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Pablo Micheli: ?Si no hay respuestas del Gobierno, habrá paro nacional?

Martes, 12 de marzo de 2013 23:19

En los últimos tiempos le ha traído muchos dolores de cabeza al Gobierno nacional. Pablo Micheli lidera la CTA opositora y desde el año pasado ha profundizado las acciones junto con la CGT de Hugo Moyano y diversas organizaciones sociales alejadas de la Casa Rosada. En el marco de la inauguración de la casa de la CTA en Salta, Micheli dialogó ayer con El Tribuno. “Estamos preparando un paro nacional”, amenaza Micheli. Pasado mañana se realizará una importante movilización nacional en conjunto con las centrales de trabajadores opositoras y diversos movimientos sociales, exigiendo la eliminación del impuesto a las Ganancias sobre el salario, la eliminación de los topes para cobrar la asignación por hijos y aumento de las asignaciones en todo el país. En la agenda de reclamos también figura la exigencia de un salario mínimo, vital y móvil de 5 mil pesos. “A partir de ahí discutiremos una pauta salarial para este año, no inferior al 30 por ciento”, puntualizó.
Asimismo, el dirigente gremial también repudió el accionar del Gobierno nacional y Gendarmería a través del Proyecto X, y pidió por la eliminación de la ley antiterrorista.
“Es una herramienta que se le ha dado al Poder Ejecutivo para que los jueces penalicen la protesta social”.

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En los últimos tiempos le ha traído muchos dolores de cabeza al Gobierno nacional. Pablo Micheli lidera la CTA opositora y desde el año pasado ha profundizado las acciones junto con la CGT de Hugo Moyano y diversas organizaciones sociales alejadas de la Casa Rosada. En el marco de la inauguración de la casa de la CTA en Salta, Micheli dialogó ayer con El Tribuno. “Estamos preparando un paro nacional”, amenaza Micheli. Pasado mañana se realizará una importante movilización nacional en conjunto con las centrales de trabajadores opositoras y diversos movimientos sociales, exigiendo la eliminación del impuesto a las Ganancias sobre el salario, la eliminación de los topes para cobrar la asignación por hijos y aumento de las asignaciones en todo el país. En la agenda de reclamos también figura la exigencia de un salario mínimo, vital y móvil de 5 mil pesos. “A partir de ahí discutiremos una pauta salarial para este año, no inferior al 30 por ciento”, puntualizó.
Asimismo, el dirigente gremial también repudió el accionar del Gobierno nacional y Gendarmería a través del Proyecto X, y pidió por la eliminación de la ley antiterrorista.
“Es una herramienta que se le ha dado al Poder Ejecutivo para que los jueces penalicen la protesta social”.

En un contexto en que el Gobierno nacional y los provinciales no dan respuestas a los reclamos gremiales, ¿hasta donde va a ser el marco de alianza de la CTA?

En principio, los trabajadores venimos dando cuenta de una madurez política de que podemos juntarnos pese a las diferencias y podemos discutir problemas en común. Más allá de que está claro que la CGT tiene su forma de conducción sindical y nosotros tenemos la nuestra. Se podría decir que hay diferencias muy grandes, un abismo entre la posición ideológica de la CGT y la CTA. Sin embargo, a la hora de defender los intereses de los trabajadores dejamos de lado ese tipo de diferencias coyunturalmente para ponernos a ver cómo resolvemos las cuestiones reivindicativas. No hablamos de unidad partidaria ni de las elecciones, que no nos son indiferentes. Cada trabajador que milita en una organización como la CTA o la CGT tiene opiniones respecto a la cuestión electoral. En este sentido, por lo menos esperamos que se rompa la hegemonía absoluta que tiene el oficialismo en la Cámara de Diputados. ¿Hasta dónde llegaremos? Y será hasta lo máximo que nos dé la madurez en la decisión de los compañeros en cada lugar del país, que hasta ahora vienen respaldando que sigamos en esta senda que construimos conjuntamente.

En un año atravesado por las elecciones legislativas, ¿se van a meter en el terreno electoral?

Siempre hemos participado de la cuestión electoral. No por casualidad tenemos seis diputados nacionales de la CTA. Nada menos que Víctor De Gennaro y Claudio Lozano, que son fundadores de la CTA. Nuestra intención es meternos para tratar de unir al campo popular, no meternos solo a ocupar cargos.

Las negociaciones salariales están, hasta ahora, muy lejos de los reclamos gremiales, ¿se van a profundizar las medidas de fuerza y la conflictividad social?

En estos momentos hay una gran expectativa con la paritaria de los docentes en provincia de Buenos Aires. Ustedes sabrán que esa conducción gremial es ultrakirchnerista (Roberto Baradel) y sin embargo están planteando un paro de 96 horas frente a la ausencia de respuestas por parte de Scioli. Es cierto que en donde no hay pelea tienden a cerrar con la pauta que el Gobierno quiere. Donde los sindicatos están al frente, donde hay decisiones de dar la disputa que hay condiciones de obtener mejoras.

Para bajar la conflictividad social, ¿esperan un gesto del Gobierno?

La verdad que, nosotros, la esperanza es lo último que vamos a perder. Pero no es una esperanza boba, sentados en nuestra sede esperando que nos llamen. Es una esperanza activa, movilizada, donde estamos diciendo que si no hay respuestas hay paro nacional. Un paro de la envergadura, de la contundencia del 20 de noviembre pasado. Y creo que potenciado por la nueva situación. Estamos en vísperas de un nuevo cacerolazo el 21 de marzo. Yo la verdad digo: ¿qué espera el Gobierno ante lo que está pasando? Este Gobierno tiene que tomar medidas y la medida más justa es la distribución de la riqueza. No es una fórmula mágica pero tiene que haber un momento de reflexión.

Una medida que ha embarrado de alguna manera las paritarias ha sido el congelamiento de los precios en los supermercados. A días de esa iniciativa, ¿cómo analizan el impacto?

Lo dijimos desde el primer día. Esa medida fue para poner límite a la pauta salarial. Es un invento que le regala a los empresarios para que ellos a la hora de negociar las paritarias digan: “Si están congelados los precios, no les doy un aumento de más del 20 por ciento”. Sabíamos que iba a fracasar con un Estado ausente que no hace los controles necesarios. Y los formadores de precios se mueren de risa, “se hacen un picnic” como decimos vulgarmente. Hay diferencias abismales en los precios de los supermercados. A su vez, los productos de las primeras marcas no aparecen en las góndolas. Por lo tanto, de ninguna manera vamos a bajar las pretensiones en la negociación salarial.

La semana pasada se conmocionó el país y Latinoamérica con la muerte de Hugo Chávez, ¿cómo puede impactar en la región su desaparición física?

La verdad que, para nosotros, la pérdida de Chávez ha sido un golpe duro para todos los luchadores sociales de Latinoamérica y el mundo. Más allá de lo que se pueda decir de Chávez, nosotros conocemos el proceso bolivariano. Hemos conocido la Venezuela anterior y posterior a Chávez y la verdad que ahí si hubo transformaciones en serio. Con un Estado presente, con estatizaciones a favor del pueblo, no para dársela a otro empresario amigo. Se han estatizado empresas importantes al servicio del pueblo venezolano. Se han hecho reformas al servicio de los trabajadores. Seguramente esto generará un impacto como cada vez que desaparece un líder de la envergadura de Chávez. Pero creo que hay un pueblo que ha vivido lo que ha significado la democracia con Chávez y eso no se puede olvidar de un día para el otro. Eso va a persistir y seguramente con Nicolás Maduro van a poder llevar adelante la revolución bolivariana de manera pacífica.

¿Tiene algo que ver el proceso de Venezuela con el de Argentina?

Yo creo que es una pose de la Presidenta de que ella era muy amiga de Chávez. Sí, podía ser amiga de Chávez pero en lo ideológico no tenía nada que ver con Chávez. Muchas veces los argentinos que no quieren a Cristina hacen comparación y creen que Chávez era lo mismo. De ninguna manera. Uno soñaba con el socialismo. Y ella sigue creyendo y apostando a esta sociedad capitalista donde la distribución de la riqueza es absolutamente regresiva.
 

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