vehículos policiales, entre camionetas, autos y motocicletas haciendo ulular sus sirenas y girar sus balizas que perseguían al Toyota Corolla negro con vidrios polarizados que conducía el rugbier, este cruzó más de una decena de semáforos en rojo.

Tras ser detenido, por las redes sociales se publicó una foto del muchacho, que es estudiante de Medicina Veterinaria en la Universidad Católica, donde se lo ve visiblemente herido, especialmente en el rostro.

El joven atribuyó sus lesiones a una golpiza policial, aunque no supo precisar si a los que denunciaba como sus agresores estaban uniformados o ataviados como civiles.

Por el hecho se disparó un sumario en la Secretaría de Seguridad, cuyo jefe del Programa Jurídico, Federico Jorge Mateos, investigó a los más de 60 policías que participaron de la verdadera cacería del Toyota Corolla negro, sindicando, pero sin mencionar pruebas concretas, como responsables de la paliza a seis efectivos de la Brigada de Investigaciones 1.

Estos fueron convocados al procedimiento, cuando un primer aviso, efectuado por el cabo Jorge Antonio Conte, anunciaba haber visto, a las 5.10, aproximadamente, al vehículo de Saravia a toda velocidad circulando por la ruta 26, a la altura de barrio Sanidad y que había observado algo raro: que en el interior estaban atacando al conductor. Se pensó que podría tratarse de un secuestro y por ello se convocó a los más avezados elementos de la Brigada de Investigaciones 1.

En el operativo participaron también hombres y mujeres del Servicio de Emergencias 911, de la Unidad Regional 1 y de las comisarías 2 y 9.

Lo extraño es que luego de concluido el caso, Saravia no quiso hacer denuncia ni se le hicieron las pericias de alcoholemia y toxicológicas.

En la escribanía

Salva se presentó a las 13 de ayer en la escribanía de Mariela Edith Echazú, registro 51, en avenida San Martín 1377. Lo hizo en compañía del abogado Santiago Pedroza, quien se halla a cargo de la defensa de los seis hombres mencionados como responsables por el sumariante Mateos; el oficial Juan Carlos Contreras; los cabos Cristian Nieva, Fabián Miguel Castillo y Gerardo Ramos y los sargentos Sergio Cruz y Jorge David Chilo. Para todos se pidió el castigo máximo: la baja inmediata.

Sin embargo, el testimonio aportado ante la notaria por Salva cambiaría las cosas, de ser cierto. En el acta señala: “...el compareciente manifiesta que por este acto viene a declarar bajo juramento de ley lo siguiente: que el día sábado 22 de diciembre de 2012 venía de pescar del río Paso Sarmiento, que entre las cuatro y cinco de la mañana, cerca de la autopista nueva que va a barrio Limache se cruzó un automóvil negro, largo, con vidrios polarizados, en la rotonda y el compareciente, que iba en motocicleta lo insultó, el conductor del auto se bajó y comenzaron primero con un fuerte cruce de palabras y luego se agarraron a golpes de puños, aclarando el compareciente que lo impactó con dos a tres golpes en el rostro al conductor, lo que duró aproximadamente un minuto y uno de los golpes que le profirió (sic) el conductor le impactó al compareciente en el labio de abajo derecho, lo que le ocasionó un corte, luego se baja más gente del automóvil y temiendo por su integridad física, decidió partir en su moto por el barrio Sanidad II, hasta la casa de su pareja, quien le abrió la puerta de su casa y le comentó lo sucedido; que unos chicos le tiraron el auto encima, aclara que temía que el conductor del vehículo lo denunciara primero, por lo que concurrió recién el domingo a la guardia del Hospital San Bernardo, donde le hicieron una sutura de labio, manifiesta que tiene certificados que prueban lo dicho. Asimismo, dice que no sabía realmente con quién había peleado hasta que vio por televisión y lo reconoce, siendo el mismo rugbier de apellido Saravia y que nunca antes dijo nada por temor a que le abran una causa”, concluye al acta en su parte fundamental.

“Tienen que llamarlo a declarar”

El abogado Santiago Pedroza, quien defiende a los seis policías que afrontan la posibilidad de una sanción funesta como lo es el despido y quien se presentó ayer en la escribanía de Mariela Edith Echazú con el testigo Julio Guillermo Salva, dijo que el jueves pediré formalmente que esta acta sea incorporada al sumario realizado por el jefe del Programa Jurídico de la Secretaría de Seguridad, Federico Jorge Mateos, ya que se trata de una prueba clave.

Muchos se preguntarán cómo es que un albañil puede pegarle una paliza a un rugbier. Y la respuesta está en el físico de este hombre, que es una persona habituado al trabajo cotidiano duro, que mide 1,84 metros y que posee las típicas manos de un trabajador: fuertes como mazas. De la misma manera, solicitaré que se lo llame a declarar y que el sumariante ordene también que presten su testimonio y hagan sus correspondientes descargos los policías que sugiere deben ser dados de baja de la fuerza.

Ellos poseen argumentos sólidos para probar su inocencia en los cargos que se le formulan. Uno de ellos, además de lo dicho por Salva, se refiere a que cuando el procedimiento concluyó y fueron reducidos Saravia y sus amigos, los inmovilizaron con precintos plásticos, que usa la motorizada y no con yugas (esposas), que son la que utilizan los brigadistas”, concluyó.

Los datos

 

Extraño. Todo parece indicar que Saravia fue protagonista de dos hechos. Lo raro es que no denunció ninguno.

Razones. Fuera de la escribanía, Salva le comentó al abogado Pedroza que decidió prestar su testimonio en honor a la verdad. 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD