Preocupante, pero “la crispación es una realidad”, tal como dijo Nelson Castro. El clima de intolerancia y de polarización ideológica que se vive en el país, y que tuvo varios episodios en los últimos días se acrecienta más y más. A los escraches e insultos sufridos el lunes por el vicepresidente Amado Boudou en Rosario y por el viceministro de Economía Axel Kicillof durante un viaje junto a su familia por Uruguay, se sumó ahora la situación vivida el pasado domingo por Nelson Castro. El reconocido periodista denunció que lo echaron de un bar por su posición ideológica, contraria al Gobierno nacional.
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Preocupante, pero “la crispación es una realidad”, tal como dijo Nelson Castro. El clima de intolerancia y de polarización ideológica que se vive en el país, y que tuvo varios episodios en los últimos días se acrecienta más y más. A los escraches e insultos sufridos el lunes por el vicepresidente Amado Boudou en Rosario y por el viceministro de Economía Axel Kicillof durante un viaje junto a su familia por Uruguay, se sumó ahora la situación vivida el pasado domingo por Nelson Castro. El reconocido periodista denunció que lo echaron de un bar por su posición ideológica, contraria al Gobierno nacional.
“Conté la anécdota para demostrar el germen de intolerancia que crece en la Argentina. Es público mi repudio al escrache, sea contra quien sea”, dijo el comunicador, indignado por la situación que le tocó vivir.
Castro comentó que durante el fin de semana fue a un bar ubicado sobre la avenida Santa Fe, en Capital Federal -aunque no quiso dar su nombre-, y se sorprendió cuando los empleados del lugar no quisieron atenderlo, por considerarlo “persona no grata”.
Castro relató lo siguiente: “Estaba ayer (por el domingo) en un bar en Santa Fe, fui a tomar algo, pasaron 10 o 15 minutos, llamé al mozo y vino el dueño del comercio, me dijo que yo era persona no grata en ese lugar y que no me iban a atender. Cuando me estaba yendo vino el mozo a decirme que ellos no tenían nada que ver, que solo eran empleados”, explicó.
“Yo lo pongo en el marco de lo que está pasando, la crispación es una realidad, me tocó vivir eso y también he vivido insultos en la calle, lo mismo les debe pasar a los que piensan de otra forma, esto no había pasado en 30 años de democracia..., es horrible si le pasa a Kicillof, a Boudou o a alguien de 6-7-8 también”, dijo Castro.
“Les pido a todos que nadie se sume a ninguna organización de un escrache o algo parecido. Mantengamos la cordura y el respeto”, pidió el conductor de “El juego limpio”.
Además, contó que efectivamente decidió irse del bar por temor a lo que podría pasar después. “La situación está con tanta sensibilidad que uno no sabe cómo puede reaccionar el otro”, expresó.
“Quiero aclarar que no he dicho ni diré el nombre del bar, justamente para evitar cualquier tipo de represalia. Aclaro que no fue Babieca”, dijo a través de su cuenta en Twitter.
Castro condenó además los insultos que recibieron en los pasados días Amado Boudou y Axel Kicillof . En ese sentido dijo que “la crispación es una realidad” y que “la dirigencia tiene que ver. Si generamos un país así, nos quedamos sin país”, concluyó el periodista. Y agregó “hay una situación de intolerancia que debemos reconocer para frenar y parar”.
Repercusiones
Luego de la denuncia de Castro, en las redes sociales comenzó a circular el nombre de “Babieca”, un tradicional local de Riobamba y Santa Fe, como el lugar de los hechos. En cuestión de minutos, en Twitter se organizó un escrache para las 19 horas en ese local. Emilio Suárez, gerente del lugar desmintió el episodio. “Nelson Castro no estuvo acá, no sabemos porque empezaron a decir eso”, explicó. Mientras, en el bar el teléfono no paraba de sonar y lo único que recibía la persona que atendía eran insultos. “Ojala venga Nelson Castro a tomar algo, siempre es lindo que venga alguien famoso, qué mejor publicidad”, agregó el gerente, algo más tranquilo tras leer que el periodista desmintió que Babieca era el lugar donde lo habían discriminado.
“Nos bancamos varios escraches y no anduvimos llorando”
El secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, también se metió en la polémica por los insultos que recibieron Axel Kicillof y Amado Boudou. Al respecto aseguró que en el Gobierno nacional se deben “bancar” los “escraches” y aseguró que junto a su padre, Hugo, se bancaron un montón y no estuvieron llorando.
“En mí casa me han escrachado, me han pintado insultos. Nosotros no fuimos llorando a ningún canal y ningún programa de un canal estatal nos ha dedicado un programa”, se quejó.
El hijo del titular de la CGT opositora volvió a exigir “que se la banquen”, al ser consultado sobre los episodios que sufrieron el lunes los dos funcionarios de la administración kirchnerista.
“Nosotros también nos hemos bancado un montón de situaciones y no tuvimos llorando por los canales y no necesitamos canales oficiales para que nos vengan a defender”, insistió.
“Hay que atribuirlos al clima que genera el Gobierno”.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, atribuyó ayer los abucheos contra el vicepresidente Amado Boudou y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, “al clima de tensión generado por el Gobierno”.
“Los escraches hay que atribuirlos al clima de tensión generado por el Gobierno, lo que no quiere decir que esté de acuerdo, sobre todo en un momento en que la persona está con la familia. Estoy en desacuerdo. Espero que el Gobierno reflexione sobre su actitud de dividir a la sociedad entre buenos y malos”, aseguró. “El gran desafío de 2015 es volver a unir a la Argentina”, señaló.
En este contexto también se expresó la vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, quien indicó “que la metodología del escrache no se justifica en ningún caso”, ya que “no es una manera aceptable de expresar las diferencias”.
“Me provocan vergenza ajena”, dijo el ministro Randazzo
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, repudió ayer los abucheos contra el vicepresidente Amado Boudou y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, y dijo que sentía “vergenza ajena” por esos episodios.
“Quiero creer que son sectores minoritarios. Sinceramente, uno siente vergenza ajena por la forma y la prepotencia, no tienen justificativo”, consideró Randazzo, tras evaluar que el hecho merece el “repudio de todos”.
En declaraciones periodísticas el ministro se sumó así al rechazo expresado por el Gobierno nacional ante la situación que vivió Boudou durante un acto en Santa Fe y Kicillof en un barco de Buquebus, cuando regresaba de Uruguay junto a su familia.
“La verdad es que es increíble que veamos estas actitudes. Solo por pensar diferente hemos pasado momentos difíciles, y sinceramente es lamentable”, agregó Randazzo en declaraciones a la prensa.